sábado, 29 de diciembre de 2018

4 BLOCKS - de Marvin Kren

Alemania, 2017

Corre por algunos mentideros de internet esta serie violenta y explícita y la verdad es que merece mucho la pena.

Está producida en Alemania y sus protagonistas son tres hermanos árabes (los Hammady) que tras 26 años en Berlín han conseguido poner en pie su propia familia mafiosa. Su territorio se circunscribe a las 4 manzanas del suburbio de Neukölln, a las que alude el título, y da comienzo el día en que la policía detiene a uno de los tres hermanos, Latif Hammady (Wassiem Taha "Massiv")

Con la policía encima y el alijo de droga incautado, el poder y el territorio de los Hammady se tambalea. Otras bandas empiezan a ocupar sus esquinas mientras algunos empresarios se niegan a pagar la extorsión.

La serie tiene muy buenos mimbres. La ambientación es certera, el tono hiperviolento y sucio impregna cada fotograma, el clan familiar está muy bien trazado en cada uno de sus escalones y la trama policíaca depara giros y sorpresas de enjundia. Sin duda el corazón de todo es el líder de los Hammady, Toni. Casado y con una hija, este libanés que huyó de la guerra en su país, alberga el profundo anhelo de conseguir por fin el pasaporte alemán; lo que le habilitará para emprender negocios legales. Quiere alejarse del mundo criminal y ofrecer a su hermosa mujer y a su hija una vida legal sin sobresaltos. 

Pero las torpezas de sus hermanos, el cerco policial y la defensa a ultranza de la familia le mantendrán anclado a sus actividades delictivas. No puedo dejar de acordarme del desesperado Carlito Brigante en Atrapado por su pasado (Carlito´s Way) de Brian de Palma; cuyas ansias de regeneración siempre fueron trabadas por sus raíces criminales. 

Efectivamente Latif iba a ser el nuevo jefe de la banda, pero es detenido por posesión de cocaína. Mientras que Abbas (Veysel Gelin) es demasiado temperamental y violento. De modo que Tony deberá volver a tomar las riendas de la organización e involucrarse justo cuando aparece Vince (Frederick Lau), un amigo de la infancia al que considera como un hermano. Hace muchos años se fue del barrio y vuelve ahora porque necesita reiniciar su vida. Poco a poco se ganará la confianza total de Toni sin que éste sospeche que se trata de un policía infiltrado.

Los contactos para conseguir un nuevo proveedor de droga, las peleas por el control del territorio con los moteros turcos ’Cthulus’ y la persecución policial, nos ofrece una trama compleja y muy bien aderezada en la que abunda intriga, traiciones y enfrentamientos verdaderamente brutales.

Ver Alemania desde un punto de vista criminal es una atractiva novedad. Sobre todo porque se evita la fácil dualidad musulmán/terrorista. La trama es netamente criminal y se agradece. Sin embargo la serie no esconde una realidad social de exclusión.

Los Hammady han construido una fortaleza de estrechos lazos familiares y estrictamente árabes ante unas leyes de inmigración que facilitan muy poco la integración. Si no posees la residencia no puedes trabajar o poseer negocios; mientras que no puedes acceder a la residencia si no tienes un trabajo legal. La ambientación de las calles y cafetines de Neukölln, mayoritariamente musulmanes, y el rap como música predominante, nos hablan tanto de segregación como de rebeldía entre los jóvenes y  falta de oportunidades. 

Aunque destaca el protagonismo del actor alemán-libanés Kida Kohdr Ramadan, magnífico como Toni Hammady, el resto del elenco encaja en su papel como un guante. Los momentos más dramáticos los aporta la frustración del propio Toni, cuando le deniegan por enésima vez los papeles; su mujer Kalila (Maryam Zaree) cuyos temores le harán buscar refugio en la religión; la mujer de Latif Hammady, Amara (Almila Bagriacik) que sufre el control asfixiante de la familia, y sobretodo Vince, cuya tapadera está a punto de saltar por los aires en varias ocasiones.  


Abbas amenazando a Issam, mientras Vince sujeta a Zeki





















Los capítulos 5 y 6 desarrollan una tensión agobiante. Todo se tuerce, tanto los planes de Toni para gobernar la situación, como los de Vince para realizar un desmantelamiento ordenado. Latif recibe el soplo de que Vince es policía, Abbas va por libre complicándolo todo y el inspector Kutscha (Oliver Masucci), en venganza por un compañero muerto, está utilizando la información de Vince para provocar una masacre.

Como contrapunto de la historia principal se nos presenta por un lado a las dos mujeres, Kalila y Amara que, sometidas a la vorágine de los acontecimientos, fortalecerán su carácter y tendrán una evolución psicológica muy interesante. Por otro a dos muchachos que representan las expectativas contrapuestas de los jóvenes árabes. Issam (Emilio Sakrava) quiere prosperar fuera de esas cloacas, mientras que Zeki (Rauand Taleb) es un gallito pendenciero que quiere iniciarse cuanto antes en los rituales delictivos de la familia. 

Muy en sintonía con Gomorra, parece que Europa ha encontrado su propio filón de mafia, corrupción y narcos.
Potente.















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Esta primera temporada de 4 Blocks sólo tiene seis episodios y está disponible a través de Amazon Prime Video. La segunda temporada está actualmente en emisión y tendrá un capítulo más que la anterior. 
Alemania se destapó en 2017 con series de calidad como Babylon Berlinque encandiló a media Europa con el retrato de la ciudad de Berlín en 1929 y El Mismo Cielo (Der Gleiche Himmel), una miniserie que narraba la historia de dos familias en Berlín durante la Guerra Fría.

viernes, 21 de diciembre de 2018

LA POESÍA de ÁNGEL GONZÁLEZ



Angel González, poeta, profesor y ensayista, es posiblemente el último gran maestro de la poesía española. Su voz personal y transparente mezcla con sabiduría el intimismo y la preocupación social y entronca con los dos poetas que estudió y consideró mayores en el siglo XX de España, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado.

Nacido en 1925 en Oviedo, en cuya Universidad cursó Derecho, en 1950 se trasladó a Madrid para estudiar Periodismo y en 1955 a Barcelona donde entabló amistad con Carlos Barral, Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo. Su primer libro data de 1956, "Áspero mundo". A partir de 1970 fijó su residencia en EEUU siendo catedrático de Literatura Española Contemporánea en diversas universidades norteamericanas. 

Ángel González fue un poeta que fumó, bebió, vivió y amó mucho. Su poesía es profundamente humana, con una honda musicalidad ética donde se citan la experiencia individual y la realidad histórica. Era un pesimista dueño de un sólido vitalismo moral, que le ayudó a escribir sin esperanza, pero con convencimiento (título de su segundo libro). El tiempo inexorable y sobre todo la pasión amorosa son temas centrales en una poesía que aspira tanto a la emoción como a la precisión de su lenguaje. 

Sus herramientas son la nostalgia, la intimidad, el lenguaje coloquial y urbano y una ironía propia del sabio que conoce su derrota final. En un artículo publicado en Litoral, Xelo Candel Vila afirma: "Esta idea de conjugar la intimidad con la Historia, el conocimiento del yo con la reflexión colectiva, lo privado con lo público, es el principal nexo de unión entre la poética de Ángel González y la de Antonio Machado". 

Como integrante de la generación del 50 (Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo, Caballero Bonald o Francisco Brines), su poética se caracteriza por revelar una conciencia crítica del momento histórico, la temporalidad de todos los asuntos humanos, un tono narrativo donde cabe lo cotidiano y la ironía y la concepción de la poesía como un  medio de conocimiento. No en vano Gil de Biedma dijo: "En principio, la poesía me parece una tentativa, entre otras muchas, por hacer nuestra vida un poco más inteligible, un poco más humana".

En la poesía de Angel González hallamos una constante referencia a la palabra y al quehacer poético. De hecho su obra completa adopta el título de su libro de 1965, Palabra sobre palabra. Esta característica, frecuente en la literatura contemporánea, ya la esgrimía el poeta desde sus primeros libros. Además su vena ensayística se puede seguir en los estudios que publicó sobre Juan Ramón Jiménez y sobre Antonio Machado. Él mismo ha reflexionado sobre su obra poética:

"La situación histórica en que mis poemas fueron escritos es ya sobradamente conocida y empieza a ser justamente valorada. La recuerdo porque fue importante. Las tensiones sociales que la República puso en evidencia, la revolución asturiana de octubre de 1934, y la guerra civil, fueron los acontecimientos más sobresalientes que jalonaron mi infancia. La posguerra fue el escenario de mi adolescencia y de mi juventud. Vivir todos esos hechos en el seno de una familia politizada, y desde el lado de los que perdieron todas las batallas, determina ciertas actitudes ante la vida (y, por tanto, frente al arte). Por ejemplo, aunque lo hubiese intentado, yo nunca hubiese podido recluirme en una torre de marfil." 
"Como contraste, mis primeras lecturas serias, iniciadas en los años 40, las que me sirvieron de estímulo y de primer ejemplo para la escritura, tenían poco que ver con mi situación, hubieran podido constituir las piezas idóneas para levantar esa hipotética e imposible torre marfileña. Juan Ramón Jiménez, el Antonio Machado intimista de Soledades, el Gerardo Diego creacionista, el Alberti y el Lorca más líricos y brillantes, fueron para mí, durante algunos años decisivos, un descubrimiento deslumbrador. Nada de lo que en ellos leía tenía que ver con mi experiencia, con lo que era y había sido mi vida, pero en esas lecturas encontraba algo que aún ahora, al cabo de tantos años, sigo considerando importante: le emoción ante la palabra bien dicha, el gusto por la belleza y la precisión del lenguaje.

Así, cuando comencé a leer y en consecuencia a escribir, lo hice desde el convecimiento de que poesía y vida eran dos cosas diferentes, incomunicadas.

Aunque pasado algún tiempo comencé a pensar que poesía y vida no eran necesariamente entidades incomunicables."

Las lecturas de Gabriel Celaya, José Hierro, Blas de Otero, César Vallejo y Pablo Neruda acabaron por orientarle en la dirección entrevista y deseada. Sin embargo ante la aseveración de Gabriel Celaya de que la poesía debería ser una herramienta para transformar el mundo Ángel González se muestra menos ambicioso pero igualmente decidido a intervenir: "sí, creía que merecía la pena intentar algo parecido: tratar de clarificar el caos, de desvelar o denunciar las imperfecciones de la Historia, de testimoniar el horror en que me sentía inmerso." 



Desde su primer libro "Áspero mundo" (1956) se empieza a conformar su poesía como un testimonio del "yo", pero siempre en estrecha relación con los demás. El testimonio social y la convicción de que ese dato debe incidir en la poesía ya lo anticipan poemas como el que comienza: "Aquí, Madrid, mil novecientos / cincuenta y cuatro..."

"Lo que ya no responde al esquema del social-realismo de aquellos años es el pesimismo: un pesimismo que tiñe de desesperanza y de decepción los diez poemas que componen la primera parte del libro. 

Tal y como yo había pretendido, estos poemas resultaron clarificadores al menos para alguien: para mí mismo. Su lectura me dio noticia de la existencia de la decepción, y de su alcance. Sólo al leerlos comprendí que la decepción no era consecuencia de una derrota personal, sino de una catástrofe de mayores dimensiones, de toda una derrota colectiva que incluía la mía." 

"Han sido bastantes los críticos que relacionaron mi poesía con la ironía, otro rasgo generacional. El uso de la ironía fue, en principio, otro imperativo de la situación. Como es sobradamente sabido, los textos irónicos exigen que el lector invierta el recto significado de las palabras; operación mental que, aunque sencilla, desbordaba de hecho la capacidad intelectiva de muchos censores, primera ventaja de un procedimiento que implica además la relación y consiguiente comparación evaluativa de dos puntos de vista opuestos. Así, el procedimiento resultaba doblemente útil: permitía burlar las normas vigentes en materia de censura, y era de una gran eficacia crítica." 

"La ironía pasó a ser una de las constantes de mi poesía y no sólo por las razones expuestas: la ironía facilita un tono de distanciamiento que aligera la peligrosa carga sentimental de ciertas actitudes, algo importante para una persona que, como yo, intenta escribir poesía desde sus experiencias conservando un mínimo de pudor.

Acaso sea necesario aclarar, después de haber insistido quizá demasiado en lo que mi poesía tiene de testimonio colectivo, que en mis libros hay algo más que Historia. En general, con la única excepción de Grado Elemental, el tema del paso del tiempo y la expresión del sentimiento erótico-amoroso ocupan más espacio que los poemas de la vertiente crítico-social. 

Yo diría que el tiempo es el tema central de Sin esperanza, con convencimiento (1961), desde el primer hasta el último de sus poemas, que llevan, respectivamente, títulos inequívocos e inesperadamente coherentes: "Otro tiempo vendrá distinto a éste" y "Esperad que llegue". Entrelazados con el tema del tiempo aparecen los motivos que forman el entramado del libro: el amor, el sentido -o la falta de sentido- de la vida, la esperanza y la desesperanza, la Historia... 

Mis tres libros siguientes no contienen sino desarrollos de estos temas. En Grado Elemental (1962) predomina el tono crítico e incluso didáctico sobre el testimonial. Palabra sobre palabra (1965) es una breve colección de poemas con tema exclusivamente amoroso. Y en Tratado de urbanismo (1967) se funden de nuevo la Historia y mi historia. El repertorio simbólico noventayochista, rural y agropecuario, me parecía fuera de lugar. Me motivaba hacer poesía a partir de la experiencia de lo cotidiano que, en mi caso estaba configurada por la vida en la ciudad. 

Creo que Tratado de urbanismo marca el final de una etapa -o de una actitud- y también el comienzo de otra. El poema "Preámbulo a un silencio" viene a ser la negación de mi intermitente, pero hasta entonces sostenida ilusión en la capacidad activa de la palabra poética. En aquellos años difíciles, cuando la esperanza en un cambio durante mucho tiempo deseado se había convertido primero en impaciencia y luego en decepción, nada se me presentaba más inútil y más ajeno a los actos que las palabras. Con esta "conciencia en la inutilidad de todas las palabras, inicio cierta apertura hacia lo imaginativo, un acercamiento a temas intrascendentes (la música ligera) y una búsqueda, más a través del tono y de la estructura profunda del poema que de su organización estrófica, de una expresión próxima a la canción. 

Estas novedades caracterizan la que yo veo como una segunda etapa en mi poesía, que se abre con Breves acotaciones para una biografía (1969), se continúa con Procedimientos narrativos (1972) y concluye con Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1978)
En estos títulos, la tendencia al juego y la deriva de la ironía hacia un humor que no rehuye el chiste, la frivolización de algunos motivos y el gusto por lo paródico, apuntan hacia una especie de "antipoesía", en cuyas raíces creo que está cierto rencor frente a las "palabras inútiles".
Poesía Completa también editada en la Colección Austral

Posteriormente él mismo reconocería que la proximidad de la vejez, sus viajes por Hispanoamérica y su residencia en EEUU atemperaron esa decepción. 
"Sigo creyendo que la palabra poética, si logra alzarse hasta el nivel de la verdadera poesía, no es nunca inútil. Porque las palabras del poema configuran con especial intensidad ideas y emociones, o a veces incluso llegan a crearlas. Los trovadores medievales "inventaron" una forma de amor que contribuyó a modificar la posición real de la mujer en la sociedad de su tiempo. Pero aun sin ambiciones de transformar al mundo, con la más modesta pretensión de clarificarlo (o de confundirlo) o simplemente de nombrarlo (o de borrarlo), la poesía confirma o modifica nuestra percepción de las cosas, lo que equivale, en cierto modo, a confirmar o modificar las cosas mismas. La fe en la eficacia de la actividad artística la expresó con más radicalidad que nadie Oscar Wilde, cuando dijo que la Naturaleza imita al arte. Ningún poeta social se atrevió a hacer una afirmación tan extrema y comprometida. 


Antología editada por su viuda Susana Rivera


























"Un poema nunca se justifica por las causas, sino por los resultados. En puridad, yo sé algunas cosas que están en torno a y en el origen de mi poesía, pero sé poco de ella. Se dice que todo poema es, al menos en parte, un fracaso. Valorar la magnitud de ese fracaso es tarea que corresponde únicamente a los que leyeren."






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Los párrafos citados corresponden a la Introducción que el propio Ángel González redactó para su libro "Poemas"; una antología efectuada por el poeta y editada por Cátedra en su colección Letras Hispánicas.




jueves, 20 de diciembre de 2018

POEMAS de ÁNGEL GONZÁLEZ

   




   



PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombre de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al ultimo suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...

                                                                en Áspero Mundo (1956)





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MIENTRAS TÚ EXISTAS

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz—cualquiera...
                                     Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.
                                                               En Áspero Mundo (1956)






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ESTO NO ES NADA

      Si tuviésemos la fuerza suficiente
      para apretar como es debido un trozo de madera,
      sólo nos quedaría entre las manos
      un poco de tierra.
      Y si tuviésemos más fuerza todavía
      para presionar con toda la dureza
      esa tierra, sólo nosquedaría
      entre las manos un poco de agua.
      Y si fuese posible aún
      oprimir el agua,
      ya no nos quedaría entre las manos
      nada.



                                                                  En Áspero Mundo (1956)





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OTRO TIEMPO VENDRÁ

       Otro tiempo vendrá distinto a éste.
       Y alguien dirá:
       «Hablaste mal. Debiste haber contado
       otras historias:
       violines estirándose indolentes
       en una noche densa de perfumes,
       bellas palabras calificativas
       para expresar amor ilimitado,
       amor al fin sobre las cosas
       todas».

       Pero hoy,
       cuando es la luz del alba
       como la espuma sucia
       de un día anticipadamente inútil,
       estoy aquí,
       insomne, fatigado, velando
       mis armas derrotadas,
       y canto
       todo lo que perdí: por lo que muero.

                                                       


                                                        En Sin esperanza, con convencimiento (1961)





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MUNDO ASOMBROSO

       Mundo asombroso
       surge bruscamente.

       Me da miedo la luna
       embalsamada
       en las aguas del río,
       el bosque silencioso
       que araña con sus ramas
       el vientre de la lluvia,
       los pájaros
       que aúllan en el túnel de la noche
       y todo
       lo que súbitamente
       hace un gesto y sonríe
       para marchar de pronto.

       En medio
       de la cruel retirada de las cosas
       precipitándose en desorden hacia
       la nada y la ceniza,
       mi corazón naufraga en la zozobra
       del destino del mundo que lo cerca.
       ¿Adónde va ese viento y esa luz,
       el grito
       de la roja amapola inesperada,
       el canto de las grises
       gaviotas de los puertos?

       ¿Y qué ejército es ese que me lleva
       envuelto en su derrota y en su huida
       —fatigado rehén, yo, prisionero
       sin número y sin nombre, maniatado
       entre escuadras de gritos fugitivos—
       hacia la sombra donde van las luces,
       hacia el silencio donde la voz muere.




                                                       En Sin esperanza, con convencimiento (1961)






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NADA ES LO MISMO

       La lágrima fue dicha.

       Olvidemos
       el llanto
       y empecemos de nuevo,
       con paciencia,
       observando a las cosas
       hasta hallar la menuda diferencia
       que las separa
       de su entidad de ayer
       y que define
       el transcurso del tiempo y su eficacia.

       ¿A qué llorar por el caído
       fruto,
       por el fracaso
       de ese deseo hondo,
       compacto como un grano de simiente?

       No es bueno repetir lo que está dicho.
       Después de haber hablado,
       de haber vertido lágrimas,
       silencio y sonreíd:
       nada es lo mismo.
       Habrá palabras nuevas para la nueva historia
       y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.



                                                                        En Grado elemental (1962)







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ME BASTA ASÍ 

       Si yo fuese Dios
       y tuviese el secreto,
       haría 
       un ser exacto a ti;
       lo probaría
       (a la manera de los panaderos
       cuando prueban el pan, es decir:
       con la boca),
       y si ese sabor fuese
       igual al tuyo, o sea
       tu mismo olor, y tu manera
       de sonreír,
       y de guardar silencio,
       y de estrechar mi mano estrictamente,
       y de besarnos sin hacernos daño
       -de esto sí estoy seguro: pongo
       tanta atención cuando te beso-;
                                                     entonces,

       si yo fuese Dios,
       podría repetirte y repetirte,
       siempre la misma y siempre diferente,
       sin cansarme jamás del juego idéntico,
       sin desdeñar tampoco la que fuiste
       por la que ibas a ser dentro de nada;
       ya no sé si me explico, pero quiero
       aclarar que si yo fuese
       Dios, haría
       lo posible por ser Ángel González
       para quererte tal como te quiero,
       para aguardar con calma
       a que te crees tú misma cada día
       a que sorprendas todas las mañanas
       la luz recién nacida con tu propia
       luz, y corras
       la cortina impalpable que separa
       el sueño de la vida,
       resucitándome con tu palabra,
       Lázaro alegre,
       yo,
       mojado todavía
       de sombras y pereza,
       sorprendido y absorto
       en la contemplación de todo aquello
       que, en unión de mí mismo,
       recuperas y salvas, mueves, dejas
       abandonado cuando -luego- callas...

       (Escucho tu silencio,
                                     oigo
       constelaciones: existes.
                                         Creo en ti.
                                                        Eres.
                                                               Me basta).


                                      
                                                                      En Palabra sobre palabra (1965)






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       INVENTARIO DE LUGARES PROPICIOS AL AMOR


       Son pocos.
       La primavera está muy prestigiada, pero
       es mejor el verano.
       Y también esas grietas que el otoño
       forma al interceder con los domingos
       en algunas ciudades
       ya de por sí amarillas como plátanos.
       El invierno elimina muchos sitios:
       quicios de puertas orientadas al Norte,
       orillas de los ríos,
       bancos públicos.
       Los contrafuertes exteriores 
       de las viejas iglesias
       dejan a veces huecos
       utilizables aunque caiga nieve.
       Pero desengañémonos: las bajas
       temperaturas y los vientos húmedos
       lo dificultan todo.
       Las ordenanzas, además, proscriben
       la caricia (con exenciones
       para determinadas zonas epidérmicas
       -sin interés alguno-
       en niños, perros y otros animales)
       y el "no tocar, peligro de ignominia"
       puede leerse en miles de miradas.
       ¿A dónde huir entonces?
       Por todas partes ojos bizcos,
       córneas torturadas,
       implacables pupilas,
       retinas reticentes,
       vigilan, desconfían, amenazan.
       Queda quizá el recurso de andar solo,
       de vaciar el alma de ternura
       y llenarla de hastío o indiferencia, 
       en este tiempo hostil, propicio al odio.


                                                                      En Tratado de urbanismo (1967)





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       A MANO AMADA


       A mano amada,
       cuando la noche impone su costumbre de insomnio
       y convierte
       cada minuto en el aniversario
       de todos los sucesos de una vida;

       allí,
       en la esquina más negra del desamparo, donde
       el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

       los recuerdos me asaltan.

       Unos empuñan tu mirada verde,
                                                      otros
       apoyan en mi espalda
       el alma blanca de un lejano sueño,
       y con voz inaudible,
       con implacables labios silenciosos,
       ¡el olvido o la vida!,
                                    me reclaman.

       Reconozco los rostros.
                                       No hurto el cuerpo.

       Cierro los ojos para ver
       y siento
       que me apuñalan fría,
       justamente,
       con ese hierro viejo:
                                     la memoria.




                                                      En Muestra, corregida y aumentada, de algunos
                                                            procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales
                                                            que habitualmente comportan (1977)






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       A VECES, EN OCTUBRE, ES LO QUE PASA...



       Cuando nada sucede,
       y el verano se ha ido,
       y las hojas comienzan a caer de los árboles,
       y el frío oxida el borde los ríos
       y hace más lento el curso de las aguas;

       cuando el cielo parece un mar violento,
       y los pájaros cambian de paisaje,
       y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
       como susurros que dispersa el viento;

       entonces,
       ya se sabe,
       es lo que pasa:

       esas hojas, los pájaros, las nubes,
       las palabras dispersas y los ríos,
       nos llenan de inquietud súbitamente
       y de desesperanza.

       No busquéis el motivo en vuestros corazones.
       Tan sólo es lo que dije:
       lo que pasa.



                                                       En Muestra, corregida y aumentada, de algunos
                                                            procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales
                                                            que habitualmente comportan (1977)







                        ✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤








        TODO AMOR ES EFÍMERO


       Ninguna era tan bella como tú
       durante aquel fugaz momento en que te amaba:
                                                                            mi vida entera.




                                                                               En Prosemas o menos





                        ✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤✤








       YA NADA AHORA


       Largo es el arte; la vida en cambio corta 
       como un cuchillo.
                                Pero nada ya ahora

       -ni siquiera la muerte, por su parte
       inmensa-

       podrá evitarlo:
                            exento, libre,

       como la niebla que al romper el día
       los hondos valles del invierno exhalan,

       creciente en un espacio sin fronteras,

       este amor ya sin mí te amará siempre.


                                                                   En Deixis en fantasma

domingo, 16 de diciembre de 2018

El IMPERIO de YEGOROV - de Manuel Moyano


Moyano es un narrador nato, con una fértil y consumada imaginación. Su gusto para lo fantástico es todo un lujo para la literatura en español. 

En El imperio de Yegorov compone una maquinaria de ficción perfectamente engrasada donde igual encontramos e-mails, un diario, entrevistas periodísticas, transcripciones de interrogatorios policíales, el prospecto de un medicamento, un obituario, recortes de prensa y hasta un testamento. Incluso el ulterior Índice Onomástico se erige como un relato más, quizás el más importante, porque allí se entreve una pesadilla distópica, constituido por unas docenas más de microrelatos.

El artefacto está completo. Hasta la cita inicial y la Nota Preliminar de los Editores forman parte del relato.
"Los treinta y dos documentos que conforman el presente volumen fueron recopilados a lo largo de cinco años de exhaustiva investigación -no exenta de riesgos- en numerosos archivos públicos y privados tanto de Estados Unidos como de Japón. Para la mejor comprensión del conjunto han sido ordenados cronológicamente y se ha incorporado al final un índice onomástico. Actualmente, dichos documentos se encuentran depositados en la sede itinerante de la Plataforma Ciudadana Contra Yegorov."    Los editores. 

Esa audacia técnica, a la vez juguetona y depurada, es lo que más llama la atención de esta novela fragmentaria y tumultuosa, donde casi cincuenta personajes nos muestran sus anhelos y miserias. Porque es verdad que El imperio de Yegorov es una novela; pero más verdad es que Moyano es un consumado cuentista, de modo que el conjunto se nos muestra como un complejo puzzle de relatos y noticias que el lector va encajando con eficacia y placer.  

Una historia de ritmo vertiginoso y sostenido que se inicia con una expedición antropológica a una perdida isla de Papúa-Nueva Guinea, donde Izumi Fukada es parasitada por un larva letal. Este primer documento "Diario del Antropólogo Shigeru Igataki (1967)" es el relato más consistente, sustenta la base de toda la historia y nos hace un guiño hacia el "El informe de Brodie" de Borges

El regreso de la expedición  y el posterior tratamiento médico nos lleva hasta Japón para acabar desarrollándose en una California con policías corruptos y estrellas de cine ansiosas por detener el paso del tiempo. En definitiva, una entretenidísima novela de aventuras con un toque policíaco que desemboca en un mundo de ciencia ficción dictatorial. Ahí es ná.


El imperio de Yegorov es una historia sobre el ansia de vivir eternamente y la corrupción del poder cuya rápida lectura deleita durante sólo un par de tardes. ¿Demasiado corta? A lo mejor el autor hubiese tenido que imitar a su personaje, el poeta Geoffrey LeShan, y haberse reconvertido a novelista de éxito. Ahí le estaban esperando las aventuras más prolongadas del policía corrupto Dwight LaGuardia o la conspiración que investigan los periodistas del Washington Chronicle que acabará costándoles la vida. O la descripción del mundo distópico que a partir de 2042 creó el nuevo Zar, Oleg Yegorov. 

Pero la realidad es que todo está entrevisto, todo está contado. La mezcla de géneros y formatos nos proporciona un caleidoscopio fulgurante donde vislumbramos ese imperio que, con gran potencia narrativa, nos lleva hasta su antecedente milenario del Gilgamesh. 


En la historia se citan la ambición, la codicia y el anhelo de vencer el paso del tiempo. No falta la ironía, como la que nos traslada un Mick J., artista octogenario que sigue actuando burlándose del paso del tiempo. O que el imperio del título sólo se alumbre en la línea final. 

Una lectura deliciosa.

sábado, 15 de diciembre de 2018

La MALDICIÓN de HILL HOUSE - de Mike Flanagan


El matrimonio Crain y sus cinco hijos se trasladan a vivir a Hill House, una mansión victoriana que parece anclada un siglo atrás. La intención de papá Crain es reparar y hacer brillar la casa para revenderla y sacar una pasta. Pero el caserón tiene vida propia y poco a poco atrapará a sus moradores. 
Mientras los niños juegan por las habitaciones y el padre emprende las obras, una habitación permanece cerrada a cal y canto. Su lustrosa puerta roja parece el umbral a otra dimensión.

Efectivamente después de unas cuantas noches el padre huye despavorido llevándose a sus cinco hijos. Nunca les confesará qué ocurrió con su madre, ni qué vio cuando por fin se abrió la puerta de la habitación roja.

La serie se desarrolla en dos líneas temporales. Los diez capítulos alumbran potentes flashbacks de aquel terrorífico verano mientras vamos conociendo la vida posterior de cada hijo, el difícil encaje de sus traumas y el regreso a aquellos perturbadores hechos que enterraron en su pasado.

Cada capítulo se centra en un personaje del que conoceremos tanto su pasado como su presente. Los gemelos Nell (Victoria Pedretti) y Luke (Oliver Jackson-Cohen) eran los más pequeños por lo que ahora son los más trastornados. Nell era perseguida por las apariciones de un mujer con el cuello roto y actualmente sigue viendo cadáveres. Luke se ha refugiado en las drogas.  La hermana mayor Shirley (Elizabeth Reaser) regenta una funeraria  (¡lo cual es es como cerrar un círculo!) y la mediana Theodora (Kate Siegel) ha desarrollado extraños poderes que le ofrecen visiones aterradoras.

El horror de los fantasmas de Hill House se combina con unas historias dramáticas  verdaderamente potentes y ahí reside uno de los principales aciertos de la serie. Pero el acierto principal es el tono del relato, a la vez realista e hipnótico. Como el propio caserón de Hill House, que hunde sus cimientos en una tierra envejecida mientras provoca en sus habitantes todo tipo de alucinaciones. ¿Por qué Olivia (Carla Gugino) piensa que sólo envenenando a sus hijos podrá salvarlos? ¿Dónde jugaba realmente Luke cuando en sus recuerdos aparece en la Casa del árbol? ¿Quién es la extraña niña  que se le aparece a Luke y que conoce Hill House como si fuera su propia casa?

Los fantasmas se mezclan con los recuerdos y la realidad se quiebra ante nuestros ojos sin necesidad de nieblas ni de truenos. Lo que consigue la serie es que la locura se de la mano con el terror haciendo que el miedo surja desde nuestra propia mente. Espeluznante.

Basada en la famosa novela que Shirley Jackson (The Haunting of Hill House, 1959), la serie tiene un desarrollo muy libre. En el libro se narra el experimento del antropólogo John Montague, que con todo tipo de aparatos de medida y un puñado de ayudantes decide comprobar de modo científico, la "perturbaciones psíquicas" que se manifiestan en la siniestra mansión. La serie adapta personajes concretos de la novela como Eleanor, una mujer solitaria y desdichada tras once años cuidando a su arisca madre inválida; o Theodora, joven poseedora de una increíble capacidad telepática. O Luke, el vividor y mentiroso sobrino de la propietaria. Pero también inventa otros (como la propia Nell y sobre todo Shirley, la hermana mayor, una especie de homenaje a la autora que también tuvo una vida familiar sui generis). Pero quizás la aportación definitiva es unirlos a todos con lazos familiares. 

De todos modos lo que mejor entronca con el libro es su enfoque: concebir la mansión como una enorme caja de resonancia de las perturbaciones psíquicas de sus habitantes. El director y showrrunner ha hablado en alguna entrevista sobre cómo imaginó la serie, viendo lo que les sucede a unos personajes después de una persecución: "Lo que más me gusta de la serie es cómo habla de personas perseguidas o que están luchando contra sus propios demonios. Ahí encontramos un profundo drama".

No sólo la historia y el desarrollo de los personajes aportan densidad, dramatismo y miedo. Narrativamente incorpora valiosos elementos, como la continuidad entre pasado y presente o el tratamiento del tiempo dentro de la casa. Asimismo el director ha cuidado en extremo ciertos monólogos que, como relatos espeluznantes, salpican varios capítulos. Y no voy a olvidar el maravilloso episodio 6, Two Storms, filmado en sólo 5 portentosos planos secuencia.  


Carla Gugino no está sola
Todo habla de la dedicación y el gusto con que se ha empleado Mike Flanagan para lograr sumergirnos en una experiencia cercana y vívida. Además y tratándose de horror gótico y casas encantadas, el director ha completado el juego, escondiendo docenas de fantasmas a lo largo de la serie.

En la novela, Shirley Jackson juega con el misterio y la sugerencia. Dota a su historia de símbolos y alegorías que nos asaltan desde los persistentes monólogos interiores de la protagonista. La serie elige un camino más concreto y dramático; aunque no menos metafórico. Nos viene a decir, los fantasmas son deseos, temores y arrepentimientos. 

Nuestros.
El final no deja de ser sorprendente. No sólo se trata de que cada hermano se comprenda a sí mismo y a los demás; sino también de comprender qué significa y qué contiene la mansión de Hill House.

"La casa está llena de cosas realmente preciosas, y no todas te pertenecen a ti", le dice el guarda Dudley a Hugh Crain, antes de que éste adopte su decisión final.










Otra obra cinco estrellas de Shirley Jackson: Siempre hemos vivido en el castillo.
Otras obras de Mike Flanagan: Oculus, Gerald´s Game.

jueves, 6 de diciembre de 2018

VIUDAS - de Steve McQueen

U.K., 2018

Una de atracos y mucho más.
Con Steve McQueen a los mandos y Gillian Flynn (autora de Perdida) en la escritura, la película no se iba a quedar ahí.
Viudas es una impecable pieza de género en cuyo recorrido nos encontramos con un puñado de giros de guión de lo más sorprendente y, sobretodo, unas pinceladas de denuncia social y un drama muy bien armado. Un brebaje para disfrutar.

La trama se inicia con un atraco que acaba de la peor manera, todos muertos. Las viudas de los ladrones son asediadas por la víctima del robo, un mafioso de barrio que acaba de iniciar su carrera política. Ante esta situación las esposas deciden acometer un atraco que ya tenía diseñado el meticuloso líder difunto. En paralelo asistimos a la carrera electoral de dos tipos de signo bien distinto: uno es el capo robado que ve más oportunidades de medrar en la política con su reparto de cargos, prebendas y mordidas urbanísticas; y el otro, la octava generación de los Mulligan (Colin Farrell) cuyo padre (Robert Duvall) ha tenido que retirarse por sospechas de corrupción. 

Me encanta cómo la película nunca abandona la senda del atraco mientras va filtrando unos trazos verdaderamente interesantes sobre el empoderamiento de las mujeres, la violencia racista de la policía o la corrupción política. En definitiva una película de atracos con el fondo de un intenso drama. 

Hasta tres personajes tienen un dibujo fuerte y bien definido. Viola Davis brilla espectacularmente como Verónica, la mujer del líder que a su vez dirige esta nueva banda. La historia de amor interracial que comparte con su marido (Liam Neeson) está fotografiada con una hondura que ennoblece a la película. Pero es que además Viola Davis logra transmitir con igual desgarro, angustia y amor, duelo, desamparo y determinación. Está magnífica.

Los otros dos personajes que destacan son el de Linda (Michelle Rodríguez), la típica ama de casa engañada y el cínico aspirante a concejal del distrito 18 de Chicago, Jack Mulligan. Pero no les van a la zaga la tercera viuda (Elizabeth Debicki), una joven prisionera de su belleza y de una madre alcahueta. O el padre de Jack Mulligan: Robert Duvall sólo necesita un par de minutos en escena para sentar cátedra y depositar la jarra de cinismo a rebosar en medio de la mesa. Ante las dudas de su hijo le espeta:

¿tú crees que vas a cambiar algo?
Sólo se trata de sobrevivir, de mantener el poder. Esta ciudad es nuestra y no se la vamos a dejar al primero que venga.

Ahí está la presencia de un autor que sigue agitando conciencias: “El arte debe incitar el debate. Aquí quiero hablar de la corrupción, la violencia, la lucha de clases… Pero también explorar el duelo y el dolor", ha declarado. Lo bueno es que estas situaciones de crítica social (como la muerte del hijo de Verónica) son escuetas pincelas que están perfectamente encajadas en la trama. Y que la trama avanza anudando problemas y giros sin detenerse. Y que la narrativa visual de McQueen es elegante y precisa; haciendo que los contados golpes de violencia sean secos y contundentes. 


La película es compleja, con un buen puñado de personajes y situaciones (los dos políticos a la greña, el matón -Daniel Kaluuya- de uno de ellos, las tres viudas, el robo que acabó fatal); pero está urdida con una gran astucia y sabiduría para proporcionar un entretenimiento de altura. La mejor muestra de que un autor puede bajar a la arena de lo comercial y triunfar sin pecar de superficial. 



Las tres primeras películas de McQueen reflejaban rabia e incluso un desafío ante el sufrimiento. "Hunger", una huelga de hambre por parte de un miembro del IRA; "Shame", la obsesión autodestructiva de un tipo por el sexo, y "12 años de esclavitud", un golpe en la mesa contra la esclavitud y el racismo. Evidentemente no es el caso de esta cuarta película, que sigue derroteros propios del entretenimiento; pero sí incluye un cierto desafío: La película adapta una serie británica de 1983 y el director ha relatado su gestación
Es una historia que llevo conmigo desde 1983, desde que tenía 13 años. Recuerdo estar tumbado en el sofá de casa de mi madre, viendo una serie de ITV con la boca abierta. Esa serie era ‘Viudas’, uno de los primeros trabajos de Lynda La Plante. Sus protagonistas eran cuatro mujeres a las que todo el mundo les decía que no eran aptas. Y eso era lo que me decían a mí cuando era un crío: que no era apto, que no era competente. Es muy cruel que te juzguen por tu apariencia… pero ellas se salían con la suya, y eso me encantó. Por eso es personal”


MIchelle Rodríguez y Cynthia Erivo

























P.D.
Acabo la entrada y me doy cuenta que no figura el nombre de Cynthia Erivo. Quiero corregirlo y evitar la injusticia. Es una de esas secundarias que transmite una inmensa fuerza y se hace fácilmente un hueco entre las estrellas. Además, después de verla brillar en la reciente "Malos tiempos para El Royale", creo que la veremos frecuentemente.