domingo, 25 de septiembre de 2016

MIDNIGHT SPECIAL - de Jeff Nichols
















Un agente de la NSA interroga al pastor de una secta que vive recluida en un rancho:
-¿Cuál es la actividad principal de su rancho?
-Tenemos una pequeña explotación ganadera, pero sin ánimo de lucro. Sólo es para nuestro uso.
-Trabajo en comunicaciones, en la NSA. ¿Puedo ir al grano?...¿Estas palabras le dicen algo?  Polo step, meridiano alfa, sable rojo. ¿Y la combinación de números  53, 23, 77, 127?
-Si. Son extractos de mis sermones. Ese en concreto es de una lectura del 17 de Enero de 2010.
-Sí, exacto. ¿Lo escribió usted?
-Si.
-Y si le dijera que las palabras y números que aparecen en sus sermones, incluyen información sensible del gobierno que, según las fechas que menciona, se transmitieron vía satélite con una encriptación muy compleja?. Su descifrado y  difusión además de ser científicamente imposible, conllevaría una pena por traición tan severa que es posible que el gobierno ni tan siquiera la haya fijado todavía. 
-El chico me los proporcionó... Fue cosa del chico.
-¿Alton Meyer?
-Sí.
-Sí, bueno. Lo suponíamos.
-¿Es hijo suyo?.
-Lo adopté.
-¿Conoce al padre biológico?
-Lo conozco bien.
-¿Cómo pudo un niño de ocho años conseguir esa información?
-Suele tener ataques.
-¿Ataques?
-Habla otras lenguas. A veces idiomas conocidos y a veces desconocidos. Lo que dice lo convertimos en nuestras escrituras. Son palabra del Señor. 
-...O del gobierno federal. ¿Qué ocurrirá el viernes 6 de marzo?... Necesitamos saber dónde está el niño.
(Mientras sonríe) -¿No tienen ni idea de a qué se enfrentan, ¿verdad?.

La propuesta, como se ve, es muy interesante y plantea una intriga de grandes proporciones. La pena es que la película no logra desarrollar todo ese potencial. 

Dos hombres huyen con un niño de 8 años. Detrás de ellos una extraña secta organiza su captura. Mientras tanto asistimos al sermón del aparente pastor (Sam Shepard). Es un galimatías compuesto de palabras y expresiones sueltas a las que los feligreses responden entonando una letanía de números. El FBI y la NSA interrumpen el oficio y detienen a todos. Sus rezos  reproducen con precisión una serie de códigos supersecretos. ¿El niño es un profeta o un visionario?














El mundo de las sectas y sus revelaciones, las confabulaciones del gobierno, el potencial de un niño con un poder especial, la relación paterno-filial, los cuestionamientos de una fe. El conjunto de conflictos que concita la película es de lo más sugestivo; pero después de una primera media hora muy atractiva, la trama argumental se adelgaza preocupantemente hasta quedar en un simple hilo. Un niño tiene que llegar a un determinado punto y la policía intenta bloquearlo. Una mezcla de ET y Encuentros en la Tercera Fase con un toque adulto, pero que no logra remontar el vuelo. 

Con todo, la película entretiene y nos regala alguna secuencia memorable, como la de un amanecer para un niño que nunca lo ha visto o la lluvia de meteoritos. El director de fotografía Adam Stone (compañero de Nichols en todas sus obras) logra convertir al mundo natural en un personaje más. Tal y como hizo en Take Shelter.

Como en sus otras dos películas, Nichols intenta trasladarnos la vivencia de unos personajes abrumados, incapaces de controlar el mundo que los rodea. Ese juego de emociones era profundo en Take Shelter y Mud; pero en Midnight Special no logra más que arañar la superficie. 

Y eso ha pesar de contar con un elenco tan cualificado como Michael Shannon, Kirsten Dunst, Joel Edgerton o Sam Shepard.

La narración es fluida y adulta. Evita la calderilla de explicitar las motivaciones. Pero finalmente el derrotero elegido para dar salida al drama es pobre y usual. En vez de profundizar en la complejidad, el director embarca a sus personajes en una simple persecución hacia ningún lugar interesante. 

Jeff Nichols es un director siempre apreciable que transita por caminos muy poco trillados. En Take Shelter logró caminar brillantemente por el filo de la navaja que supone la línea divisoria entre una neurosis y un miedo atávico. En Mud nos regaló el drama sin impostaciones de un perdedor que ve derrumbarse sus últimos sueños; con un niño como testigo en el que cree ver la inocencia perdida de sí mismo. Pero aquí, después de un comienzo prometedor, la película se vuelve común y corriente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.