sábado, 10 de febrero de 2018

ATÓMICA - de David Leitch

Atomic Blonde - EEUU, 2017

Basada en el cómic 'The Coldest City', la película es puro entretenimiento. Se trata de una de espías al más puro espíritu setentero, mezclado con la acción trepidante y física que imprime unos de los creadores de la original John Wick.

Lorraine Broughton (Charlize Theron) es una agente de la inteligencia británica que es enviada a Berlín para esclarecer el asesinato de otro agente en plena operación encubierta: conseguir la lista donde figuran todos los agentes que operan en la ciudad. Nadie sabe qué ha podido pasar, ni por qué se ha perdido esa información tan valiosa. Lo que se encuentra en Berlín es un caos. Los rusos parecen al tanto de todo mientras el resto van a rebufo. El jefe de la oficina inglesa que la recibe (James McAvoy) está tan integrado en el lumpen de la ciudad, que parece un mafioso más, trapicheando con información, whiskey o armas. Mientras tanto las calles hierven entre protestas y el Telón de Acero está a punto de derrumbarse. Estamos en 1989 y el KGB, la Stasi, la CIA, el MI6 y la DGSE francesa juegan la gran partida del engaño, la ambigüedad y los agentes dobles bajo el signo de una idea de Maquiavelo, "No hay mayor placer que engañar al que engaña".

El relato se articula sobre la base del interrogatorio al que está siendo sometida la agente Broughton. Su expedición a Berlín tiene todos los ribetes del fracaso y nadie se explica cómo es que los rusos siempre iban un paso por delante. Mangoneada por su jefe de oficina y enrollada con la agente francesa (Sofia Boutella), Broughton siempre se encuentra a tiro de los rusos. A través de diversos flashbacks ella les referirá la historia a sus superiores... y a nosotros mismos, que, como ellos, John Goodman -CIA- y Toby Jones -MI6-, sospechamos que una parte de la verdad nos es escamoteada.  

Sin duda la película construye un icono tan atractivo como fiero, tan sensual como implacable. Charlize Theron luce palmito con unos modelitos dignos de una pasarela mientras patea el culo de los rusos. Lo que unido a una selección de temazos musicales de lo más cañero, dota a la cinta de un brillante toque sofisticado y rockero. Pero lo que cuenta es la acción, el ritmo trepidante, la ambientación fantástica de un Berlín decrépito y oscuro, una trama enredada como se exige a una de espías y un rodaje enérgico y rotundo.


John Wick, Jason Bourne e incluso los Kingsman sobrevuelan la pantalla y todos ellos y ella, nos llevan en volandas por las plataformas de un cine de acción sin complejos, con peleas muy físicas y persecuciones trepidantes, mientras se profundiza en el género con descaro y osadía. Puro entretenimiento.





























Dos secuencias definen la película: un larguísimo plano secuencia de más de siete minutos en las escaleras de una vivienda, en el que Charlize Theron va dando cuenta de más de media docena de enemigos; y un speech de McAvoy mirando a cámara mientras nos inquiere por el juego.
"Sólo queda una pregunta por hacer, ¿quién ha ganado y en qué consistía el puto juego?
Para ganar primero tienes que saber en qué bando estás... y en nuestra profesión esa una cuestión similar a la de los agujeros negros o el ser o no ser. Luchas por lo que es correcto y un día te das cuenta que sólo ha sido un ayudante de Satanás."

Estas son las dos bazas, juego de espías con buenas dosis de intriga y suspense; y escenas de acción brutales y contundentes, la marca del director. Peleas coreografiadas de forma prodigiosa y rodadas en planos secuencia que nos dejan sin respiración.

Se agradece en la trama los tintes de serie negra, heredados del cómic en el que se inspira. Páginas y pantalla cuentan la misma historia, aunque el estilizado blanco y negro de las viñetas se centra más en la intriga y el misterio, dejando la acción a un lado; mientras la película inyecta en la historia un chute de acción y sexo. Por poner un ejemplo, el agente francés Pierre Lasalle con el que Broughton vive un romance, se convierte en la película en una hermosa Delphine Lasalle que acaba triturada entre traiciones. La adaptación al cine corre a cargo de Kurt Johnstad, brillante guionista de 300



"La ciudad más fría" está editada en Planeta Cómic, con guión de Antony Johnston y lápices de Sam Hart. Contenido en la composición, sutil en el trazo; el cómic es un complejo thriller de espías, contemporáneo y realista, que trenza su historia con los mejores elementos de la serie negra. Sus personajes son muy humanos y conviven con agentes dobles y triples que provocan unos espectaculares giros argumentales. 
Un cómic que sigue la estela del genial Queen and Country de Greg Rucka.
                 

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