jueves, 25 de enero de 2018

Le ParK - de Bruce Bégout

Editorial Siberia, 2015








Le ParK no es un parque al uso. Se basa en un concepto atroz, pero realista. En su recinto ferial se amalgaman Disneyworld y Treblinka. No pretende un entretenimiento banal en busca del cosquilleo del vértigo o la insípida sorpresa. Le Park muestra toda la violencia de la que es capaz el hombre; la depravación de la naturaleza humana desnuda y sin represión. Es un parque de atracciones del espanto, un campo de concentración concebido como un entorno natural. 
“Le ParK es como una historia ensangrentada que nos relata el horror y la ferocidad de los hombres sin otra intención que hacérnoslos saborear”.
Le ParK plantea una profunda reflexión sobre los límites de la experiencia humana. Bégout es filósofo y ha constatado que el ser humano necesita experiencias traumáticas para sentir que está vivo. Según él, Le ParK es una aberración, pero nos hace comprender quienes somos de verdad. Le Park es el reality definitivo, una metáfora del mundo actual. La K del nombre –Le ParK- quiere subrayar su singularidad.
“El principio es muy simple: su diseñador ha querido reunir en un solo espacio todas las formas que podría adoptar un parque. De este modo, Le ParK agrupa –haciendo gala de una totalidad novedosa- una reserva animal y un parque de atracciones, un campo de concentración y una tecnópolis, una feria y un campamento de refugiados, un cementerio y un kindergarten, un parque zoológico y una residencia de ancianos, un arboreto y una cárcel.”pág 28
Dismaland, de Banksy
En un audaz salto hacia adelante sobre el edulcorado e inofensivo concepto que sustenta Las Vegas o Disneyworld, el autor plantea un parque de atracciones hostil y perturbador. En la obra, de corta extensión –apenas 135 páginas- se funden el talento de Bégout como escritor y su lucidez como filósofo. En general sus obras versan sobre las patologías de la modernidad y para hablar de Le ParK no encuentra mejor formato que el de un supuesto reportaje periodístico. Los capítulos son cortos, casi como anotaciones hechas durante una visita al parque. ¿Será cierto que los prisioneros no son actores sino reclusos de verdad? ¿Qué ocurre en las zonas restringidas de la isla? ¿En qué consiste el factor E? ¿Qué es exactamente la prodigiosa Wunderkammer? ¿Son ciertos los rumores sobre ejecuciones en unos barracones que se asemejan a un campo de exterminio?

Pasen y vean. 
“Le ParK está situado en una isla privada en algún punto cercano a Borneo. Su superficie de 624 Km², se corresponde aproximadamente con el tamaño de una megalópolis como Yakarta”. No tiene fronteras que lo delimiten y su acceso está restringido a un centenar de exclusivos visitantes al día (25.000 $ cuesta la entrada). El parque se ha construido con el dinero del magnate ruso Kalt (frío en alemán) y la ambición científica de un misterioso arquitecto francés -Licht (luz en alemán)- que vive retirado en una torre de marfil. Desde la torre se domina todo el parque.



Le ParK es el parque recreativo total y definitivo. Sus atracciones se actualizan constantemente para acercarnos la perversión y el horror. Lo que más asusta es su nítida apariencia de realidad. En la isla no hay límites, ni cartel de entrada, ni indicadores o planos. Cualquier calle o edificio pueden ser oficinas de la organización o una atracción. Existe entre ellos una perversa continuidad.

Esa cercanía con la realidad creo que es lo que determina el estilo narrativo del libro, escrito a mitad de camino entre el informe y la crónica periodística. Una técnica que nos ofrece la perturbadora sensación de que lo que se nos está describiendo es verdad.
El creador de este complejo es Kalt, un empresario ruso que debe su fortuna a la industria armamentística y a la del entretenimiento. Su primer parque fue uno consagrado al trabajo fabril: “A la entrada, en un enorme vestuario de estilo soviético, los visitantes pueden ataviarse con un mono de trabajo y, con la ayuda de animadores cualificados, divertirse mientras moldean piezas, operan con maquinaria industrial, funden acero o ensamblan un motor.” 

Su segundo parque fue La Cantera Encantada, donde los clientes se entregan, tras un rápido aprendizaje, al manejo lúdico de excavadoras, grúas, retropalas, asfaltadoras, martillos y orugas. También creó el Gueto Negrodonde se ven reproducidas –con increíble detalle, rayano en la réplica perfecta- las condiciones de vida en un extrarradio siniestrado, gangrenado por el tráfico de drogas, la guerra entre bandas y las peleas de perros”.
Fernando Botero, "Abu Ghraib"

Le ParK describe la violencia en un entorno de impunidad y recoge el testigo de experiencias pasadas y presentes: Auschwitz, Gulag, Guantánamo. En alguna entrevista Bégout recalca, "No he inventado nada, selecciono fragmentos de la realidad y los uno con una lógica algo surrealista". Una de las múltiples atracciones de Le ParK es el GTO, una reconversión de Guantánamo en un parque recreativo de tonalidades naranjas con torturas asistidas informáticamente y vigilantes esquizofrénicos aficionados al free fight. La realidad y la historia reciente son generosas como inspiración para Le ParK. Ahí está Corea del Norte cuyas masas declaman un gigantesco parque de atracciones lleno de desfiles y coreografías. También está la cárcel de Abu Ghraib. (En Le ParK existe una atracción que es la reproducción exacta de una prisión del ejército americano en Irak; allí "los visitantes pueden desempeñar el papel de torturadores y grabar con los teléfonos móviles sus funestas proezas"). Incluso la foto de Obama, sentado en el Pentágono para ver en directo el asesinato de Bin Laden por los Navy Seals, parece sacada de Le Park.  

No hay que ir muy lejos. 
Hoy mismo cualquier turista puede hospedarse en el Hostal de la Guerra, en Sarajevo, y revivir las experiencias de combate que allí sufrieron entre 1992 y 1995: habitaciones con velas, ventanas tapadas con plásticos, ásperas mantas militares, pan sin levadura y toda la noche escuchando el estrépito de los disparos y las bombas.
"Nunca un lugar ha dado la sensación de estar tan conectado con las emociones más sombrías del alma humana, como marchando al unísono."
Le ParK se basa en el atractivo de lo morboso. Al ser tan exclusivo te ofrece la sensación de un mundo excitante y prohibido. "La perversidad es el catalizador de los verdaderos escalofríos que jamás podrán provocarnos las atracciones de las ferias tradicionales." En la piscina gigante del Hotel H la náyades siliconadas nadan entre auténticos cocodrilos del Nilo. Una de las oficinas del parque están situadas en el mismo espacio que el Reptilarium, sin cristales, ni mamparas de separación.

El filósofo ha reflexionado en profundidad sobre el concepto de parque, enfrentando los excesos de los nuevos ricos que esquilman los recursos y los colectivos con conciencia ecológica.
Los colectivos preocupados por el medio ambiente y la sostenibilidad del planeta a largo plazo, al igual que los que viven en los placeres ilimitados del ocio, tienen en común el concepto de ‘parque’. Están también dentro de parques; ellos inventaron el concepto de reserva o parque natural, en el Siglo XIX, con Yosemite o Yellowstone. Piensan en el planeta como un parque que hay que preservar, proteger y controlar, así que no veo realmente una oposición entre ambas visiones: las dos quieren controlar sus parámetros o las especies. Ya sea para preservar o para consumir, ambas usan la misma lógica de ‘jardín cerrado’ en el que se pueden controlar sus elementos, organizarlos y obtener de todo ello una visión panóptica y global. (En la entrevista citada)
Como Jardín Prohibido sigue la estela que viene desde el Paraíso y su serpiente hasta el efímero y deprimente Dismaland de Banksy, pasando por el Jardín de los Suplicios de Octave Mirbeau (cargado de tortura, dolor y muerte) o las noveles de Ballard La exhibición de atrocidades y Crash (basada en la idea de que el placer se consigue a través de la violencia y que el shock es necesario para producir una experiencia). Le ParK desarrolla una estética impregnada de pathos. Según Bégout, en ocasiones tenemos la sensación de que el aburrimiento es el problema central de la modernidad. Uno de los fragmentos de la Introducción a la neurarquitectura, que escribe Licht y aparece en el libro, dice: "En el fondo, la Arcadia no inspira fantasías a nadie. Lo que leemos siempre de Dante es el Infierno, no el Paraíso."

Le ParK es un jardín de las delicias con forma de campo de exterminio, guardería, cárcel y geriátrico. Es a la vez paraíso, infierno y purgatorio. Integra los opuestos en aras del espectáculo. Su concepto es bárbaro, impúdico y despojado de credos, todos ellos signos de nuestro tiempo. "En un universo previsible y racional -pregona Licht-, la locura es el único camino hacia la liberación." pág 92



"A la atracción se suma con frecuencia la repugnancia, una complementa a la otra y aumenta su intensidad. No hay excitación que no irrite. Lo maravilloso y lo horrible, lo lúdico y lo patético, todo lo que suscite emociones fuertes, placenteras o no: ésta es la oferta espectacular de Le ParK". pág. 19

-El Hotel-Casino Todeskamp I se conforma como una hilera de barracas rodeada por un foso y vallas rematadas por alambradas y torretas iluminadas. Dentro los visitantes se entregan al vocerío de las timbas y las apuestas mezclados con los somieres desvencijados donde se hacinan prisioneros degradados: "Sus miradas revelan un abandono absoluto a la necesidad, igual que esos animales acorralados que nos observan con los ojos repletos de resignación una vez arrinconados, sabedores del carácter ineludible del destino fatal que les espera". pág. 31

-El Cabaret de las Utopías Perdidas  permite vivir virtualmente la ejecución de un atentado o el desarrollo de una revolución en un país pobre bajo el yugo de un dictador. Crear células clandestinas, redactar panfletos, confeccionar bombas; todo para que la inmersión del visitante sea total. 

-El Reptilarium Inc., es un terrario tropical que se fusiona con las oficinas de una modernísima startup tecnológica.
"Así, a través de las paredes de cristal, el espectador contemplará con asombro cómo, camino de la fotocopiadora, un auténtico profesional -no un figurante-, es atacado por una anaconda sin previo aviso y constreñido hasta la muerte, mientras sus compañeros, demasiado ocupados y acostumbrados a la situación como para socorrerle, no disminuyen en absoluto su muy elevada productividad. Por supuesto, los espeluznantes gritos del desgraciado serán registrados minuciosamente y almacenados para su reproducción en el Conservatorio de Gritos, una vastísima fonoteca donde es posible admirar los infinitos matices del sufrimiento humano."
En el texto conviven el relato periodístico y la reflexión filosófica. Escasamente conocemos tres historias individuales, como la de Leer (vacío), un hombre que llegó para una entrevista de trabajo y se perdió -al modo kafkiano- recorriendo los laberintos de selvas y ciudades de Le ParK.
"Se internó aún más en el dédalo de callejuelas. todos los edificios se asemejaban. Allá donde posaba la mirada aparecían cosas similares: cruces, viviendas, paisajes. Ningún cartel que indicase dirección alguna. Ningún detalle original. Se trataba de un auténtico laberinto de lo Mismo." pág 66
También está Lev, un prisionero voluntario que ha recorrido todas las guerras y prisiones del siglo XX (desde el Gulag al campo de concentración) y que tiene pánico a vivir en lo Abierto. 
Finalmente conoceremos la historia de Lady W., una aristócrata inglesa con una inclinación morbosa por la tortura y el dolor, que de modo excepcional logró permiso para vivir permanentemente en Le Park.
"Todos los calificativos que aportamos a continuación podrían aplicarse sin ningún género de duda a Le ParK: sorprendente, horrible, indignante, maravilloso, capitalista, totalitario, impío, desquiciante, ciclópeo, innoble, americano, utópico, delirante, místico, asqueroso, elocuente, ultramoderno, inquietante, impresionante, vulgar, nihilista, estúpido, mágico, profético, extraordinario, abyecto, actual" pág 25




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P.D.
Licht es el gurú neuroarquitecto de Le ParK, lleva “toda la vida persiguiendo el mismo objetivo: la reversibilidad absoluta de la ciudad y la mente”. En la entrevista citada de ElDiario.es, Bégout señala el modo en que Licht intenta crear estructuras que actúen recíprocamente con la naturaleza humana:

"Desde siempre hemos pensado que hay una relación entre el lugar y nuestra sensibilidad. Que hay una interacción entre la arquitectura y los sentimientos. Encontraríamos esto en Balzac o en los situacionistas, en la psicogeografía. El avance de la neurociencia ha mostrado que lo psicológico es en realidad lo superficial, que el núcleo duro es lo cerebral, lo neurobiológico, con lo que hay que repensar el entorno en base a la estructura neuronal. Si conocemos a través del análisis y tests cerebrales qué tipo de arquitectura facilita la cognición, la memoria o el cerebro afectivo, podemos inventar lugares que ayuden a esa interacción o, incluso, podemos curar lesiones cerebrales. Al conocer mejor el funcionamiento del cerebro se crearán dispositivos técnicos que interaccionarán con el cerebro y que superarán la superficialidad de los sentimientos expresados a través de palabras. Lo sentimental y lo verbal son superficiales, lo fundamental es el cerebro y la arquitectura."

Yves Tanguy, "Multiplication des arcs"

Llegados hasta aquí, me vino a la memoria el sorprendente cuento de Bioy, El Jardín de los sueños, en el que el doctor Veblen reproduce paisajes y objetos oníricos, para "curar a través de los sueños". No es el único aspecto de esta obra nos remite a Bioy. Le ParK está situado en una isla, un entorno ajeno a la realidad y que sigue sus propias normas como la isla a la que se ve arrojado el narrador de La invención de Morel

sábado, 20 de enero de 2018

TRES ANUNCIOS en las AFUERAS - de Martin McDonagh

Three Billboards outside Ebbing, Missouri  -  EEUU, 2018



Complejidad.
Esta palabra me pasaba por la cabeza cada vez que un personaje respondía en la pantalla de un modo sorprendente a una situación dada. Lo cual ocurre en la película de forma continuada. El director y guionista no ha concebido a sus criaturas como prototipos: el sheriff indolente, el ayudante palurdo y racista, la madre coraje...
Fuera tópicos ha debido pensar para gozada nuestra.

Cuando empieza la película y gracias al trailer, ya sabemos que va de una madre que perdió a su hija asesinada y que, ante la ineficacia de la policía, contrata tres vallas publicitarias para mostrar sus quejas y espolear al sheriff: "¿Qué hace el jefe Willoughby?",   "¿Todavía no hay detenciones?" y "Violada mientras moría". Todo un terremoto para un pueblo adormilado por el tedio y perdido en medio de Missouri.

Las vidas de estas gentes están varadas y oxidadas. Su relaciones son entre aburridas y brutales: "Vieja zorra", le dice el hijo a la madre. "No soy vieja" responde ésta. "Eres un buen hombre, pero tienes que controlar tu odio", le dice el sheriff a su ayudante, famoso por torturar negros sin que nadie se plantee inhabilitarle. "¿Qué tal va el negocio de apalizar negros, Dixon?, le suelta Mildred. A lo que él responde, "¡Está prohibido decir negros, hay que decir personas de color!"


McDonagh hurga en medio de este embrutecimiento social y personal y encuentra rescoldos de humanidad. Ése es el juego de la película. No conformarse con presentar al personaje tipo para escandalizarnos o para su escarnio; sino darle otra vuelta y percibir ese escondido atisbo de nobleza. Y ahí el director siempre nos pilla a contrapié; porque lo hace sin buenismos ni edulcoraciones. Constantemente nos niega el confort de las certezas morales.


Creo que más allá del pueblo perdido en Missouri y más allá de las miserias y vilezas que alumbra la película, ésta va del dolor de la existencia. De cómo respondemos cada uno a la desesperación de vivir entre nimiedades, mientras reconocemos que el tiempo pasa y vamos a morir. En el momento de máxima desesperación, Mildred (Frances MacDormand) reflexiona "¿Dios no existe y el mundo está vacío?". Ella misma no sabe si esto es verdad. Sólo es capaz de reunir el coraje para intentar algunas respuestas, enfrentándose incluso a sus vecinos, a la policía, a la iglesia local o a su propio hijo y a su exmarido.


Esta es la tercera película de McDonagh, tras Escondidos en Brujas y 7 psicópatas. En las tres habitan personajes muy peculiares y se practica un humor negro y corrosivo. En las tres encuentro el mismo componente de redención. Lo que dije en la entrada de aquella maravillosa segunda película vale para ésta: "Sus personajes, como los de su primer film, siguen en el purgatorio". Creo que este es un asunto central en las obras de McDonagh y aquí lo podemos percibir tanto en Mildred (que se siente culpable por la muerte de su hija), como en el jefe Willoughby (que se siente culpable por no dilucidar ese crimen), e incluso en el violento ayudante... que transforma su conflicto en brutalidad. 

El contraste que ofrece la película es mayúsculo, por cuanto enfrenta la zafiedad de unos personajes sin expectativas vitales, con su lucidez para buscar el sentido de lo que está ocurriendo. Cuando comienza la película estamos a favor de Mildred ("la policía está demasiado ocupada torturando a negros para investigar un crimen de verdad") y juzgamos al sheriff como un abúlico tuercebotas. Pero según avanza la historia veremos a Mildred emboscarse en la lado oscuro y al sheriff condolerse por sus semejantes. En un momento de la película saldrán a la luz unas cartas que remite tanto a Mildred como a su ayudante. Su desnudez y humanidad nos dejarán desarmados.

También se da un contraste entre la calma de los planos y la violencia soterrada. La cámara permanece fija, la gente estática  (están sentados en el bar, en el porche o en la oficina), todo nos ofrece un aspecto de reposo y serenidad. Incluso el lenguaje soez y agresivo se presenta como algo cotidiano que se acepta sin gritos, ni histrionismos. La procesión va por dentro. El director plasma este contraste de forma incomparable. 



















A resaltar las interpretaciones, tanto de Frances McDormand como de Woody Harrelson y Sam Rockwell. Brillan a gran altura. Lo mismo que el pequeño Lanister Peter Dinklage y John Hawkes (el exmarido), en sus pequeños pero significativos papeles. 


Complejidad en la época de Trump. Está claro que la película va en contra del signo de los tiempos. Además siendo Martin McDonagh irlandés, puede parecer un intento de comprender la sociedad norteamericana. Cómo puede ser tan noble y brutal en el mismo día. Quizás a través de un poblacho típicamente norteamericano ha querido echar un vistazo al alma humana, con sus contradicciones y pesares. Quizás, sin sospecharlo, nos ha explicado qué tipo de gente vota al mequetrefe Trump.











P.D.
Me gusta la evolución que Woody Harrelson está imprimiendo a su carrera, que iba camino de ser un mal chiste, a base de repetir siempre el mismo personaje violento y descerebrado. Creo que en la divertidísima Zombieland convirtió ese personaje en caricatura para liberarse de él definitivamente y en sus tres últimas apariciones nos ha demostrado su carácter dramático; hablo de True Detective, La Guerra de los Simios y ésta.

viernes, 19 de enero de 2018

MOLLY´S GAME - de Aaron Sorkin

EEUU, 2018

Seamos claros, odio las películas basadas en hechos reales, suelen esconder melifluos biopics y lacrimógenos dramones; pero ¡qué coño, esta Molly Bloom es un personaje de película!. Deportista y estudiante de élite, Harvard la aguardaba para enfilar una brillante carrera de Derecho después de triunfar en los Juegos Olímpicos. Pero ¡ay! un batacazo en un descenso la separa del camino. Para curarse las heridas se toma un año sabático y lo que encuentra es un callejón oscuro y fascinante: la organización de timbas secretas y exclusivas para estrellas de cine primero -en Los Ángeles-, y más tarde para hombres poderosos de Wall Street, en Nueva York...hasta que se topa con la mafia rusa. Uff. Toda una carrera.

Empieza la película prácticamente con la detención de Molly por organizar partidas ilegales, cobro de comisiones y blanqueo de dinero. Lo siguiente es buscar abogado y el que elige (Idris Elba) no encuentra mejor documentación sobre el caso que su reciente libro relatando su ascensión. Esta es la estructura de la película que alterna secuencias en las que se nos narra su ascenso en el mundillo secreto del póker con otras sobre sus cuitas judiciales. Del mismo modo que su abogado, los espectadores vamos leyendo el libro mientras asistimos a los preparativos del juicio.

Pero no nos engañemos Aaron Sorkin, guionista y director de la cinta, es un mago de la palabra y de las ideas, no de la imagen y aunque la película es brillante y su montaje preciso y ágil; lo que aquí vale son los diálogos. La voz en off de Molly relatándonos su vida, los diálogos densos y jugosos marca de la casa....quizás sean demasiadas palabras por fotograma. Pero no seré yo el que se queje. Además la película tiene ritmo y un cierto dinamismo. En Molly podemos apreciar el sueño americano. Ella percibió las oportunidades y trazó su camino. El juicio delimitará si quebrantó las normas. 

A mí me encantan las películas de timbas, con sus jergas, sus tics y sus frases lapidarias. Sorkin aprovecha muy bien este entorno para ofrecernos ese toque tan suyo, intelectual y literario. Está por supuesto el eco joyceano de Molly Bloom que sirve de condimento para una cómica escena. También está  el alcohólico enamorado de Molly que siempre inicia su conversación "con frases que valdrían como títulos de novela negra". Y, no menos importante, está Circe, bruja y hechicera, tal y como se define la propia Molly para rechazar a un cliente borracho y enamoradizo: "Yo soy la mujer con la que siempre sueñan los hombres. Soy la anti-esposa. Animo tu juego." Ecos mitológicos para un personaje con visos legendarios.

Curiosamente la vida de Molly se nos cuenta a través de diversos jalones representados por hombres. Primero su padre (Kevin Costner), un rígido psiquiatra que empuja su vida deportiva hasta más allá de sus límites. Luego un "cretino" jefecillo de tres al cuarto; pero con la virtud de introducirla en la organización de las partidas secretas. Cuando recibe la patada, se lleva a uno de los jugadores (actor de Hollywood) para montar su propia timba...hasta que vuelve a ser traicionada y se traslada a Nueva York, la cuna de Wall Street. Peces gordos y pasta a borbotones. 

Cuento hasta tres ocasiones en que Molly tiene que empezar de cero; pero ella es un espíritu indomable... y muy inteligente. Sin embargo en la cumbre no suele haber muchos árboles que te ayuden a escapar de los lobos. En la película hay tres conversaciones que definen su carácter. La referida citando a Circe, más una con su padre (para rebobinar sobre sus sentimientos cuando todo parece perdido) y otra con su abogado. Cuando éste le negocia un acuerdo con la justicia a cambio de entregar su información sensible, ella se niega. No por quienes acudieron a su mesa, sino por no perjudicar a inocentes familias, mujeres e hijos. Es una tía íntegra. De hecho en el libro publicado sólo aparecen cuatro famosos (Leo DiCaprio, Ben Affleck y Tobey Maguire), pero porque sus nombres ya habían sido declarados previamente por otro detenido. 

A la historia le dan cuerpo unos jugosos secundarios. Destacan dos que son el anverso y reverso de una de las fichas plastificadas de Molly Bloom: la del verdadero jugador de póker que un día pierde y se ofusca pasando a jugar compulsivamente, y un tipo que es un manta perdiendo sin parar grandes sumas... hasta que descubrimos su verdadero talento: las partidas como contactos para futuras estafas.

En los mundos que retrata Sorkin, muchas veces cínicos y siempre codiciosos, no suele faltar una pizca de integridad. Eso encontramos en Molly. A la integridad de la protagonista hay que unir otra característica muy del estilo Sorkin, hacer escarnio de la prensa amarillista. Molly es muy consciente, y así se lo explica a su abogado, de que es carne de escándalo: "Así que mi valor para la acusación es exactamente el mismo que para Hollywood. Estoy aquí para vender entradas". 

Jessica Chastain está genial. Prácticamente como siempre. Se ha apropiado con todo el derecho, del papel de mujer fuerte, inteligente, moderna y profesional. Así lo atestiguan sus interpretaciones en Zero Dark Thirty, El caso Sloan y La Deuda, en las que da vida a mujeres muy femeninas pero cuyas armas son la inteligencia y el carisma. 



Tanto Kevin Costner como el padre e Idris Elba como el abogado defensor son papeles sin mucho desarrollo; pero estas dos rutilantes estrellas hacen que tengan peso y poso significativo. El padre como forjador de una personalidad irreductible y el abogado como garante de unos valores y una ética. Los que demuestra tener esta seductora Molly Bloom. 










Aaron Sorkin debuta en la dirección después de una fecunda carrera como dramaturgo y guionista. El desarrollo de sus libretos es modélico, están llenos de ideas y suelen exhibir un sentido moral. Su calidad se ha convertido en estándar y su foco suele centrarse en asuntos políticos y biopics de controvertidos triunfadores. Para mí sus mejores guiones por orden cronológico son: Algunos hombres buenos, Sports Night (TV), El Ala Oeste de la Casa Blanca (TV), Studio 60 on the Sunset Trip (TV), La guerra de Charlie Wilson y The Newsroom (TV) 

sábado, 13 de enero de 2018

La MANO de la BUENA FORTUNA - de Goran Petrović











Este es uno de esos escasos libros que nunca podrás concluir. Siempre estará germinado en ti. Un libro capaz de provocar una gozosa estupefacción.

Todo gira alrededor de un libro sin trama y sin personajes, abarrotado estrictamente por descripciones que se titula El Legado. Su autor es Anastas S. Branica y sus páginas describen pormenorizadamente una finca y una mansión. Un mundo único y autosuficiente que Anastas ha creado para vivir en él junto a su amada. 
Cada hierba, cada árbol, cada ventana, cada mueble, cada columna ha sido cincelado a través de las palabras hasta dotarlo de una extraña realidad: un lugar ficticio donde se pueden encontrar e interactuar los diversos lectores de sus páginas. Esa es la fascinación de El Legado, y también su misterio, puesto que no todos los lectores poseen esa capacidad de abstraerse.
"Con la señora Natalia Dimitrijevic iba aprendiendo que los personajes y tramas literarios no eran todo lo que se ofrecía a un lector verdadero, es decir, no eran lo más interesante. Si en algún lugar se indicaba alguna calle, de hecho, si apenas se mencionaba, Natalia Dimitrijevic sabía desviarse a alguna plaza de la que no había una palabra siquiera, de allí a otro callejón y luego podía entrar en un edificio y según sus ganas subir un desván ajeno. (...) Pero tampoco eso era lo más sorprendente para Jelena. Al lado de la anciana, ella se daba cuenta de la presencia de otros. Una multitud de distintas personas en ese mismo momento, pero en el otro extremo de Belgrado, en otra ciudad, incluso en la otra parte del mundo, leía el mismo libro. Y ese libro, y ese espacio, los unía a todos." pág 56

El meollo de esta novela podríamos definirlo como literatura cuántica, porque se desarrolla en ese punto del horizonte donde no se sabe si es cielo o tierra, realidad o ficción. El punto cuántico se encuentra justo en el centro del triángulo que componen autor - obra - lector. De ahí el título. La Mano de la Buena Fortuna es una tienda que siguen visitando las protagonistas de la novela pero que en realidad desapareció hace décadas. Sin embargo todavía hay personajes que pueden visitarla e incluso hacer alguna compra. El tiempo y el espacio se curvan y mezclan de un modo inaudito en esta novela; tal y como sabe muy bien la anciana guardiana del misterioso libro que ejerce de llave: "el tiempo de más allá es un tiempo concentrado. Puede suceder que nuestros cinco minutos, allí duren una hora completa..." (pág. 41)

Goran Petrović propone que cada libro puede constituirse como esa dimensión paralela donde los lectores se puedan encontrar. No metafóricamente, sino en una nueva realidad. ¿Como en un club de lectura? Creo que no. Me parece algo más radical.
Ahora estás pensando que tú sí serías unos de esos lucidos lectores capaces de transportarse al fondo de los libros y de las almas ¡Ah nuestra arrogancia de lectores! 
"Existen tres tipos de lectores según la clasificación del viejo quisquilloso de Goethe. El primero, que disfruta sin reflexionar. El tercero, que reflexiona sin disfrutar. Y el intermedio, que reflexiona disfrutando y disfruta reflexionando, la clase que, en  realidad, recrea un obra de arte; Roland Barthes, sin embargo, dice... Yuri Tinianov.. Hans Robert Jauss... Wolfgang Iser... Naumann... Teoría de la percepción de la obra literaria... La obra abierta... El horizonte de expectativas... la concretización del texto... El triángulo autor-obra-público.... La semiótica... La concatenación de los signos..." pág. 18
Dado que todo gira alrededor de un libro capaz de constituirse como una dimensión propia; sus capítulos son nombrados como Lectura Primera, Lectura Segunda, etc; como si se tratara de sucesivas visitas. Goran Petrović nos va relatando las vidas y lecturas de los distintos protagonistas que se van encontrando en ese espacio mítico de El Legado

El protagonista es un pobre corrector de pruebas que malvive escribiendo en revistas de viajes, Adam Lozanić. Ya sospechaba velados encuentros con otros lectores que leían simultáneamente su mismo libro, pero cuando le contratan para corregir El Legado todo se precipita. Conocerá a Jelena, una joven asistenta a través de la cual entrará en contacto con Natalia Dimitrijević, la anciana que le sumergirá ya sin remedio en El Legado y la vida de su autor. Natalia Dimitrijević entraba en la biblioteca "vestida de gala, como los demás se arreglarían para una fiesta, con guantes de hilo y sombrero de rigor, nada más que para soñar ociosa como si se encontrara bajo la misteriosa sombra de una parra frondosa." Esa misma mujer que un día le reconoció a su joven asistenta: "Desde aquí se ramifica el árbol de mi vida..."
Anastas conoció a Natalie Houville dentro de un libro sobre arquitectura helénica, Le Temple Grec. Aun viviendo en espacios muy distantes se encontraron allí, en una página del libro que leían simultáneamente: "La advirtió sentada en una piedra, con un bloc de dibujo sobre sus rodillas, mientras esbozaba los contornos del paisaje." Por su parte Adam Lozanić se encontrará dentro de El Legado con otro lector, Podimika, y con Zlatana, la ama de llaves y entrañable cocinera de Natalia Dimitrijević. 

A través de todos ellos el libro se convierte en una memoria del siglo XX en Serbia y también un canto al amor. La Mano de la Buena Fortuna es una catarata de emociones derivadas de la pura literatura. De ningún modo el artificio literario estorba la dulzura, a veces punzante, de la emoción. El juego de texto, subtexto y signos está al servicio de cómo se puede vivir la vida con mayor intensidad gracias a la literatura. Paradójicamente.


Quinta da Regaleira, una finca como la que Anastas S. Branica pudo haber compuesto sólo con palabras para compartir su amor.

El libro como lugar de encuentro. Éste parece ser el corolario de esta fascinante novela. Pero no sólo.

También encontramos una reflexión sobre el ritual de la lectura y su alcance, o sobre el libro como material memoria. También del libro como liberación y como aprendizaje. El libro es "un tiempo dentro del tiempo" se dice en otra página:
"Adam recordó que hacía dos o tres años escuchó una historia de un hombre que era de allí donde, al parecer, construían puentes y balsas en los tiempos de paz sólo para poder escapar de los tiempos de guerra." pág 82
Y sobre todo ese concepto mágico, "la lectura total". El capitulo inicial, "Entrada", comienza y finaliza del mismo modo y con las mismas palabras; como si el autor nos dijera que para ir muy lejos no hay que ir en línea recta sino transitar en el mismo espacio pero en otra dimensión. Como hace el niño Anastas S. Branica cuando una tarde invade la biblioteca paterna para leer un libro de aventuras y allí conoce por primera vez el mar. Ante los gritos de su padre vuelve a la realidad donde comprueba que está todo mojado y en el suelo hay un charco de agua salada....

Dos últimas citas de este libro mágico.
"Verba volant, scripta manent". Las palabras vuelan, lo escrito permanece. Es el encargo que le hace la anciana Natalia al corrector Adam Lozanić, para que lo incluya como inscripción en bajorrelieve en El Legado...

Por otro lado, en el momento en que los dos protagonistas, Adam y la anciana Natalia, comienzan la lectura de El Legado, uno está afectado por la fiebre y otra por el Alzheimer. En el fondo una alteración de la percepción, lo que me lleva a recordar el momento en que un compañero de estudios le dice a Adam, "acuérdate de Thomas Mann, la vida es una fiebre de la materia". p. 77

"Anastas se presentó ante el famoso comerciante de objetos raros Isaac Conforti e hizo una selección general de los muebles. Nada sorprendido, acostumbrado a que el cliente siempre tuviera la razón si tenía con qué pagar, y habituado a las ideas exageradas, tan habituales en los Balcanes para compensar la falta de otras cosas, incluso de épocas y siglos enteros, Isaac Conforti fue entregando, a lo largo de dos años de colaboración, páginas y páginas de descripciones con las que se amuebló cada rincón libre de la villa de Anastas Branica. Una vez a la semana llegaba a la casa en Gran Vračar, es decir, desde hace tiempo la casa en la ladera del cerro de Zvezdara, un ayudante o el anticuario en persona frotándose las palmas de las manos, y acto seguido desenvolvía decenas de rollitos de papel en los cuales evaluaban cada pieza particular, desde su primer brillo matutino hasta la sombra vespertina que dejaba al crepúsculo.
—Señor Anastas, usted es un hombre afortunado, hoy tengo una alfombra de Bujara, cada nudo fue atado a mano con la característica paciencia oriental, sin una sola omisión.
(...)
—Un secreter de madera de rosa y de limonero. A decir verdad, tal vez no lo entienda de buenas a primeras, porque se trata de todo un laberinto de divisiones secretas. Sin embargo, si cada uno de los sesenta y nueve cajones se abre en el orden correcto, el doble fondo del septuagésimo da acceso directo al espacio infinito." pág. 183






Goran Petrović (Kraljevo, Serbia central, 1961) estudió literatura serbia y yugoslava en la Facultad de Filología de Belgrado. Actualmente trabaja como bibliotecario en el Monasterio Žiča ahí mismo en Kraljevo. Ha publicado un libro de prosas breves, Consejos para una vida más fácil (1989), la colección de cuentos La isla y los cuentos circundantes (1996), la novela El cerco de la iglesia de San Salvador, Atlas descrito por el cielo (2003) y La mano de la buena fortuna (2005), novela galardonada con el premio NIN, uno de los mayores reconocimientos en Serbia.

miércoles, 10 de enero de 2018

El GRAN SHOWMAN - de Michael Gracey


EEUU, 2017



¡Qué maravilla!
Una película de las de antes con música de ahora. Un musical desbordante de energía y emoción que igual te hace mover los pies a ritmo, que te produce un nudo en la garganta.

La historia se inspira en la figura de P. T. Barnum, un ambicioso y visionario personaje que desde la miseria de su infancia tuvo el sueño de montar espectáculos de masas. El Circo Barnum & Bailey ya se presentaba en pleno siglo XIX como el Mayor Espectáculo del Mundo. 

P. T. Barnum comenzó comprando una especie de museo de cera y cuando se percató de que le faltaba vida montó un elaborado espectáculo lleno de seres extraños: la mujer barbuda, el hombre más alto del mundo, el más bajo, el más gordo, el hombre lobo, la chica albina o el general Pulgarcito.

Toda una panoplia de seres únicos y extraordinarios que vivían escondidos por sus familias y que Mr. Barnum se empeñó en mostrar al mundo como diversión. Según sus propias palabras, si de todos modos se van a reír de tí, por lo menos que te paguen. Y también, "Todo el mundo adora lo extraño y macabro." Nacía el espectáculo como cultura de masas.



Pero la película no se centra en la historia o reivindicación del circo como entretenimiento popular. Tampoco en el perfil del hombre hecho a sí mismo, el del sueño americano o el de la compleja psicología de un empresario con tintes siniestros capaz de engañar, comprar o utilizar a cualquiera que se pusiese a tiro con tal de conquistar el mundo. La cinta no busca oscuridades, sino pasión por la vida y el éxito; y en ello se centra. Barnum es casi una excusa para acercarnos al musical más clásico. La mezcla nos recuerda innegablemente a la de "Moulin Rouge": escenas montadas como un artificio colorido y espectacular que, mezcladas con potentes canciones pop, nos llevan en volandas hacia un mundo de ilusión.

Y no sólo eso. A la fantasía de convertir los sueños en realidad, la película suma un insólito canto a la tolerancia. De pronto los monstruos se convierten en personas y el mejor tema de toda la película reverbera en tus oídos muchos días después del visionado, This is me ("Así soy yo"): un himno a la afirmación de cada uno en su diversidad, un maravilloso y pegadizo himno a la tolerancia. 

Hugh Jackman es el jefe de pista pluscuamperfecto para este espectáculo colorista y musical. Derrocha carisma, simpatía y saber hacer. Le acompañan Michellle Williams en el papel -muy pobre y desaprovechado- de su mujer, Zendaya como una trapecista cuya raza le cierra las puertas, Zac Efrron como el aristócrata que arriesga su posición y dinero con tal de vivir una vida más plena y una impresionante Keala Settle, como una mortificada mujer barbuda que con su coraje y potente voz nos empuja a superar prejuicios cantando This is me.

El gran showman está repleta de canciones que te hacen bailar y cantar mientras te inundan de energía positiva. La banda sonora es espectacular. Los autores de las canciones de La La Land, Benj Pasek y Justin Paul, repiten con una colección de canciones que tiende a la celebración, como la magnífica "From now on". Ahí está el soberbio dueto de Zac Efron y Zendaya mientras literalmente caminan por el aire, cantado "Rewrite the Stars". O el pegadizo tema "The Other Side", una especie de duelo de saloon en el que Hugh Jackman invita al estirado Zac Efrom a pasarse al otro lado. "Come alive" nos inunda con su magia y Rebecca Ferguson (es la única actriz del elenco que no canta) nos hace imaginar a Adele sobre el escenario cantando el hit Never Enough.

Cada canción nos enardece con una realización que sabe aprovechar el bagaje del director -Michael Gracey- en la dirección de videoclips y anuncios muy musicales. Las coreografías son electrizantes. Los tres números de conjunto que se viven en la pista central del Circo Barnum tienen una energía arrebatadora y, literalmente, te hacen saltar de la butaca. 

Es cierto que la historia peca de convencional, un hombre que lucha contra el statu quo de la sociedad para que le acepten como un triunfador, un tipo que se aprovecha de todo y todos para ascender en el camino del éxito y la aceptación social hasta darse un topetazo que lo devuelve a la realidad, el necesario acto de contrición y vuelta a empezar con valores más acendrados. El hilo de mil películas. 

También es verdad que la psicología de los personajes no va más allá de un par de trazos y los asuntos que apunta (el nacimiento de la industria del espectáculo, la discriminación o el amor interracial sólo quedan esbozados; pero ¿qué quieren? Esto es espectáculo. 
Y quedan ustedes invitados. 

sábado, 6 de enero de 2018

BERTA ISLA - de Javier Marías















Esta última novela de Marías es puro Marías. Ahí están todos sus temas habituales, el abismo de la identidad, la sintonía rota entre amor y comunicación, la duda, el desasosiego, la influencia vitalicia de un simple acto, las relaciones de pareja y sus secretos, los escrúpulos morales de quien sabe algo que podría perturbar vidas ajenas. A todo esto se añade ese estilo tan personal que transcurre entre la digresión y la parodia. Esta decimoquinta novela (si se consideran por separado las tres que componen Tu rostro mañana) se inserta plenamente en el magma histórico, filosófico y humano que constituye el conocido ciclo de Oxford, "Todas las almas", "Negra espalda del tiempo" y "Tu rostro mañana" que, junto a "Corazón tan blanco", quizás sea lo mejor de su producción novelística.

Aquí vuelven a aparecer personajes de ´Tu rostro mañana´, como el profesor Peter Wheeler o el siniestro Bertram Tupra. Wheeler será el encargado de aleccionar a Nevinson, cuya historia recorrerá 30 años de confusión, espera y lealtad sin fidelidad.
Oxford, U. K.

Berta Isla es la mujer de Tomás Nevinson, su novia desde el instituto. Tomás es un joven medio inglés, medio español (padre inglés, madre española) que habla perfectamente varios idiomas y está raramente dotado para imitar voces y acentos. Cuando viaja a Oxford para completar sus estudios aparece tangencialmente involucrado en un asesinato. El MI6 aprovechará esta circunstancia –un día estúpido que determinará su vida- para reclutarlo. Abunda Marías aquí en su idea de la vida con un sentido trágico, en la que nada ocurre por necesidad, pero que cuando ocurre es irreversible y sus consecuencias pueden ser desproporcionadas.
"Qué estúpidos son los días, qué estúpido puede ser cualquier día, uno ignora cuál y se adentra festivamente en el que debería haber evitado, no hay forma de adivinar cuál será el de la maldición y tajo y fuego, el de la garganta del mar y el que lo quiebra todo…Y qué estúpidos, qué fútiles los pasos de ese día en el que no debería haber dado ninguno, ni atravesado el umbral siquiera.”

A partir de ese fatídico día las vidas de Tom y de su mujer cambiarán irremisiblemente. Tras el adiestramiento Nevinson adoptará una doble vida que condicionará la existencia de ambos. Berta estará condenada a esperar durante largos periodos sin saber qué hace su marido, ni cuándo regresará. La trama se quiebra del todo cuando Nevinson desaparece.
”Había descubierto que vivir en la certeza absoluta es aburrido y condena a llevar una sola existencia, o a que sean la misma la real y la imaginaria, y nadie escapa enteramente a esta última”.
Berta sufrirá las constantes ausencias de Tom y comenzará a vivir bajo la opresión de las dudas, los fantasmas y el miedo que genera el hermetismo de su marido. Como el mismo autor reveló en una entrevista, la novela gira en torno a la espera y "la espera es adictiva porque todo está abierto. Para mucha gente es angustioso, pero cuando se acostumbran lo añoran". Berta Isla es uno de los mejores personajes femeninos creados por la literatura en las últimas décadas: Es fuerte y frágil, valiente e insegura y protagoniza reflexiones y pasajes memorables, como su encuentro con el banderillero, su momento bajo la lluvia... O ese encuentro con una pareja de desconocidos en un céntrico parque que, posteriormente y por una serie de tenebrosas razones, protagonizarán un momento de escalofrío y pánico.
 
La historia se etiqueta fácilmente como una de espías, pero evidentemente es mucho más. Abandona la acción neta de espionaje para centrar su foco en la trastienda doméstica y humana de sus personajes. Marías consigue así un relato hipnótico y apasionante sobre la espera, una historia muchas veces contada sobre hombres que desaparecen (marinos, soldados...) y mujeres que los esperan hasta que vuelven. Esa fascinación nos remite a Penélope y Ulises; pero también a Janet Lewis y su La Mujer de Martin Guerre (una fábula repleta de resonancias que tiene que ver con el interrogante de la identidad y la culpa), o al Balzac de El coronel Chabert, donde se relata el regreso de un hombre dado por muerto. Ambas historias han sido publicadas por Marías en su editorial de El Reino de Redonda.

A través del estilo meticuloso, reflexivo y serpeteante de Marías, podemos apreciar cómo el paso del tiempo y la desconfianza puede minar los más profundos sentimientos. Esto no sólo le ocurre a Berta, también lo apreciamos en las escenas que ella comparte con un joven anticuado que, primero la salva de un asalto de los "grises", y luego vuelve a aparecer veinte años después haciéndonos comprender los estragos del tiempo.

Los protagonistas son inteligentes, profundos y atormentados; pero sus relaciones están agujereadas por la duda y la traición. Y sin embargo se puede decir, sin dudarlo, que Berta Isla es una novela de amor. El relato de Berta es en primera persona y el resultado es un monólogo interior tan hondo como genuino. 

Marías utiliza una doble voz narrativa que resulta magistral puesto que multiplica como un espejo el disfraz y la mentira, la soledad y la ausencia del otro; pero también los intentos por acotar la verdad. Así contamos con la voz interna de Berta y la externa del narrador en tercera persona para llegar a uno de los asuntos capitales que desarrolla el libro, la opacidad del otro. Los secretos a que obliga el espionaje tienen un correlato perfecto en los secretos con que todos nos manejamos en nuestras relaciones. Marías lo refleja con maestría en estos dos amantes que en ocasiones se comportan como verdaderos extraños. En una entrevista decía el autor que “lo que iba a ser una vida en común se convierte en una convivencia intermitente y, luego, llega una desaparición. Sin certeza de que haya muerto o no, ella se siente como una isla respecto a él.” Otro espejo para el sustantivo isla.


Tanto o más que el contexto del espionaje y sus recovecos, me atrae el trasfondo socio-histórico en el que se desenvuelve la trama: La guerra fría, las manifestaciones estudiantiles del agonizante franquismo, el thacherismo y la guerra de las Malvinas, la caída del muro de Berlín, el Conflicto del Ulster. Una época menos líquida que la actual. 


El ritmo de la prosa es a menudo lírico, guiado por una introspección y un impulso filosófico muy propio de la poesía de T. S. Eliot, bajo cuyos auspicios y cadencias se sitúa el libro: 
"Lo que llamamos el principio a menudo es el fin", decía otro de los versos, no quiso seguir por ahí, lo encontró fácil sin caer en la cuenta de que a lo mejor no lo era en 1942, cuando se publicó por primera vez, en plena Guerra.‘Y cualquier acción es un paso hacia el bloque, hacia el fuego, por la garganta del mar o hacia una piedra ilegible..."

«Ese podía haber sido el destino de Tomás, hundirse en la niebla de lo sucedido y no sucedido, en la negra espalda del tiempo, engullido por la garganta del mar. Y ser eso: una brizna de hierba, una mota de polvo, una ráfaga breve, una lagartija que trepa por un muro en verano, una humareda que por fin se apaga; o una nieve que cae y no cuaja».
Eliot no es una mera cita literaria, sino el verdadero sustrato de la novela como se demuestra en estas dos llamadas recogidas en sus páginas. Una del poema Miércoles de Ceniza

"Porque sé que el tiempo es siempre tiempo y el lugar es siempre lugar y solamente, y lo que es real es real para un tiempo tan sólo y para un lugar solamente"
Otra del Cuarto Cuarteto, Little Gidding:
"Morimos con los que mueren: ved, ellos se marchan, y nosotros nos vamos con ellos. Nacemos con los muertos: ved, ellos regresan, y nos traen consigo." 
"La historia es un tejido de momentos sin tiempo."
Por supuesto no falta Shakespeare, quien dibujó una maldición de la que  Marías bebe inagotablemente
“Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espada sin filo: desespera y muere. Pese yo mañana sobre tu alma, sea yo plomo en el interior de tu pecho y acaben tus días en sangrienta batalla: caiga tu lanza. Piensa en mí cuando fui mortal: desespera y muere”.
                                                                   maldición que le lanzan a Ricardo III,  los fantasmas de las personas a quien ha matado.
Quiero concluir con una elocuente reflexión literaria que aparece en el texto; la que Tupra le ofrece a Nevinson como explicación del papel de los espías en la sociedad, comparándolos con los narradores en tercera persona: “El narrador omnisciente es una convención que se acepta, y quien abre una novela no se suele preguntar por qué ni para qué toma la palabra, y no la suelta durante centenares de páginas, esa voz de hombre invisible, esa voz autónoma y exterior que no viene de ningún sitio. Pues nosotros somos algo aproximado, una convención que se acepta.”

Filosófica. Literaria. Emocionante.