jueves, 23 de febrero de 2017

LOS RECUERDOS del PORVENIR - de Elena Garro










Una de las características de las grandes novelas es su poder de evocación. Esa capacidad para poner en pie todo un microcosmos en el que nos sumergimos de tal modo que entendemos más de lo que leemos; porque participamos, abismados, de sus engranajes más íntimos. Eso es lo que pasa con esta espléndida novela. Los personajes, la época y hasta la atmósfera de este rincón mexicano, cobran vida en nuestra mente de forma tan impetuosa que sus vicisitudes logran arrastrarnos y batirnos como un intenso oleaje.

Los recuerdos del porvenir es una hermosa novela que se despliega ante nosotros como una ebria y furibunda Danza de la Muerte. El texto recorre la memoria de Ixtepec, un pueblo zarandeado por los vaivenes revolucionarios de la historia mexicana. Desde la primera página, la novela ensaya y consigue un tono legendario. El propio Ixtepec se convierte en la voz del narrador que desgrana la historia de su paisanaje, cuyo trágico destino anticipa sin poder remediarlo.
Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Solo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo solo soy memoria y la memoria que de mí se tenga.
Desde esta altura me contemplo: grande, tendido en un valle seco. Me rodean unas montañas espinosas y unas llanuras amarillas pobladas de coyotes. Mis casas son bajas, pintadas de blanco, y sus tejados aparecen resecos por el sol o brillantes por el agua según sea el tiempo de lluvias o de secas. Hay días como hoy en los que recordarme me da pena. Quisiera no tener memoria o convertirme en el piadoso polvo para escapar a la condena de mirarme.
Yo supe de otros tiempos: fui fundado, sitiado, conquistado y engalanado para recibir ejércitos. Supe del goce indecible de la guerra, creadora del desorden y la aventura imprevisible. Después me dejaron quieto mucho tiempo.   (así comienza el libro)
La novela es una tragedia coral, la del pueblo de Ixtepec; quizás una metáfora de México, y se estructura en dos partes. En la primera se presenta a los personajes. Por un lado el tiránico general Francisco Rosas que gobierna con mano de hierro. Produce cadáveres a su antojo; pero sufre la indiferencia de su lánguida amante, la hermosa Julia Andrade. Por otro están los Moncada, familia de rancio abolengo cuyos hijos, Isabel, Nicolás y Juan, serán determinantes en el destino del pueblo. El poder opresivo y la violencia mantienen una asfixiante calma que será rota por la aparición de un "fuereño", Felipe Hurtado, misterioso personaje que, sin declararlo, viene a recuperar a su amada Julia. Él se convertirá en el catalizador de un fatal desenlace.


En la segunda parte la narración transcurre pegada a un hecho histórico, la Guerra de los Cristeros*. Al hostigamiento cruel del tirano despechado, se une la Ley del Presidente Calles que clausura cultos e iglesias.

"Y Martín Moncada continuó la lectura del diario. En aquellos días empezaba una nueva calamidad política; las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia se habían vuelto tirantes. Había intereses encontrados y las dos facciones en el poder se disponían a lanzarse en una lucha que ofrecía la ventaja de distraer al pueblo del único punto que había que oscurecer: la repartición de las tierras.
Los periódicos hablaban de la «fe cristiana» y los «derechos revolucionarios». Entre los porfiristas católicos y los revolucionarios ateos preparaban la tumba del agrarismo. Hacía menos de diez años que las dos facciones habían acordado los asesinatos de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Felipe Ángeles, y el recuerdo de los jefes revolucionarios estaba fresco en la memoria de los indios. La Iglesia y el Gobierno fabricaban una causa para «quemar» a los campesinos descontentos.
—¡La persecución religiosa!
Martín Moncada leyó la noticia en el periódico y se quedó cabizbajo. El pueblo hostigado por la miseria entraría en esa lucha." pág. 165-6
Efectivamente, el pueblo entero urde una conspiración para salvar a su párroco. ¡Qué noche de amenaza y fascinación!. Todo el pueblo gira bajo la noche estrellada. La madre de los Moncada ofrece una fiesta al general y a sus oficiales. Todo Ixtepec contiene la respiración. La narración es portentosa y llena de suspense. Se sospecha que el ejército revolucionario bajará de la sierra para liberar Ixtepec. Mientras tanto Isabel Moncada está fascinada con el general Rosas. No sabe que su hermano Nicolás conspira contra los militares. Todo se decanta. Los militares han previsto la jugada. A la vez que Isabel se entrega a Rosas, éste captura a su hermano y a todos los alzados. La tragedia vuelve a abrir sus alas.

PERSONAJES
La galería de personajes es extraordinaria: los principales son Julia (cuya presencia domina la primera parte), Isabel (protagonista de la segunda), el general Francisco Rosas (protagonista de las dos), Nicolás (el mártir revolucionario) y Felipe Hurtado, el extraño que iluminó Ixtepec. Pero también está Juan Cariño, el alcalde loco que regenta la casa de las cuscas (el lupanar), chamán de las palabras que limpia el aire de maldiciones y palabras sangrientas. Él representa al mismo tiempo el espíritu de locura y el de libertad. Asimismo las amantes de los oficiales de Rosas que viven encerradas en el Hotel Jardín. Y las dos casas principales de Ixtepec, la de Don Joaquín y la de los Moncada.

La autora recrea con dulzura y melancolía la infancia de Isabel y Nicolás. Isabel es hermosa e indomable, prisionera y al mismo tiempo dueña de un poder temible, enamorada sin remedio del verdugo de su hermano. Según algunos estudios, a través de Isabel Moncada, Elena Garro hace una crítica a la falta de oportunidades para la mujer. En un contexto de tiranía y sin otras alternativas se condena, elige lo prohibido y se alía con el hombre que ostenta el poder. 

Julia Andrade simboliza la belleza, la dignidad y el amor verdadero. Aunque está secuestrada y confinada su esencia es inaccesible a pesar del maltrato. En el espejo de Julia, la autora nos ofrece una retrato del machismo más ultramontano. Julia resume en su vida la paradoja de las mujeres de Elena Garro: es víctima y prisionera de un hombre poderoso; pero a la vez detenta un poder mágico, aniquilador de cualquier otro poder humano: "Ante el tedio de la joven el general se pregunta ¿Por qué se empeñaba en vivir en un mundo distinto del suyo?" Se refiere al mundo de la memoria. Julia vive en otro tiempo, con otra gente que con la que habla, se mira y se toca, todo lo que hace que el general se vuelva loco.

Felipe Hurtado es un elemento extraño en el mundo pétreo y muerto de Ixtepec. No está contaminado. En él Elena Garro retrató un tema que le interesaba: la magia. Representa el mundo de la creación, de la imaginación, el único mundo que nos puede salvar, según Garro. Felipe Hurtado es capaz de inyectar nuevos bríos al pueblo, le regala la esperanza a través del teatro y de la poesía. Pero cuando por fin establece contacto con Julia, Rosas lo persigue trastornado. Esa noche de venganza del general supone otro momento cumbre de la novela. Con ella concluye la primera parte y Garro nos ofrece unas páginas maestras del todavía nonato realismo mágico. 
La Banda seguía tocando. La noche esperaba a su víctima. El forastero se despidió de los criados; a ninguno dejó de darle la mano. Ellos miraban al suelo dejando correr su llanto.
—¡Vamos! No hagamos esperar al general —le gritó a don Joaquín.
Francisco Rosas lanzó su animal al galope y rayó al caballo frente al portón de la casa. Un galope nutrido lo siguió. La Banda, siempre tocando, se lanzó en su busca.
Don Joaquín trató de detener a Hurtado.
—¡Que nos mata a todos! —suplicó el viejo.
EL forastero lo miró con aquella mirada suya, llena de paisajes extraños. Los dos estaban en el zaguán y oían las voces enemigas.
El joven levantó los cerrojos, quitó las trancas, abrió el portón y salió. Don Joaquín iba a seguirlo, pero entonces sucedió lo que nunca antes me había sucedido; el tiempo se detuvo en seco. No sé si se detuvo o si se fue y sólo cayó el sueño: un sueño que no me había visitado nunca. También llegó el silencio total. No se oía siquiera el pulso de mis gentes. En verdad no sé lo que paso. Quedé afuera del tiempo, suspendido en un lugar sin viento, sin murmullos, sin ruido de hojas ni suspiros. (pág. 155-6)
Coronel de Estado Mayor en 1914
El general Francisco Rosas era el personaje favorito de Elena Garro. Hombre complejo y contradictorio, es capaz tanto de elevados ideales como de ruines pasiones. Corrompido por su traición a Villa, se aboca hacia el abismo. Sangriento opresor, él mismo es un hombre angustiado. Por el camino perdió el ideal por el que luchaba. 
"Francisco Rosas se miró la mano sorprendido del dolor que le produjo el golpe. ¿Por qué había de matar siempre a lo que amaba? Su vida era un engaño permanente; estaba condenado a vagar solo, dejado a su suerte."

"Los Moncada le enseñaron el mundo de la compañía y cuando entraba en él, confiado, se lo arrebataban para dejarlo otra vez solo, entregado a la nada de sus días. Nunca más perdonaré a nadie, se dijo dolido. Desde entonces él era también un fusilado de la suerte."
Con los alzados muertos o presos Isabel se dirige hacia la capilla del pueblo. No puede evitar amar al general Rosas y, como la mujer de Lot al romper la norma, se transforma en piedra. La traición final de Isabel confirma brutalmente el destino fatal del pueblo. La muerte y la imposibilidad de redención acosan sin remedio a los personajes. La historia se vuelve cíclica y se repetirá incesantemente. La piedra de la última página nos remite a "la piedra aparente" de la primera página, sobre la que el pueblo Ixtepec se sienta para observar su imagen "encerrada en sí misma y condenada a la memoria". 
A veces los fuereños no entienden mi cansancio ni mi polvo, tal vez porque ya no queda nadie para nombrar a los Moncada. Aquí sigue la piedra, memoria de mis duelos y final de la fiesta de Carmen B. de Arrieta. Gregoria le puso una inscripción que ahora leo. Sus palabras son cohetes apagados.
«Soy Isabel Moncada, nacida de Martín Moncada y de Ana Cuétara de Moncada, en el pueblo de Ixtepec el primero de diciembre de 1907. En piedra me convertí el cinco de octubre de 1927 delante de los ojos espantados de Gregoria Juárez. Causé la desdicha de mis padres y la muerte de mis hermanos Juan y Nicolás. Cuando venía a pedirle a la Virgen que me curara del amor que tengo por el general Francisco Rosas que mato a mis hermanos, me arrepentí y preferí el amor del hombre que me perdió y perdió a mi familia. Aquí estaré con mi amor a solas como recuerdo del porvenir por los siglos de los siglos». (pág. 317)
Narración realista de unos amores turbios y aniquiladores, introduce anticipadamente y de forma admirable elementos del "realismo mágico". Se podría decir que la novela versa sobre la memoria y el tiempo. Elena Garro los convoca a ambos para trazar una novela de carácter mítico. Para conseguirlo maneja con maestría multitud de recursos literarios: combinación asombrosa de lo épico y lo lírico, de lo gótico y lo barroco, de los ecos de las premoniciones y de los coros trágicos. La escritura de Garro posee una gran hondura poética. En sus manos todo cobra vida. Como ya se ha dicho, a ratos es lírica y a ratos épica, pero siempre estimulante. La lectura avanza apasionada sin caer en inertes fárragos.  


EL TIEMPO Y LA MUERTE son dos principales asuntos en la novela y acotan un territorio estático.
La infancia de Isabel y Nicolás, que con tanta nostalgia narra Elena Garro, está condicionada por un hecho de apariencia inocente. Cada noche, después de cenar, un criado retira las agujas del reloj del salón, aboliendo el tiempo. Entonces ese tiempo se convierte todo él en presente, sin sucesión; breve como un soplo y a la vez largo como la eternidad. En este tiempo fuera del tiempo es donde la autora sitúa su relato. Incluso el pueblo-narrador Ixtepec así lo percibe:
"En esos días era yo tan desdichado que mis horas se acumulaban informes y mi memoria se había convertido en sensaciones. La desdicha como el dolor físico iguala los minutos. Los días se convierten en el mismo día, los actos en el mismo acto y las personas en un solo personaje inútil. El mundo pierde su variedad, la luz aniquila y los milagros quedan abolidos. La inercia de esos días repetidos me guardaba quieto, contemplando la fuga inútil de mis horas y esperando el milagro que se obstinaba en no producirse. El porvenir era la repetición del pasado. Inmóvil, me dejaba devorar por la sed que me roía mis esquinas. Para romper los días petrificados solo me quedaba el espejismo ineficaz de la violencia, y la crueldad se ejercía con furor sobre las mujeres, los perros callejeros y los indios. Como en las tragedias, vivíamos dentro de un tiempo quieto y los personajes sucumbían presos en ese instante detenido. Era en vano que hicieran gestos cada vez más sangrientos. Habíamos abolido al tiempo." pág 68
Ese tiempo detenido es, efectivamente, el propio de las tragedias y dado que ése es el carácter del relato, Elena Garro no se olvida de los coros que cumplen la función -como en la tragedia griega- de sugerir y preanunciar los fatales derroteros. 
- "Aún veo a Felipe Hurtado seguido por aquella frase como si un animal pequeño y peligroso lo persiguiera de día y de noche. “Vino por ella.” (p.79) 
-“Va a pasar algo”, corría de boca en boca. (p.105) 
- “No podía acabar bien”, repetía Ixtepec a coro. (p.149) 
-"El 5 de octubre se dijo en Ixtepec: "Hoy leen las sentencias... hoy entra Abacuc... Hoy hace algo Isabel".(p. 289)
Ixtepec vivió tiempos mejores aunque ahora permanezca inmóvil, rodeado de tedio y sangre. En el relato confluyen ciertos aspectos paradigmáticos que aluden a la "nostalgia del paraíso": el continuo viaje a la niñez, el recuerdo exaltado de las excursiones zapatistas, la presencia enigmática de la bella Julia Andrade o el replegarse en sus recuerdos de Martín Moncada. Todos ellos aluden al restablecimiento de un mundo edénico, donde restablecer la inocencia o el amor; aunque se sepan presos de la fatalidad.
"Después de la cena, cuando Félix detenía los relojes, corría con libertad a su memoria no vivida. El calendario también lo encarcelaba en un tiempo anecdótico y lo privaba del otro tiempo que vivía dentro de él. En ese tiempo un lunes era todos los lunes, las palabras se volvían mágicas, las gentes se desdoblaban en personajes incorpóreos y los paisajes se transmutaban en colores. Le gustaban los días festivos. La gente deambulaba por la plaza hechizada por el recuerdo olvidado de la fiesta; de ese olvido provenía la tristeza de esos días: "Algún día recordaremos, recordaremos", se decía con la seguridad de que el origen de la fiesta, como todos los gestos del hombre, existía intacto en el tiempo y que bastaba un esfuerzo, un querer ver, para leer en el tiempo la historia del tiempo." pág 22
Paradójicamente esta "nostalgia del paraíso" aparece también en el general Rosas.
"Antes de Julia su vida era una noche alta por la que él iba a caballo cruzando la Sierra de Chihuahua. Era el tiempo de la Revolución, pero él no buscaba lo que buscaban sus compañeros villistas, sino la nostalgia de algo ardiente y perfecto en que perderse. Quería escapar de la noche de la sierra, en donde solo le quedaba el consuelo de mirar las estrellas. Traicionó a Villa, se pasó con Carranza y sus noches siguieron iguales. Tampoco era el poder lo que buscaba. El día de su encuentro con Julia tuvo la impresión de tocar una estrella del cielo de la sierra." pág 83
Tapalpa, Jalisco

LA HISTORIA
La narración sirve a la novelista para reflexionar sobre los procesos históricos, que ella juzga inevitablemente circulares. Una penosa reiteración de los crímenes e injusticias del pasado. La novela supone una lectura desmitificadora de lo que fue la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera. Una novela que va en contra de la historia oficial, que crítica ásperamente la traición a la Revolución Mexicana y a prohombres como Carranza, Álvaro Obregón o Plutarco Elías Calles, artífice de las leyes anticlericales.
—Desde que asesinamos a Madero no tenemos sino una larga noche que expiar —exclamó Martín Moncada, siempre de espaldas al grupo.
Sus amigos lo miraron con rencor. ¿Acaso Madero no había sido un traidor a su clase? Pertenecía a una familia criolla y rica y sin embargo encabezó la rebelión de los indios. Su muerte no solo era justa sino necesaria. Él era el culpable de la anarquía que había caído sobre el país. Los años de guerra civil que siguieron a su muerte habían sido atroces para los mestizos que sufrieron a las hordas de indios peleando por unos derechos y unas tierras que no les pertenecían. Hubo un momento, cuando Venustiano Carranza traicionó a la Revolución triunfante y tomó el poder, en que las clases adineradas tuvieron un alivio. Después, con el asesinato de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Felipe Ángeles, se sintieron seguras. Pero los generales traidores a la Revolución instalaron un gobierno tiránico y voraz que solo compartía las riquezas y los privilegios con sus antiguos enemigos y cómplices en la traición: los grandes terratenientes del porfirismo.
—Martín, ¿cómo puedes hablar así? ¿Crees sinceramente que nos merecemos a Rosas?
Doña Elvira Montúfar estaba avergonzada de las palabras de su amigo.
—No solo a Rosas sino a Rodolfito Goríbar y a sus matones tabasqueños. Ustedes acusan a Rosas y olvidan a su cómplice que es aún más sanguinario… Pero, en fin, ya otro porfirista facilitó el dinero a Victoriano Huerta para asesinar a Madero.
Los demás callaron. En verdad estaban asombrados de la amistad sangrienta entre los porfiristas católicos y los revolucionarios ateos. Los unía la voracidad y el origen vergonzoso del mestizo. Entre los dos habían inaugurado una era bárbara y sin precedente en mi memoria (pág.. 74-75)
La novela, asimismo, pone de manifiesto que en México no se ha formado un sentimiento fuerte de cohesión, de nación y de pueblo, existen diversos grupos que viven de espaldas y un alto grado de exclusión de indígenas y mujeres.
"Campesinos devorados por el hambre y las fiebres malignas. Casi todos ellos se habían unido a la rebelión zapatista y después de unos breves años de lucha habían vuelto diezmados e igualmente pobres a ocupar su lugar en el pasado.
A los mestizos, el campo les producía miedo. Era su obra, la imagen de su pillaje. Habían establecido la violencia y se sentían en una tierra hostil, rodeados de fantasmas. El orden de terror establecido por ellos los había empobrecido. De ahí provenía mi deterioro. «¡Ah, si pudiéramos exterminar a todos los indios! ¡Son la vergüenza de México!». Los indios callaban. Los mestizos, antes de salir de Ixtepec, se armaban de comida, medicinas, ropa y «¡Pistolas, buenas pistolas, indios cabrones!». Cuando se reunían se miraban desconfiados, se sentían sin país y sin cultura, sosteniéndose en unas formas artificiales, alimentadas sólo por el dinero mal habido. Por su culpa mi tiempo estaba inmóvil.
—¡Ya saben, con los indios mano dura! —Recomendó Tomás Segovia a los Moncada.
Muchos aprecian que esta novela, publicada hace más de 60 años, sigue reflejando la actualidad, dominada por la corrupción, escasa democracia, nula justicia, ausencia de inclusión indígena y de cualquier pluralidad. Una nación que parece condenada a la desesperación. 

Ahora bien, lo que Elena Garro hace magníficamente, es establecer un diálogo vibrante entre la Historia y el tiempo mítico que se detuvo en Ixtepec. El propio título de Los recuerdos del porvenir, quiere referir el carácter cíclico de la Historia y la fuerza profética del pasado.
"Se sentía asfixiado por los "cuerpos opacos", como llamaba al círculo que formaba la sociedad de Ixtepec: se desintegraban en intereses sin importancia, olvidaban su condición de mortales, su error provenía del miedo. Él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacia la muerte y la muerte el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre recupera plenamente su otra memoria." pág 35








P.D.
Tengo la sensación de que Elena Garro es poco leída en España. Una lástima. En México fue una respetada dramaturga y amiga de políticos y artistas. Garro fue una mujer de vida social provocadora y mantuvo con firmeza una lucha perpetua contra el mundo. En 1968 vivió el rechazo de sus compañeros intelectuales mexicanos al acusarles de ser los verdaderos instigadores de los estudiantes, los cuales sufrieron la matanza de Tlatelolco. Garro fue repudiada y relegada a la marginalidad y el olvido. Vivió un exilio europeo durante más de veinte años. Ausente durante décadas de las Historias de la Literatura del siglo XX, aparecía tangencialmente bien como esposa de Octavio Paz o bien desde una óptica exclusivamente feminista. 
Nació en Puebla, México, en 1916, y murió en 1998.  Los recuerdos del porvenir es una obra maestra del siglo XX y un verdadero clásico. Fue escrita en 1953, pero permaneció en un baúl durante diez años, antes de ser publicada en 1963. Esta era una costumbre inveterada en Elena Garro, guardar sus textos durante años en cajones y baúles. La novela atesora enormes concordancias por época y estilo, con Pedro Páramo (publicada en 1955) y con Cien años de soledad (1967), de la que se le considera precursora. 
En 1958 publicó Un hogar sólido y otras piezas en un acto (la obra que da título a esta colección fue incluida en la Antología de la Literatura Fantástica de Borges y Bioy). También es autora del drama Felipe Ángeles, donde disecciona la traición a los ideales de la Revolución mexicana. Entre sus novelas destacan Testimonios sobre Mariana, Reencuentro de personajes, La casa junto al río. Y matarazo no llamó..., Inés y Un corazón en un bote de basura.
Entre sus colecciones de cuentos, La semana de colores (donde está incluido el reconocido La culpa es de los tlaxcaltecas), El accidente y otros cuentos inéditos y Andamos huyendo Lola
También destaca su libro de recuerdos, Memorias de España, 1937, visita que hizo con un grupo de intelectuales antifascistas y que ella refleja desde un punto de vista muy espontáneo.




* La Guerra Cristera también es conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada. Fue una lucha armada entre el Gobierno y los defensores de la Iglesia a cuenta de Ley Calles: una aplicación estricta de las reglas anticlericales de la Constitución Mexicana de 1917. La revuelta comenzó en 1927 en Los Altos, Jalisco, y se difundió por todo México hasta llegar a convertirse en una auténtica guerra civil. Las relaciones entre el Estado y la Iglesia permanecieron cortadas hasta 1992, cuando el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari reanudó relaciones diplomáticas con el Vaticano y promulgó una nueva ley de cultos. El Congreso reformó el artículo 130 de la Constitución, otorgándole personalidad jurídica a la Iglesia.

jueves, 16 de febrero de 2017

UNCANNY VALLEY - de Federico Heller

En los suburbios del futuro, los adictos a la realidad virtual satisfacen sus impulsos violentos como shooters en un entorno distópico y oscuro. Este magnífico trabajo del estudio de animación 3DAR nos presenta un mundo arrasado donde barrios enteros están enganchados a la realidad virtual. Como verdaderos drogatas estos tíos sólo se despiertan para comer, dormir un poco y volverse a enganchar. Pero  ¿qué pasa si exploras el mapa más allá de los límites fijados?  Un jugador experto descubre lo que ocurre cuando cruzas la línea entre el juego y la realidad.

Según la wikipedia el concepto "valle inquietante" —del inglés: uncanny valley— es una hipótesis del campo de la robótica y la animación 3D que afirma que, cuando las réplicas antropomórficas se acercan en exceso a la apariencia y comportamiento de un ser humano real, causan una respuesta de rechazo entre los observadores humanos.

El término fue acuñado por el profesor experto en robótica Masahiro Mori como Bukimi no Tani Genshō (不気味の谷現象) en 1970. La hipótesis original de Mori declara que cuando la apariencia de un robot es más humana, la respuesta emocional de un observador humano al robot se irá haciendo cada vez más positiva y empática, hasta cruzar un punto a partir del cual la respuesta se convierte en una fuerte repugnancia. Este bache o valle de respuesta repulsiva entre un robot con apariencia y comportamientos "casi humanos" y una entidad "totalmente humana" es lo que se conoce como valle inquietante.

Aquí puedes ver este formidable cortometraje

UNCANNY VALLEY (2015) from 3DAR on Vimeo.


Creo que el corto amplia el concepto valle inquietante desde los robots a la realidad virtual como algo amenazante. Me gusta sobre todo el tono documental con que empieza el corto -al estilo Distrito 9- y luego la fluidez con que el guión evoluciona hasta desvelar las sucesivas paradojas.

El punto crucial ocurre cuando el jugador experto se sale del camino trazado y cruza los límites del mundo virtual.  Es como rasgar la cortina para descubrir la verdad. En muchas ocasiones la ciencia ficción nos muestra su potencial para reflexionar sobre la naturaleza humana: Matrix, Blade Runner, La naranja mecánica, 12 Monos, 2001: Una odisea espacial o la reciente serie Westworld así lo demuestran. Uncunny Valley nos les va a la zaga.

Lo que es un simple juego, tan entretenido como adictivo,
     "juego 17 horas al día. Mato a unas 100 personas por sesión"
     "La vida offline es lenta, aburrida. No pasa nada"
se convierte en algo escalofriante una vez visto el corto.

Un jugador nos confiesa: "No me siento a gusto rodeado de gente. No sé muy bien qué decir o qué hacer. El juego es mucho más sencillo. No hay personas. Sólo objetivos." Suena perturbador.

El peligro de la realidad virtual, de la hipercomunicación, puede ser precisamente aislarnos. Una vez aislados y saturados de una determinada información será muy fácil convertirnos en zombies manipulables.  De hecho existen multitud de estudios e investigaciones sobre el uso de los videojuegos en relación con la industria militar.

El corto nos hace ver el valor de la duda sobre una concepción del mundo dada. El valor de intentar romper los filtros que la sociedad o nuestra propia mente dan por establecidos. 

Además el nivel de realización es portentoso utilizando con gran inteligencia los efectos digitales. Sin ser original, la historia tiene la fuerza de mezclar con fluidez todas sus influencias y potenciarlas con un maravilloso diseño visual. 

miércoles, 15 de febrero de 2017

SHERLOCK T4 - de Mark Gattis y Steven Moffat


Seis entradas más arriba (o más abajo) me refería al estancamiento de la saga Star Wars, en el sentido de que no avanzaba, ni exploraba nuevas aventuras; dedicándose simplemente a repetir los esquemas exitosos de sus predecesoras. Me pregunto si esto mismo le pasa a Sherlock en esta cuarta temporada, excesivamente escorada hacia la endogamia de sus protagonistas y el drama familiar.... y concluyo que NO. 


Siempre me ha estorbado esa parte de las tramas que abunda en la vida familiar de Watson; su relación con Mary ha venido ganando protagonismo y hasta su boda llegó a ocupar todo un capítulo. Precisamente esta cuarta temporada profundiza aún más en estos aspectos familiares, tanto, que Mary Watson se convierte en la protagonista del primer episodio; mientras que en el tercero y último, The final problem, la protagonista es un nuevo y perturbado miembro de la familia Holmes. Excesivo.

Pero esta actualización al siglo XXI del héroe creado por Conan Doyle es tan acertada y maravillosa que estas caídas de interés no son suficientes para considerarlos fiascos. Sherlock siempre está ahí, inteligente, irónico y sarcástico; y aunque Watson en esta temporada tiene menos protagonismo, no faltan los diálogos afilados ni los enigmas irresolubles, las deducciones asombrosas y una realización siempre dinámica y brillante. 

Pero centrémonos en esta cuarta temporada, con un Sherlock más oscuro, prácticamente sin humor y tan centrado en las relaciones familiares, que su último capitulo está dedicado a rescatar su infancia más lejana.

El primer episodio se titula The six Thatchers, juega con el busto en escayola de la Dama de Hierro y con el relato original 'Los seis Napoleones' de Arthur Conan Doyle. Mary (Amanda Abbington) y Watson tienen una hija y su vida tiende a convertirse en aburrida y convencional; pero el pasado de Mary (como agente secreto) viene a perturbar su vida. Hay un agente que busca un objeto escondido en uno de esos seis bustos, repartidos por Londres. Holmes está centrado en proteger a su amigo y a su mujer; además barruntaa una amenaza póstuma de su archienemigo Moriarty. Este Sherlock tan implicado se muestra menos irónico, más humano y sobretodo más errático que en otras ocasiones. 
El arranque de esta cuarta temporada flojea pero es un peaje a pagar, pues su impactante final nos lleva en volandas a un segundo episodio en plenitud, brillante y genial. 
Toby Jones

The lying Detective, nos remite al relato original  'The Dying detective'. Este episodio presenta a uno de los villanos más despreciables, Culverton Smith (un sibilino Toby Jones), ya que esconde sus crímenes tras una fachada de éxito en los negocios y filantropía en la sociedad. Su modus operandi es tan ladino  y su nivel de manipulación tan elevado que cualquier maniobra de Sherlock sólo servirá para encumbrarlo aún más. Maquiavélico.

Para mí es toda una paradoja que, siendo un capítulo con un Watson netamente familiar (se apunta una infidelidad y acusa a Sherlock de la tragedia que sufrió en el segundo acto), su aventura tenga vuelo, el suspense sea agudísimo y el dramatismo sea tan profundo que Sherlock pondrá en juego su vida y sobretodo su salud mental. Hasta la Sra. Hudson tiene una conmovedora intervención, más allá de amueblar la escena, con un par de escenas de lo más vibrante.

Nuevamente un ingenioso giro final nos conduce a un tercer episodio que, seguramente, pretendía ser la apoteosis final; pero que, en su aparatosidad, resulta fallido y el menos sherlockiano de toda la serie.

The Final Problem remeda el título de la aventura original en la que Conan Doyle quiso deshacerse de Holmes, haciéndolo caer por la cataratas de Reichenbach. Asimismo la serie plantea el episodio como un punto de no retorno, puesto que intenta confeccionar un gigantesco lazo donde se unen los traumas infantiles de Sherlock, su hermano Mycroft, una hermana secreta todavía más inteligente pero mucho más aviesa y el archienemigo Moriarty. Desmesurado.

Hay dos situaciones muy bien ideadas, una niña es la única persona despierta en un avión lleno de gente inconsciente y en pleno vuelo; y la tortuosa Eurus Holmes, encerrada en la isla de Sherrinford, una prisión-psiquiátrico. Pero el desarrollo es truculento y repetitivo. Una vez que Sherlock, Mycroft y Watson se convierten de carceleros en prisioneros, han de afrontar una sucesión de pruebas donde entrarán en juego sus convicciones morales. De celda en celda Sherlock ha de resolver contrarreloj una serie de macabros puzzles basados en las relaciones humanas, su talón de Aquiles. Las trampas son tan innumerables, las situaciones tan retorcidas, Moriarty aparece tan instrumental y Eurus tan exageradamente psicótica y omnisciente, que todo se convierte en un abuso y nos empuja a la incredulidad.

Mark Gattis y Steven Moffat han querido componer un cierre tensísimo y dramático, una bajada a los infiernos de Sherlock que recorre "una verdadera montaña rusa emocional"; pero el exceso hace zozobrar el intento. Hubiese valido más
ver a Sherlock ingresado en esa prisión-psiquiátrico haciendo frente a sus demonios. El capítulo en que visitamos su palacio de la memoria fue genial, lo mismo que ocurrió con el Dr. House cuando fue ingresado en un psiquiátrico. Quién sabe. 

Recordemos que, en los libros, después de The Final Problem, Sherlock volvió, gracias a la presión popular. Yo soy de los que creen que la serie volverá. Sea con un capítulo especial, como el de las navidades pasadas, o con otra temporada. Queremos más. 

jueves, 9 de febrero de 2017

PAISAJES después de la BATALLA - de Juan Goytisolo








Paisajes después de la batalla es una novela fragmentaria con un protagonista tan patético como errático. Un hombre en medio del caos; un don nadie perdido en una sociedad de masas que le ignora.

Mientras todo a su alrededor bulle, en el parisino barrio de El Sentier, sus actividades más habituales son callejeos maniáticos, coleccionar recortes de prensa, practicar el onanismo con perros, acudir a extravagantes asambleas semiclandestinas, sumar intentos para seducir jovencitas, redactar perversas fantasías epistolares, escuchar indiscretamente las conversaciones de su mujer y leer con fruición poesía sufí.
¡QUÉ VERGUENZA!
Mientras la proclamación de la ley marcial en Varsovia barre brutalmente, de un plumazo, la noble aspiración popular a un socialismo justo y humano, nuestro héroe se lima egoístamente las uñas. Mientras la policía y fuerzas represivas guatemaltecas eliminan metódicamente a los democratacristianos de izquierda, nuestro héroe bebe un sorbo de agua mineral, se fuma un porro y descarga la vejiga en el lavabo. Mientras cincuenta millones de chinos se reponen penosamente en los hospitales del enorme batacazo sufrido al emprender el gran salto adelante, nuestro héroe planea imaginariamente en un parque atestado de niñas retozonas. Mientras las multinacionales gringas extienden sus tentáculos por Latinoamérica y chupan ávidamente la sangre de sus venas abiertas, nuestro héroe redacta una nueva y aún más indecente carta a las gemelitas." pag 198
Pero ya nos había avisado el autor, en una entrevista, cuando presentó el libro allá por 1982:
"Con los años me he vuelto más escéptico y sin duda mucho más irónico. Así que veo un poco en broma las ideologías, los discursos de todo tipo con que nos bombardean los medios de comunicación, y, también y sobre todo, el propio pasado político."
Esperanza y Desesperanza, 1977 -Eduardo Arroyo-
La novela se conforma sobre la base de tres rompecabezas. 
       Por una lado el autor utiliza la técnica del collage. El esquema narrativo de la obra consta de 78 piezas o episodios donde igual aparecen recortes de prensa, como anuncios eróticos, cartas pornográficas, notas manuscritas a su mujer, un manual del perfecto terrorista e incluso una de las profecías de Nostradamus. 

      Un verdadero palimpsesto, tan paradójico y contradictorio como su protagonista, otro rompecabezas. Un tipo que parece flotar como un detritus indiferente en la corriente de los tiempos. Ermitaño, anacoreta, recopilador-amanuense de fantasías erótico-apocalípticas, pedófilo, grafómano, terrorista extraviado. Se trata de un ser doblemente exiliado, tanto de su país como de su tiempo, al que no le gusta el París de prestigio y culto; sino que "le atrae -y responde a sus gustos lamentablemente groseros- el París alógeno, poscolonial y barbarizado de Belleville o Barbés. Un París que no tiene nada de cosmopolita ni culto, sino iletrado y meteco." p.150

En la entrevista referida, Juan Goytisolo ya señalaba: "Tú no puedes contradecir Paisajes después de la batalla porque en él están todas las ideas y al mismo tiempo la negación de estas ideas. Es la duda total. Es enseñar al lector a dudar”.
 "Camino por un paisaje de ruinas ideológicas: bustos destrozados, estatuas caídas, columnas rotas, resto de arquitrabes y frisos devastados por algún cataclismo, quizás una súbita y feroz invasión. Eruditos y arqueólogos excavan minuciosamente el terreno, calan la histórica superposición de estratos, ahoyan al pie de monumentos enterrados, exhuman las bases del materialismo dialéctico, recuperan profecías y dogmas de inapreciable valor. " pág 212
En el episodio titulado REFLEXIONES YA INÚTILES DE UN CONDENADO leemos una especie de resumen: "lances y aventuras de una autobiografía deliberadamente grotesca, de la minuciosa exposición de las ideas cliché de la época que configuran poco a poco el mapa universal de la idiotez".
Cine Rex, en El Sentier -París-

       Finalmente, el tercer rompecabezas es sociológico. El omnipresente barrio de El Sentier es tan protagonista como ese Reverendo que, ataviado con gabardina y sombrero, acecha a las tiernas niñas en los parques. Uno de los episodios se titula EL SENTIER y está curiosamente redactado como una descripción de sucesivas capas geológicas que allí se han ido depositando: portugueses, españoles, árabes, bereberes, paquistaneses, afganos.
"Si se cansa de hacer el turista, va a alguno de los cafés del bulevar donde suelen darse cita los numerosos grupos exiliados, revolucionarios o contrarrevolucionarios, acogidos a la amalgama y anonimato de la barriada." pág. 129
El Sentier es una fotografía de la época que, en su clarividencia, revela también la nuestra: emigración, multiculturalismo, resistencia nacionalista al extranjero, crisis económica y medioambiental, manifestaciones sociales del descontento. Uno de los episodios se titula precisamente Paisajes después de la batalla:
"El barrio ofrece un aire desolado: la huelga general indefinida de los obreros clandestinos de la confección, sus manifestaciones violentas para obtener la regularización de sus documentos de trabajo, los conatos de incendio de los grupos autónomos anticapitalistas, los choques cada vez más frecuentes entre comandos de protesta contra el genocidio del pueblo oteka y brigadas de autodefensa de las milicias patrióticas de Charles Martel han provocado el cierre masivo de los comercios y la supresión casi completa del tráfico." pág 257
El barrio es la metáfora. "El microcosmos del Sentier, el microcosmos de su propia vida se prolongan sin saberlo en un estado de angustiosa precariedad: el de una sentencia capital provisionalmente suspendida."(p.111)  El protagonista callejea peri-patéticamente por una ciudad irreal. Uno de los episodios se titula EN EL PARÍS DE TRAYECTOS QUE SE BIFUCAN, donde se lee: "Examinar el plano del metro es ceder al recuerdo, evasión, desvarío; abrirse a la utopía, la ficción y la fábula."
Rue du Faubourg Pissonnière -París-








A un lector poco atento el mensaje le sonará confuso. El protagonista es un ser innoble y hasta perverso: "El sufrido lector de esta narración confusa y alambicada tiene perfecta razón en plantearse una serie de preguntas sobre sus silencios, ambigüedades y escamoteos." (p. 221). Goytisolo practica un humor extravagante y desengañado; es capaz de defender todo y atacar todo, de forma que no es baladí la cita de Bouvard et Pecuchet que elige para abrir el libro:
"Pusieron en duda la probidad de los hombres, la castidad de las mujeres, la inteligencia del gobierno, el buen sentido del pueblo, finalmente minaron los cimientos."
¿Y cuál es la batalla?
Publicada en 1982, el autor recoge todavía los vientos de la reciente muerte del dictador Franco; pero de forma inaudita relata una sociedad que llega hasta nuestros días. "Ruinas vestigios escombros de una próspera civilización arrasada", leemos en el episodio LA CIUDAD DE LOS MUERTOS. Una sociedad con las ideologías gastadas y las expectativas cercenadas por una permanente crisis económica y el ensimismamiento de los nacionalismos; que se dedica a acumular capas y capas de desahuciados y excluidos. La novela es como una parca grotesca que te da a elegir la batalla que quieras, la ficticia del exterminio del pueblo oteka, la crisis de los refugiados, los desastres naturales, el rearme nacionalista o el holocausto nuclear. Al final lo que queda de esta sociedad occidental es un hombre incomunicado, estúpido, apático e insolidario, dedicado a sus pequeñas ruindades. De forma harto burlesca Goytisolo llega a hablar del ideal de una sociedad disneyniana.
Páginas del libro


El anhelo del autor de "ponerme en tela de juicio a mí, al personaje y al lector", le lleva a utilizar las herramientas de la metaliteratura. Ya hemos visto más arriba como apela al "sufrido lector"; pero en la parodia de estos tiempos que el autor imagina, no se olvida de sí mismo; incluyéndose en su obra, como Velázquez en Las Meninas. Todo el mundo está invitado a esta feria abominable y ese requerimiento hacia el autor, el personaje y el lector, se vislumbra con claridad en el episodio titulado SU VIDA ES SUEÑO. Allí se nos relata cómo el grafómano-amanuense es secuestrado en su apartamento por un  banda de ¡maricas rojos!, que le obligan a escribir sobre sus actos y pulsiones más secretos: las cartas a las niñas, las pintadas en defensa del pueblo oteka, los artículos científico-apocalípticos, el espionaje sobre su esposa... el libro entero del que el protagonista se sale justo cuando lo está acabando para verlo/verse desde fuera.

"...saludando alborozadamente al público: reír reírte de ellos: escribir escribirme: tú yo mi texto el libro
yo: el escritor
yo: lo escrito
      Lección sobre cosas territorios e Historia
      fábula sin ninguna moralidad
      simple geografía del exilio"    (p. 265)
Cerrando de este modo esa especie de cinta de Moebius donde el protagonista de la novela emerge de entre sus páginas para coger el libro y releer lo escrito.
SU VIDA ES SUEÑO
"Nuestro desdichado héroe relee lo escrito y escucha indiferente los latidos de su corazón revelador. El texto que acaba de redactar no le satisface en absoluto; como advertirán sin duda sus celadores, se trata de una nueva y ociosa tergiversación. A medida que expone sus pensamientos y obsesiones se siente acuciado por la ineludible pregunta: ¿será él o yo quien se expresa? Su vocación de amanuense le ha llevado a asumir la paternida de la copia e, insidiosamente, confundirse con el autor: las elucubraciones cientifíco-grotescas sobre la humanidad futura, ¿son obra de su musa o de ese escritor huraño y a todas luces antipático que las divulgó en El País?; la dificultad de vivir, comunicar con los demás, adaptarse a las normas y actuar conforme al llamado sentido común, ¿es propia del narrador o corresponde simplemente al personaje? Víctima de este incesante acoso, nuestro héroe contempla la panorámica de tejados grises a través de la ventana de su estudio con expresión de perplejidad. Un repaso a las ciento setenta páginas de su manuscrito descubre la existencia de un ser fragmentado: ideas, sentimiento, libido tiran por diferentes caminos, el desdichado cronista de su vida ha sido incapaz de aglutinarlos. Hojear su relato acuciado por la premura del tiempo es un lancinante ejercicio de irrealidad: al final, ya no sabe si es el remoto individuo que usurpa su nombre o ese goytisolo lo está creando a él." pág 250
La fête du livre -Eduardo Arroyo-





























_P. D. ___________________________________________________________
TRES FLASHES BURLESCOS

1.- El Reverendo (que es como firma sus anuncios) intenta atraer a las niñas. Lleva como cebo un ratón blanco que le sale por la manga y que él aprovecha para incitarlas a acariciarlo. No es difícil relacionarlo con el Reverendo Hodgson y el ratón que imaginó corriendo delante de la pequeña Alicia. Pero en su epílogo, Julián Rios lo relaciona también con la acepción de raton en el argot francés: un término injurioso para designar a los árabes norteafricanos. 

2.- No me resisto a subrayar una escena que resume todos los aspectos bufos de la obra. La podría haber filmado el mismísimo Fellini. En una de sus fantasías logra el contacto con una jovencita; pero ésta adopta el papel de dominatrix y le obliga a colocarse desnudo a cuatro patas, con una zanahoria metida en el culo. En el momento en que la golfilla le hace besarla los pies, sale por sorpresa todo un conjunto de derviches danzando, con las faldas al vuelo, mientras un maestro sufí le recita el sentido de Unidad entre cada cosa y el Universo. ¡!

3.- REFLEXIONES YA INÚTILES DE UN CONDENADO
"Mi ideal literario: el derviche errante sufí.
Un hombre que rehuye la vanidad, desprecia las reglas y formas exteriores de conveniencia, no busca discípulos, no tolera alabanzas. Sus cualidades son recatadas y ocultas y, para velarlas y volverlas aún más secretas, se refocila en la práctica de lo despreciable e indigno: así, no sólo concita la reprobación de los suyos, sino que provoca su ostracismo y condena. Tras las máscaras y celajes de la escritura, la meta es el desdén: el rechazo orgulloso de la simpatía o admiración ajenas será el requisito indispensable a la alquimia interior operada bajo el disfraz de una crónica burlona y sarcástica, de los lances y aventuras de una autobiografía deliberadamente grotesca, de la minuciosa exposición de las ideas cliché de la época que configuran poco a poco el mapa universal de la idiotez." pág 252

viernes, 3 de febrero de 2017

WESTWORLD - de Jonathan Nolan y Lisa Joy

Westworld es un parque de atracciones futurista dirigido por el Dr. Robert Ford (Anthony Hopkins). El parque está inspirado en el salvaje Oeste y la diversión que procura es una inmersión completa en ese ambiente. Las instalaciones cuentan con figurantes androides de apariencia plenamente humana; por lo que los visitantes pueden dar rienda suelta a sus deseos, sean ruines o caballerescos. Podrán salvar a la chica o mantener un duelo, convertirse en atracadores, violadores o asesinos....podrán cumplir cualquier deseo o atrocidad con la garantía de que no sufrirán daño alguno. 

La serie está basada en la película de Michael Crichton, de 1973, y según su creador Jonathan Nolan, "inspirándonos en el concepto increíblemente evocativo de la película original, queríamos trasladar una cuestión: si te vieras inmerso en un mundo de fantasía, uno en el que pudieras hacer todo aquello que quisieras, ¿descubrirías cosas de ti mismo que no hubieras querido saber?". La co-creadora Lisa Joy añade, "también queríamos explorar lo que significa ser humano desde un punto de vista externo, a través de los ojos de los 'anfitriones': las inteligencias artificiales con forma humana que son la atracción principal del parque."

Se presentó la serie para llenar el hueco que dejó Juego de Tronos y enseguida todo el mundo la relacionó con Lost, por la abundancia de misterios y conspiraciones. Yo prefiero señalar sus vínculos con la mítica Blade Runner: los anfitriones están en trance de convertirse en perfectos replicantes y también hay un juego muy significativo en el que participan fotografías (la que encuentra el padre de Dolores) y recuerdos.


En el clásico los robots se rompen y matan a los huéspedes. La serie va mucho más allá planteando cuestiones netamente filosóficas: memoria, ética, conciencia, poder o motivación. Desde el principio se plantea como una indagación sobre los límites: de las fantasías del ser humano por un lado y de la conciencia en la inteligencia artificial por otro. ¿En qué momento o bajo qué circunstancias, un androide puede llegar a ser autoconsciente?. Y lo que es más importante, esa consciencia le llevará indefectiblemente a tomar sus propias decisiones.
"Creía que las historias nos volvían más nobles, arreglaban lo que estaba roto en nosotros y nos convertían en la persona con la que siempre hemos soñado. Pero las mentiras revelaron una verdad más profunda. La prisión de nuestros pecados.", dice el Dr. Ford. Los sueños tienden a convertirse en pesadillas.  
El lugar donde los clientes pagan por encontrar su versión más intrépida y aventurera, puede convertirse en una vorágine mortal. Después de 30 años abierto, con más de 1.400 "huéspedes" diarios y 100 narrativas interconectadas en marcha, el parque está realizando una actualización. Las rutinas y los bucles establecidos en la actuación de los androides se están empezando a romper. Los cambios en la programación les produce "ensueños", una especie de recuerdos que, del mismo modo que enriquece su personalidad, los vuelve impredecibles.

El Dr. Ford y Dolores,  "¿te cuestionas tu realidad?"
Este asunto de la memoria y la consciencia es central en la serie. Muchos de los 10 capítulos de esta primera temporada comienzan con un careo entre el programador y alguna de sus criaturas. Una pregunta habitual es, "¿Te cuestionas la naturaleza de tu realidad?". Otra es, "¿Sabes dónde estás?". En alguna ocasión Dolores responde, "sí, estoy en un sueño." Acostumbrada a la granja, el carromato y los caballos, no entiende el mundo de electricidad, cristal y acero que se le presenta en el laboratorio.



Esa confrontación entre realidad y sueño es fascinante. Cuando Maeve (Thandie Newton), la encargada de las chicas del saloon, despierta sobre la mesa de operaciones, ante el estupor de los ingenieros, no podemos dejar de recordar al pobre Segismundo de "La vida es sueño", de Calderón; o incluso revisar nuestro concepto de lo sobrenatural.


En el subsuelo de este valle desértico que recuerda a Monument Valley, se encuentra la sala de máquinas de esta gigantesca maqueta, controlada por un melancólico y enigmático mago de Oz, el Dr. Ford, y su jefe de programadores, Bernard Lowe (Jeffrey Wright).


El conflicto va a operar tanto en la superficie como en los laboratorios subterráneos. En el Oeste seguimos sobretodo a dos anfitriones, Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) y el noble pistolero Teddy Flood (James Marsden). Pero también transita por allí un huésped depravado, el Hombre de negro (Ed Harris), que mata y destripa todo lo que encuentra. Está obsesionado con descubrir los límites del parque, quizás donde el juego se convierta en algo real y los huéspedes incluso puedan sufrir. Por eso lo recorre implacablemente desde hace años. Rastrea dos leyendas que apenas susurran los anfitriones: el Laberinto y el territorio donde campa el brutal asesino Wyatt.
























El parque está hecho para satisfacer cualquier deseo por más depravado que sea. Sexo salvaje, armas para disparar y alcohol para envalentonarse en una aventura sin fin. Prueba de que la vida que los huéspedes dejan atrás es alienante y anodina. El Dr. Ford aporta una aguda reflexión

"Los huéspedes no vuelven por las cosas obvias que hacemos. Las cosas chillonas. Regresan por las sutilezas, los detalles. Ellos vienen porque descubren algo que imaginan que nadie había notado antes. Algo de lo que se enamoran. No están buscando una historia que les diga quiénes son. Ya saben quiénes son. Están aquí porque quieren vislumbrar quiénes podrían ser."
El capítulo 4 representa la frontera entre una serie al uso (con acción y personajes desenvolviéndose en un territorio) y el verdadero carácter abstracto de esta insólita serie. No en balde los dos protagonistas de este capítulo son Ford y el Hombre de negro, dos poderosos antagonistas: el creador del juego y el jugador más avezado. 


Este paralelismo entre dos personajes se reproduce en diferentes ámbitos: 
Robert Ford y Arnold Weber fueron los dos compañeros que idearon y escribieron el código de todo el parque. Diferían en sus concepciones y Arnold murió en extrañas circunstancias; aunque sus líneas de código no dejan de aflorar en algunos anfitriones. Maeve llega a decir, "es como que tuviese dos personas en mi cabeza discutiendo todo el rato. Tengo algunas partes del código escrito que son muy antiguas y elegantes....¿quién es Arnold?"
Del mismo modo Maeve y el Hombre de negro nos ofrecen su contraste: ella llega a manipular su código para poder salir del parque a la realidad; mientra que él viene de la realidad y busca el corazón del parque.
El Dr. Ford y Bernard Lowe

Diferentes mitos se conjugan para dar forma a la serie: el del dios creador de una inteligencia autoconsciente (de nuevo Blade Runner), el de Jekyll y Hyde, el del eterno retorno, el de Eurídice saliendo de los infiernos, el de la evolución y el superhombre, el mito de la frontera, el del más allá....

Resaltaré tres asuntos que me parecen capitales en el desarrollo de la serie: la memoria, la consciencia y las líneas temporales. 
Dolores y Maeve son dos de los anfitriones que primero empiezan a recordar y por ahí se origina su liberación. Aunque en un principio toda la memoria era borrada al final del día: "Imagina lo jodidos que estarían si estos pobres recordaran lo que les han hecho los huéspedes". En el capítulo titulado The Bicameral Mind, los ensueños se revelan como una forma de "conocer al enemigo", tal y como la manifiesta a Bernard el Dr. Ford. Sin el recuerdo de esas experiencias dolorosas, jamás estarían preparados para la revolución.
Se trata de una idea procedente del budismo: Para alcanzar el mayor grado de consciencia se necesita el desgarro del dolor: El Dr. Ford tiene un cargo de conciencia por haber perdido a su compañero. Bernard sufrió la pérdida de su hijo enfermo. Maeve empieza a recordar el asesinato de su hija a manos del Hombre de negro... mientras Dolores y Teddy están recuperando ensueños verdaderamente trágicos.

La serie posee una cualidad de intriga y secreto en grado sumo. Del mismo modo que asistimos a la superposición de las distintas capas de recuerdos con que los androides están construyendo su consciencia; nosotros como espectadores recibimos retazos y piezas de la historia con las que hemos de construir un gigantesco puzzle, que sólo en el capítulo final se nos mostrará en todo su esplendor.
Dolores y William

Memoria, sufrimiento, ensayo y error se encadenan en esa forja de la consciencia. Ya en el episodio piloto, Bernard le dice a su jefe que los ensueños que ha introducido en la última actualización produce errores. ¿Errores?, le contesta el Dr. Ford, "Te da reparo usar esa palabra y sin embargo tú eres el producto de tres mil millones de ellos. La evolución forjó la totalidad de la vida en este planeta usando una sola herramienta: el error."

Por su parte, el complejo entramado del tiempo que ha utilizado la serie es una de sus bazas más complejas e inteligentes. Sólo al final descubrimos que en cada capítulo han convivido diversos pasados y el presente sin más indicación que la desaparición repentina de algunos personajes. Las conversaciones entre Arnold y Dolores ocurren en una fase preparatoria del parque. Mientras que la llegada del joven y pusilánime William con su cuñado, se produce con el parque ya funcionando. William se obcecará con salvar a Dolores y esta atormentada misión lo transformará en un ser depravado y perverso. En el presente han transcurrido treinta años y tanto William, como Dolores y el Dr. Ford ya han hecho acopio de un bagaje particular de tragedia y dolor para convertirse en otras personas.
Fotograma de la intro



La serie es compleja y sutil. A la belleza visual de la intro hay que añadirle un exquisito cuidado por los detalles, a los que carga de significado. Como la mosca que se posa en el rostro de Dolores o cuando Bernard no puede ver una puerta que le indica el Dr. Ford.


Esta carga de profundidad con que ilumina sus imágenes tiene su cumbre en el capítulo final, cuando se desvela el Laberinto de la consciencia como un "don divino", ilustrado de forma originalísima con una pintura de Miguel Angel.


La Creación de Miguel Angel



Westworld es una serie pletórica de historias cruzadas y personajes, de teorías sobre el conocimiento, los mitos y la narración. Sus tramas esconden giros insospechados y secretos asombrosos. Su factura es tan evocadora, intrigante y compleja que no encuentro mejor modo de reseñarla que reproducir tres de sus diálogos más sugerentes.

-Arnold y Dolores conversan al comienzo del capítulo 4.

-¿Puede ayudarme?
-¿Qué es lo que quieres?
-No lo sé, pero este mundo ....me parece que hay algo malo en este mundo. Algo que se mantiene oculto. O eso, o me está pasando algo muy malo...Podría estar enloqueciendo
-Quiero que pruebes una cosa. Es un juego. Un secreto. Se llama, el Laberinto.
-¿Qué clase de juego es?
-Un juego muy especial, Dolores. La meta es hallar su centro. Si lo logras, quizás puedas ser libre.
-Creo...creo que quiero ser libre."
-El Dr. Ford y un viejo cow-boy que recuerda a Buffalo Bill charlan en el capítulo 5.
-Me cuenta alguna historia amigo?
-Sí ¿por qué no? De niños mi hermano y yo queríamos un perro y nuestro padre nos trajo un viejo galgo. ¿Nunca ha visto un galgo verdad Bill?
-Vi muchos duelos en mis tiempos.
-El galgo es un perro de carreras. Se pasan la vida corriendo en círculos , persiguiendo un trozo de fieltro con forma de conejo. Un día lo llevamos al parque ; mi padre nos advirtió de lo rápido que era pero no pudimos resistirnos . Mi hermano le quitó la correa y...en aquel instante , el perro vio un gato. Debió parecerle un trozo de fieltro ...y corrió. No he visto nada más hermoso que aquel perro corriendo, hasta que al final acabó cazándolo y para horror de todos nosotros mató al gatito, Lo hizo pedazos. y se quedó allí, sentado , confuso. El perro se había pasado la vida intentando alcanzar ese chisme y ahora no sabía qué hacer.
-Una maravilla de historia socio. Brindamos por la dama de los zapatos blancos?

-Al principio del capítulo 7, Bernard está recordando cuando leía un cuento a su hijo fallecido. El pasaje corresponde a Alicia en el País de las Maravillas y quien habla es el Sombrerero Loco:

"-Si yo tuviera un mundo mío, todo sería absurdo. Nadie sería lo que es, porque todo sería lo que no es".
Dicho y hecho.