lunes, 29 de febrero de 2016

SEÑALES - de M. Night Shyamalan



Febrero. Una invernal tarde de sábado me encuentro pegado a la tele viendo Señales. Es la tercera o cuarta vez que la veo desde su estreno en cine y acabo pensando que cuantas más veces la veo más me gusta. Y eso a pesar de que cuando salí del cine en su estreno quedé un tanto decepcionado. 

Los éxitos fulgurantes (El sexto sentido) siempre van seguidos de decepciones y pontificaciones; pero los altibajos que haya sufrido el cine de Shyamalan no pueden esconder el gran talento que atesora este director y guionista. Su nómina de películas es grandiosa, aunque incluya bodrios como After Earth o films tan fallidos como Airbender, el último guerrero.

-1992 - Praying with Anger
-1998 - Wide Awake
-1999 - El sexto sentido (The Sixth Sense) 
-2000 - El protegido (Unbreakable) 
-2002 - Señales (Signs)
-2004 - El bosque (The Village)
-2006 - La joven del agua (Lady in the Water)
-2008 - El incidente (The Happening)
-2010 - Airbender, el último guerrero (The Last Airbender)
-2013 - After Earth
-2015 - Wayward Pines - Serie - Temporada 01
-2015 - La visita (The Visit) 

A partir del exitazo de El sexto sentido, Shyamalan se nos presenta como un cineasta  pletórico, en posesión de un estilo bien definido: primorosa puesta en escena, capacidad de originar máxima tensión con mínimos elementos, gran creador de atmósferas misteriosas, sutileza en el desarrollo de las tramas, inteligencia para abrazar los miedos y, sobretodo, una decidida apuesta por afrontar la fantasía desde el más puro realismo.


Aunque el éxito (económico) duró hasta Señales, en realidad muchos pensaron que tras la espléndida El sexto sentidoShyamalan ya sólo se repetía y no ofrecía más que globos excesivamente inflados. Craso error.

En apariencia El sexto sentido explora el terror, del mismo modo que El protegido el mundo de los cómics o Señales la ciencia ficción. Pero sólo es eso, apariencia. Terror, cómic o ciencia ficción acaban siendo coartadas, el color de la trama. Porque de lo que Shyamalan nunca deja de hablar es de la complejidad de la existencia y de los miedos que ha de afrontar el ser humano. En El bosque ya no hay excusas y el director desarrolla toda una propuesta -lírica y fantástica- sobre los miedos y la protección que buscamos en los ritos y la comunidad. En este sentido, La joven del agua podríamos verla como una fábula que nos permite creer en la redención. El capítulo final de un cineasta que ya solo puede remitirse al mito y a la leyenda para hablar de estos acomplejados y siempre heridos seres humanos. 
Finalmente El incidente es una vuelta de tuerca más a su mundo, pero rodada a destiempo y con unos intérpretes desangelados. Pese a ello, la película abunda en su manera de hacer cine, su timing, la composición de situaciones ambiguas, la amenaza inasible de algo más antiguo y poderoso que el indefenso ser humano. 

Pero divago. 
Esta nota sólo quería acercase a un momento que considero seminal en el cine de este autor.

Recordemos que, en Señales, Graham Hess (Mel Gibson) es un revendo que ha renegado de Dios tras perder a su mujer en un accidente de tráfico. Con él vive su hermano Merrill (Joaquin Phoenix), un gran jugador de béisbol que no llegó a estrella. 
Cuando vemos Señales todos nos volcamos en la intriga de extraterrestres sí o extraterrestres no. El trazo grueso de la cinta. Yo en cambio, cuanto más la veo más me olvido de los extraterrestres; y lo que capta mi atención es ese pequeño grupo que retrata Shyamalan. Los niños con sus miedos, los adultos con sus ansiedades y fracasos... y es entonces cuando más percibo la excelsa calidad de este cineasta: a través de ese montón de secuencias desnudas, sin música de apoyo y con los protagonistas susurrando, que son cautivadoras.

Podríamos pensar que la señales no se refieren tanto a las que sirven de baliza para los extraterrestres; sino a esos hechos extraordinarios que nos dicen quienes somos y si pertenecemos a un grupo o a otro de los que revela el padre Hess a su hermano Merrill, mientras observan las luces extraterrestres:


    -Mucha gente creerá que es el fin del mundo.
    -Tienes razón.
    -¿Crees que podría serlo?
    -Sí.
    -¿Cómo puedes decir eso?
    -¿No es la respuesta que esperabas?
    -¿No podrías fingir ser como eras... y animarme un poco?
    -El mundo tiene dos tipos de personas y...  cuando ocurre algo afortunado, los del primer grupo lo consideran más que suerte, más que casualidad; lo consideran una señal, una prueba de que hay alguien ahí arriba cuidando del ser humano. La otra gente lo considera pura suerte, un feliz giro del azar. Seguro que la gente del segundo grupo está observando esas catorce luces contra el cielo. Para ellos la situación está mitad mitad. Puede ir mal o bien; pero en el fondo sienten que pase lo que pase están solos y eso... les llena de temores. Sí, es lo que piensan. Pero luego, hay cantidad de gente del primer grupo que cuando observan esas luces están viendo un milagro y en el fondo sienten que, pase lo que pase, habrá alguien ahí arriba para ayudarles y eso les llena de esperanza. Lo que debes preguntarte es ´¿en qué grupo estás tú?´. ¿Eres de los que ven señales o de los que ven milagros?. O  ¿eres de los que creen que la suerte de la gente es aleatoria?. O plantéatelo así ¿es posible que no existan las coincidencias?
    ...
    -Hace tiempo fui a una fiesta. Yo en el sofá con Randa McKeney . Ufff. Estaba allí sentada guapísima, mirándome, y cuando quise ir a besarla me dí cuenta de que tenía un chicle en la boca. Giré la cara, me saqué el chicle y lo metí en un vaso de papel junto al sofá y me volví hacia ella...  Randa McKeney vomitó por todo el sofá. Entonces entendí que había sido un milagro. Si justo al besarla ella hubiese vomitado, me habría marcado de por vida. Jamás lo habría superado. Je, je. A mí me van los milagros y esas luces son un milagro.
    -Pues ya ves.
    - Y tú ¿de cuál eres?
    -¿Te sientes más animado?
    -Ahora sí.
    -Entonces qué más da.
   ...
    -Nunca te dije las últimas palabras de Colleen antes de que la dejasen morir. Me dijo, "Ve" y sus ojos se humedecieron.  Y entonces dijo, "batea fuerte". ¿Sabes por qué lo dijo?
    -...
   -Porque las neuronas de su cerebro bullían mientras morían y, de repente, le vino a la memoria algún recuerdo de nosotros en un partido tuyo.....   No existe nadie que nos proteja Merrill. Estamos muy solos.

viernes, 26 de febrero de 2016

PERSISTENCIA - de José B. Adolph

Nebulosa de la burbuja NGC 7635


 






obernar la nave se hace cada vez más problemático. Los hombres están inquietos; sólo la más ardua disciplina, las más dulces promesas, las más absurdas amenazas mantienen a la tripulación activa y dispuesta. Una humanidad que ya no se asombra de nada nos vio partir hacia el más allá: estaba ya habituada a una desfalleciente fascinación.

Comprendo a todos; éstos han sido años de sucesos terribles, de convulsiones. Muertes masivas, guerras, inventos maravillosos; ¿quién podía entusiasmarse por una conquista de aquel espacio que ya nada nuevo promete a hombres hartos de progreso? Los costos son elevados, pero ya nadie se fija en cifras. Corre sangre y corre dinero en estos años en que somos, a la vez, creadores y asesinos.
Amo y odio a mis compañeros. En cierto sentido, son la hez del universo; en otro son balbucientes niños en cuyas manos se moldea el futuro. Abriremos una ruta que liberará a este planeta del hambre, de las multitudes crecientes que ya no encuentran un lugar bajo el sol y que sólo esperan, aterradas y resignadas, un juicio final del que desconfío: ¿cómo se puede ser tan supersticioso en estos tiempos de triunfo de la ciencia, del arte, de una nueva promesa de libertad como la que encarna esta nave?

Hemos partido hace meses; en este tiempo solitario hemos recorrido la inmensidad de cambiantes colores, reducidos a lo mínimo. Nos hemos visto convertidos en criaturas desnudas, flotando en la creación: los hombres tienen miedo. Sabían que existía este vacío; lo supieron siempre. Pero ahora que se sienten devorados por él, sus miradas se han endurecido para siempre. El final es un lejano punto que no logro construirles.
Huimos de un mundo de miseria y hartazgo; de violencia y caridad; de revolución y orden. Habremos de retornar, sin duda, pero tampoco puedo garantizárselo a ellos. Ven el vacío; no son capaces de perseguir un sueño a plenitud.

Galaxia IC 1613
No hay comunicación con un pasado que sólo recobraremos como futuro. Y mi soledad es mayor: ¡ay de los que poseemos la verdad y la seguridad! Una sola lágrima nuestra, descubierta por ellos, equivaldría a una desesperada muerte.
Pero es inmensa la recompensa: al otro lado nos esperamos a nosotros mismos, encarnados en esa libertad y en esa abundancia de que ahora carece nuestro planeta. Debemos durar, debemos resistir, no sólo porque el retorno es imposible, sino porque mienten cuando dicen preferir la seguridad de la prisión que dejaron. La verdad, me digo, es obligatoria. Y el encargo que llevamos nos ha sido encomendado por todos los hombres de la Tierra, aun por aquellos que no saben de este viaje e ignoran lo miserable de su existencia.

El viaje continuará, así tuviese que matarlos a todos y gobernar yo solo la nave. Nadie puede escapar, si no es a través de su propia muerte: confío en sus instintos, más que en sus razonados temores. Hasta ahora no hemos encontrado las horribles pesadillas que algunos timoratos previeron. Sé que todo marchará bien, o todos moriremos juntos; si así fuera, si lo último se cumpliera, otros retomarán la esperanza y esa huida que será un gran encuentro. El cielo es negro sobre nosotros, pero miles de luces nos acompañan; son como cirios de esperanza. Ellos las miran con temor y odio; no quieren comprender que son guardianes y guías: ¿Cómo no sentirse hermano de las estrellas, que observan, comprensivas, nuestra soledad que es la de ellas?
Me siento solo, y no me siento solo. ¿Habrá alguien que pueda comprender esta atracción por un abismo que para mí no es sino una ruta más? Es cierto que a veces tengo miedo, como todos. No soy sino un hombre frente a fuerzas desconocidas: las intuyo, pero no las domino; las comprendo pero no son mías. Pero sin miedo no hay esperanza.
Y sin embargo, el tiempo es largo, sobre todo para ellos. El viaje se les aparece infinito. Empiezan a sentirse privados de toda realidad; se creen fantasmas de sí mismos. Sus ojos me amenazan, porque siempre hay un culpable. La nave cruje y se mece, la inmensidad es cada vez más aplastante, pese a esos signos que, desde hace un par de días, nos aseguran que no hay error, que mis cálculos son correctos.
Debo anotar, pues, que ojalá se cumplan los pronósticos favorables antes que el temor termine totalmente con la confianza. Rogaré al Señor para que tal cosa no ocurra. Danos, pues, Señor, la gracia de poder cumplir nuestra misión antes que finalice este octubre de 1492.



(En Cuentos del relojero abominable, 1973)






No cabe duda de que este giro final es uno de los mejores y más radicales que se pueden encontrar. Fascinados por las estrellas, nos precipitamos sobre las maderas de una carabela  tras un golpe de 500 años. Esta pequeña anotación del cuaderno más íntimo del almirante tiene un soberbio poder de evocación.
José B. Adolph es un escritor peruano nacido en 1933 en Stuttgart, Alemania, de la donde su familia huyó por su condición judía. Residió en Perú desde 1938 y murió en 2.008. Aunque no todo lo que escribió es ciencia-ficción, ha quedado registrado como autor de este género. Publicó diversas colecciones de cuentos El retorno de Aladino (1968), Hasta que la muerte (1971), Invisible para las fieras (1972), Cuentos del relojero abominable (1973), Mañana fuimos felices (1974), La batalla del café (1984), Un dulce horror (1989), Diario del sótano (1996). 

Es un escritor secreto, él mismo opinaba que "no le habían dado bola en vida". Paradójicamente sus narraciones se encuentran en multitud de antologías publicadas, incluso sin su conocimiento, en diversos países (Italia, Polonia, EEUU, etc.).  
Adolph era un escritor con una visión pesimista y cínica de la condición humana, aunque no carente de humor. En su obra aparecen temas como la pobreza, la corrupción, la violencia, la religión y la política. Su gran sentido del humor frente al desastre le llevó a declarar: "...somos un éxito de la evolución. Hemos desarrollado nuestra crueldad hasta límites maravillosos". 

También escribió teatro y novelas, como la trilogía en un volumen "De mujeres y heridas", que contiene Ningún Dios (su obra predilecta), Especulaciones sobre otro Barco y La Profunda Maldad del Universo. Mañana, las ratas (1984) es su novela más reconocida, una obra política en clave de ciencia ficción; una distopía centrada en una Lima del futuro, gobernada por multinacionales que ejercen un violento control. La sociedad que describe Adolph pertenece a un mundo globalizado y con un gran desarrollo tecnológico, pero donde impera la miseria, la superpoblación y la renuncia moral. En sus páginas destaca la violencia institucionalizada, el uso generalizado de estupefacientes y la separación de los habitantes de la ciudad en dos grupos, "ratas" y "personas". 

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jueves, 25 de febrero de 2016

EL MINISTERIO DEL TIEMPO - de Javier y Pablo Olivares



Hay que agradecer y mucho, la osadía de los creadores de esta serie, Javier Olivares y su hermano Pablo (fallecido justo antes de su estreno). Singular y atrevida para estos lares, la serie tiene además la particularidad de usar la historia española como materia prima en un sentido puramente aventurero.

Lo mejor es, sin duda, el concepto que maneja y las numerosas ideas que pueblan sus argumentos. Lo peor, según el mismo creador ha reconocido, las prisas y la escasa financiación. Yo añadiría una realización cinematográfica bastante plana y alguna interpretación falsamente intensa y afectada. Sobretodo echo en falta un rodaje más brioso y menos teatral. Pero la sigo con gusto.

La precoz Amelia Folch (una de las primera mujeres universitarias en 1880), el espadachín Alonso de Entrerríos (soldado en los Tercios de Flandes en 1569) y Julián Martínez (un enfermero del SAMUR actual) constituyen la patrulla principal de este Ministerio del Tiempo.  Un Ministerio que opera en absoluto secreto desde que fue creado por Isabel la Católica. Su misión, custodiar unas puertas que conducen al pasado y que fueron descubiertas en el siglo XV por un rabino toledano. Los problemas que suele afrontar, viajeros deseosos de cambiar la historia en su beneficio y alteraciones inadvertidas en hechos y personajes de la Historia de España.

La serie estuvo a punto de desaparecer, enterrada en la parrilla, durante su primera temporada pero, en el mundo de las redes sociales, una verdadera legión de seguidores (que se denominan a sí mismos ministéricos) logró encauzar los horarios de aquellos capítulos y ganarse la continuidad.


La idea es un verdadero hallazgo y los guiones cuidan tanto la intriga como la aventura. Cada capítulo nos propone un desprejuiciado recorrido por diversos episodios de la Historia de España. En uno hay que salvar al Empecinado para que la Guerra de la Independencia siga su curso. En otro es el Guernica el corre el peligro de no volver a España por diversas intrigas. En otro es el propio Ministerio el que corre el riesgo de desaparecer con motivo de la visita de Isabel II en 1843. Incluso los nazis, tan aficionados a los asuntos esotéricos y aprovechando la cita de Hendaya entre Hitler y Franco, envían a Himmler hasta el Monasterio de Monstserrat para intentar aprovecharse de una de las puertas del tiempo. 

Uno de los momentos más gloriosos de la primera temporada fue la aparición de Velázquez, con guiños a su obra (magnífico el uso de la puerta que aparece al fondo del cuadro Las Meninas) y a Picasso, reuniendo a ambos en Barcelona.
-"Velázquez es el mejor. ¿Ha visto usted Las Meninas? Mire el cuadro durante horas, debería hacerlo. Cada vez que lo miro se descubre algo distinto. Es como si las figuras se movieran y todo cambiara. Ese Velázquez sí que era un genio”, Aseguraba el malagueño.
-“No debe mirar tanto al pasado Pablo. Usted puede cambiar el mundo. Su firma valdrá millones”. Le respondía el sevillano.

El pintor fue interpretado con gran desparpajo por Julián Villagrán y dio un juego enorme, lanzando constantes guiños al espectador. Uno de los más divertidos se produjo con el espadachín Entrerríos y al autor de Las Meninas discutiendo sobre la película Terminator. Velázquez opina que la mejor es la segunda e incluso se despide con un 'Sayonara, baby'. Velázquez se convirtió en un perfecto robaescenas con comentarios como "Están restaurando mal mis obras! ¡Están demasiado iluminadas! Parecen una serie española de televisión.

El humor, la autoparodia y las chocantes referencias a la actualidad son una de las señas de identidad de esta serie. Por allí ha salido un tesorero que viajaba mucho a Suiza (Bárcenas), un Jordi Hurtado que, en los pasillos del Ministerio, es reconocido como un inmortal o los comentarios de Julián sobre los recortes, "Cualquiera que trabaje en urgencias en Madrid hoy en día, es un salvoconducto para viajar al pasado". Uno de los bucles más curiosos fue escuchar a Rodolfo Sancho, hijo de Sancho Gracia, presentarse como Curro Jiménez.  


La segunda temporada recién estrenada sigue por el mismo camino. En sólo dos capítulos ya se han hecho referencias a un Pau Gasol al que hay que orientar para que deje la Medicina y se dedique a lo que debe, y hemos escuchado el "Yipikayei hideputa" típico de Bruce Willis, en la misma voz de quien lo dobla, Ramón Langa. Su personaje por cierto, es Ambrosio Spínola, el gran militar genovés que capitaneó a los tercios en la toma de Breda (1625); inmortalizado por Velázquez en el cuadro conocido como Las Lanzas.
En definitiva el equipo que forman Javier Olivares y sus guionistas Anaïs Schaaf, José Ramón Fernández y Paco López Barrio dan lustre a una serie que, por espíritu, se hermana con la longeva Doctor Who de Gran Bretaña. Sus tramas mezclan con brillantez la Historia con la aventura, la comedia y el drama. 

La segunda temporada, con la incorporación del policía Pacino (Hugo Silva caracterizado como Serpico), también introducirá el género negro. Aunque, según ha anunciado Olivares, no faltarán intrigas con personajes históricos como Napoleón, Cervantes o Felipe II. 

Los personajes están muy bien trazados. Su personalidad y sus vidas evolucionan ante nosotros que los vemos trabajar de día en el Ministerio, para volver a cenar ¡a sus casas y a su siglo!. Asimismo y a pesar del presupuesto tan ajustado, logra evocar con gran eficacia cada época y personaje, gracias a un gran trabajo de ambientación. 


Otra de sus señas de identidad está siendo su enorme vitalidad en las redes sociales, lo que ha propiciado la incorporación de numerosos contenidos transmedia. Los capítulos emitidos se siguen viendo en la web de rtve.es y hasta Televisión Española ha habilitado un website propio, el Ministerio del Tiempo, donde se pueden encontrar podcast, vídeos, foros y todo lo que un fan ministérico pueda desear. Como ejemplo, una webserie protagonizada por la secretaria Angustias o un podcast centrado en el personaje de Rodolfo Sancho (que estará ausente durante varios capítulos esta temporada).

Precisamente esta gran viralidad hace que el uso de cada puerta, el brote de cada paradoja temporal o cuando hablan con los smartphones desde distintas épocas, pueble la red de preguntas o quejas. Pero Olivares lo tiene claro, más que ciencia ficción tipo Looper o Predestination, el Ministerio del Tiempo es aventura y diversión. Punto.
Hasta los títulos de crédito son una filigrana

martes, 23 de febrero de 2016

DEAD POOL - de Tim Miller

Deadpool es un superhéroe gamberro, deslenguado y procaz a más no poder que, como en los cómics clásicos no deja de hablar mientras reparte y recibe tortas de todos los colores. Del mismo modo que Wolverine, su poder de regeneración procede de haber sido sometido a un programa paramilitar. El problema es que tuvo el efecto secundario de quedar desfigurado. Así que cuando vuelve a ver a su mejor amigo, el encargado de un secreto bar de mercenarios:
Weasel: Ahh, joder, estás hecho un puto cuadro.
Deadpool: Como un testículo con dientes.
Weasel: Parece como si Freddie Kruger hubiese follado con un mapa topográfico.
Deadpool: Exacto.

Es en este bar de mercenarios donde existe un tablón que refleja las apuestas sobre los próximos colegas que morirán: un Dead Pool que será la inspiración para su nombre. 

Nuestro Mercenario Bocazas fue creado en 1989 por Rob Liefeld y Fabian Nicieza (quien describió a su criatura como "un imbécil, comparado con el héroe típico") en la colección Nuevos Mutantes. Es un personaje secundario que debe su fama a diversos crossovers donde aparece con otros héroes (destacando las aventuras compartidas con Spiderman) o equipos de superhéroes. Estas apariciones suelen ser muy bien aprovechadas por los guionistas dado su carácter transgresor. 

Del mismo modo la película, tras superar las iniciales reticencias ante un proyecto tan irreverente y adulto; y sin necesidad de tener que justificar una inversión supermillonaria; se lanza a saco en la presentación de este antihéroe canalla, insolente, soez, irritantemente lenguaraz y dotado de un perverso sentido del humor.

La cinta nos narra el origen del personaje, antiguo soldado de élite, luego mercenario y finalmente enamorado de la camarera de un bar de streaptease, precisamente en el momento en que un cáncer amenaza su vida. La desesperación le hace participar en un programa experimental que le dota de la capacidad de autocuración. Las torturas del tratamiento y la obsesión con sus malformaciones, que le alejan de su amada Vanessa, fijarán su reto en capturar al encargado del experimento. Otro paralelismo con Lobezno. Lo cual no es extraño, ya que Liefeld ha admitido que Deadpool fue inspirado por la película Twins y el personaje de Lobezno
"Me inspiré en la película Twins de Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito. En el medio de la película, un científico explica como fueron creados y apunta a Arnold y dice, “tú eres el buen material”, mira a Devito y dice, “tu eres la porquería”, y así son Wolverine y Deadpool."
Humor y acción a raudales son las señas de este film entretenido a rabiar. Ya desde los mismísimos créditos el director nos mete en faena: los nombres de los protagonistas son "el perfecto idiota" y "la tía buenorra", el de los productores "los imbéciles", el de los guionistas "los verdaderos héroes de todo esto" y el del director "el puto amo". Espíritu gamberro y paródico llevado hasta la extenuación. Pero un humor sarcástico y provocativo en el que igual cabe la desmitificación de los superhéroes (que Lobezno: Orígenes es una mierda y el Deadpool que aparece en ella una aberración o que la línea temporal de X-Men, Primera Generación con MacAvoy y Stewart en el papel del profesor Xavier, es confusa); como la mofa de Matrix, las Spice Girl o Liam Neeson: Si se han hecho 3 películas de Venganza (Taken), ¿no crees que Nesson debiera empezar a pensar que es un mal padre?. Sin dejar de lado, por supuesto, el reírse de sí mismo: ¿no creerás que Ryan Reynolds ha hecho carrera por sus grandes dotes interpretativas, ¿verdad?.  O el ruego que hace antes de someterse al tratamiento:"¡por favor no me pongáis un traje verde!¡ni animado!", haciendo referencia al fiasco de película que fue Linterna Verde, que él mismo interpretó). Para el supercurioso dejó aquí un enlace, en donde un friki ha recogido más de cien referencias, gazapos y cameos.

Llevando la autorreferencia y la metaficción hasta el extremo, Deadpool rompe la cuarta pared constantemente y hasta da órdenes del tipo "dentro música", para comenzar la acción. Incluso nos habla del ajustado presupuesto que tuvo la película cuando en la Academia de Jóvenes Talentos sólo encuentra a dos mutantes que le ayuden, Coloso y Negasonic Teenage Warhead. No había pasta para más.

Deadpool rompe tanto la cuarta pared que casi termina sentado a nuestro lado riéndose de su aventura. Pertenece al mundo de los X-men y éstos quieren que se integre en su equipo; pero es un personaje rebelde e incorformista: "todos los superhéroes son unos rancios lameculos", le suelta a Coloso. Deadpool contiene elementos de Watchmen en cuanto a crítica y reflexión sobre el mundo del cómic; del mismo modo que contiene rasgos de Bienvenidos a Zombieland (los guionistas son los mismos, Rhett Reese y Paul Wernick) en cuanto a la aproximación fresca y jocosa que supone a un mundo ya muy trillado, en este caso el de los superhéroes).

La película tiene el acierto de trastocar los esquemas habituales de este tipo de historias. El propio protagonista nos la presenta como "una historia de amor" (lo cual es verdad; aunque la escena donde la pareja se confiesa su amor sea bastante golfa). Del mismo modo juega con la estructura narrativa al comenzar in media res, con una espectacular persecución de coches y tiroteos, mientras intercala continuos flashbacks en los que Deadpool nos cuenta cómo ha llegado hasta allí. 


Si hubiese que escoger un cómic de referencia para Deadpool creo que sería Deadpool Kills the Marvel Universe (Deadpool Mata al Universo Marvel); una historia absolutamente centrada en la faceta meta ficcional del personaje; donde no sólo se derriba la “cuarta pared” entre el protagonista y el lector, sino entre la héroe y el mundo del cómic, incluidos sus guionistas. 

miércoles, 17 de febrero de 2016

La CAJA de PANDORA - de Daniel Hernández Torrado

Daniel Hernández Torrado es autor de ‘La Caja de Pandora’, dentro del proyecto colaborativo “The Pixel Theory” que fue presentado en el Festival de Sitges 2013. Este proyecto, coordinador por Mar Delgado y Esaú Dharma, fructificó en la película homónima que analiza, desde distintos puntos de vista, las repercusiones que causa la aparición del Programa, un prodigio informático que afectará en todos sus aspectos a la Humanidad.

 El corto es un potente ejercicio de ciencia ficción que recuerda un poco a Matrix: un mundo postapocalíptico donde los humanos sobreviven conectados a un programa que los alimenta, mientras los hace vivir en una realidad virtual. 

La Caja de Pandora reflexiona sobre el aislamiento que provocan las nuevas tecnologías y sobre la naturaleza de nuestra experiencia vital. Para ello contrapone al joven protagonista, que aduce una vida plena "conectado" al programa y viviendo como jugador de láserball; con su padre, que decidió "desconectarse". El corto aúna acción y drama existencial como los grandes clásicos de la ciencia ficción.



Pixel Theory: La Caja de Pandora from Hernández Torrado, Daniel on Vimeo.



Más allá de la originalidad de asunto, llama la atención el altísimo nivel de la producción; con unos efectos visuales de primera línea en las escenas virtuales y un set de rodaje (una cochambrosa habitación atestada de cables) para la escena real, plenamente conseguido. 


La Caja de Pandora fue financiado mediante crowfounding y ha recibido el premio al mejor cortometraje de ciencia ficción en Toronto, al  mejor cortometraje de lengua extranjera en el Orlando Film Fest de Florida, la orquídea de oro a los mejores efectos visuales en el Golden Orchid Film Festival, y el premio del Público en "Cortopatía", entre otros reconocimientos.





Daniel Hernández Torrado es un realizador y director de fotografía con una amplia trayectoria profesional en el mundo de la publicidad y el cortometraje. A la vista del éxito de su historia la ha adaptado a formato libro, colocándose entre los títulos más vendidos de Amazon en el primer mes de su lanzamiento. 

Para la primavera de 2016 está previsto el rodaje de "Virtual", film de ciencia ficción de cuyo guión y realización se hará cargo, con la producción de Centuria Films

lunes, 15 de febrero de 2016

El RENACIDO - de Alejandro González Iñárritu




Espectacular y vibrante, la cámara de Iñárritu te sumerge de tal modo en la peripecia de un superviviente por los helados parajes de Dakota del Norte, que asistes a toda la película sobrecogido por el acoso de la naturaleza.

Una forma de rodar muy personal, con largos planos secuencia que te impiden abstraerte y el uso del gran angular para mantener la cámara pegada a los personajes,  logran implicarte sin remedio en cada secuencia.

En plena guerra contra los indios autóctonos por la conquista del territorio, una avanzadilla de soldados y tramperos es diezmada. Los escasos supervivientes intentan regresar al fuerte guiados por el explorador Hugh Glass; pero en un desafortunado encuentro con un oso grizzlie, Glass es herido mortalmente. Sus compañeros lo abandonan, dándole por muerto; pero su espíritu inquebrantable le hará sobrevivir y recorrer más de 300 kilómetros hasta la salvación.

González Iñárritu se sirve de esta historia real, ocurrida en 1823 en Dakota del Norte, para sumergirnos con una enorme viveza en las ventiscas de nieve y la hostilidad de las montañas heladas; tanto, que prácticamente nos entrega un documental sobre supervivencia. La maravillosa fotografía de Emmanuel Lubezqui y la implicación de todo el equipo para rodar en parajes naturales a temperaturas bajo cero, hace que el protagonismo recaiga en gran medida sobre el medio.
"Puedo nombrar treinta o cuarenta secuencias que constituyen algunas de las cosas más difíciles que he
tenido  que hacer jamás", ha reconocido DiCaprio
La película es sobresaliente en sus imágenes, pero desciende a notable en el guión. Se echa en falta alguna trascendencia en el protagonista más allá de unos flashback pretenciosos y alguna elipsis en sus durísimos trabajos por sobrevivir. El director se recrea en una especie de bricolaje de la supervivencia, reiterando las acciones, como buscando el más difícil todavía: al hacer fuego le sucede el comer los tuétanos de los huesos que encuentra o el quemar sus heridas con pólvora; al arrastrarse por un bosque nevado, le sucede el dejarse llevar por las corrientes de un río helado o eviscerar un caballo para buscar refugio. Donde mejor se ve la endeblez dramática es en el antagonismo entre Glass y Fitzgerald (Tom Hardy), siendo espectacular resulta poco catártico.
Paradójicamente esta lucha entre el hombre y la naturaleza se produce sin establecer una relación entre ambos. Glass pasa por los ríos y los bosques prácticamente sin mirarlos. La película nos remita irremediablemente al Jeremiah Johnson de Sidney Pollack y al Dersú Uzala de Kurosawa. Pero mientras en ambas los desiguales contendientes  se comunican y entrelazan, este Renacido peca de ensimismado, obcecado únicamente en sobrevivir para acometer su venganza. 

Quizás sea el signo de los tiempos. Los indios, los franceses, los compañeros de Glass, a excepción del capitán Henry, son retratados como animales en busca de la supervivencia. Creo leer eso mismo en el rostro de un Glass hambriento mientras asiste al derribo de un búfalo por un grupo de lobos. Él está sin fuerzas, pero siente ese instinto básico animal que le empuja a comer y sobrevivir aunque sólo sea un día más.   
De todos modos la película es portentosa en su realización y contiene un puñado de secuencias magníficas: el asalto inicial de los indios arikaras, el ataque del oso (una de esas virtuosas secuencias que perdurarán en la memoria), el salto a caballo por un precipicio o el duelo a muerte final.


He leído algunas críticas que restan valor a esta película de Iñárritu. No lo haré yo. Creo que es encomiable el amor con que el director ha pensado y realizado una cinta que además tiene interés y fuerza. Hay quien ve con menoscabo las poéticas escenas en que cita a su maestro Tarkovsky (en varias ocasiones el director mexicano ha reconocido que el ruso le inspiró para dedicarse al cine). No yo. Aunque cabe decir que son demasiadas y las más extremas sobran (las ruinas de la iglesia, el pájaro saliendo del cadáver), dado el espíritu aguerrido del conjunto.
  



Comparativa con algunas escenas de Stalker, The Mirror, Andrei Rubliov, Nostalgia La infancia de Iván, films de Tarkovsky.



P.D. Cabe recordar que existe un precedente de película que recoge las penurias de Hugh Glass, El hombre de una tierra salvaje, con Richard Harris  y John Huston. En ella fue el árido paisaje del Sistema Central de la Península ibérica el que dió réplica a los protagonistas.

viernes, 12 de febrero de 2016

FUGA sin FIN - de Joseph Roth










Esta novela podría haberse titulado El Extraño, porque ese es el proceso al que nos invita a asistir Joseph Roth; el del extrañamiento de Franz Tunda, un soldado austriaco que es hecho prisionero por los rusos en 1916. Huye de los campos de trabajos forzados y se instala, de incógnito, en la granja de un polaco en Siberia. Allí vive unos años, pero la melancolía de su vida pasada y la fotografía de su novia Irene, guardada en el pecho, le hace volver a centroeuropa. Primero Austria, luego Alemania y finalmente París, le confirmarán que se ha vuelto un completo extraño en ese mundo tan refinado como superfluo.
"Me siento extraño en él (en el mundo europeo). Paso entre la gente con ojos extraños, oídos extraños y mentalidad extraña. Encuentro a antiguos amigos, conocidos de mi padre, y sólo con gran esfuerzo logro entender de qué me hablan." pág 61 
Le escribe el propio Tunda, en una carta, a su amigo Philip Roth, que interviene como personaje y narrador.

El soldado en la tundra ha sometido su vida a un proceso de esencialidad. Cuando vuelve a las grandes urbes europeas no puede dejar de apreciar su vacío, hipocresía y artificiosidad. 
El autor se sirve de estos ojos renovados para mirar (y criticar) a una Europa ensimismada. Llama la atención la vigencia de ciertas reflexiones:
"-Esa antigua cultura tiene miles de agujeros. Y vosotros los remendáis con préstamos de Asia, África, América. Los agujeros son cada vez más grandes. Pero vosotros conserváis el uniforme, el esmoquin y la piel blanca y vivís en mezquitas y templos hindúes. yo en tu lugar me pondría una chilaba.
-Hacemos unas cuantas concesiones -dijo el director de orquesta-, nada más. El mundo se ha vuelto más pequeño. Asia, África y América están más cerca de nosotros. En todas las épocas se han adoptado costumbres extranjeras y se han integrado a nuestra cultura.
-Pero, ¿dónde está esa cultura a la cual queréis integrarlas? No tenéis sino objetos de pega de una antigua cultural. ¿Hay cultura en vuestras tabernas, donde los borrachos cantan Una muchacha renana y los que están sobrios bailan el charlestón? ¿Hay cultura antigua en vuestra entrañables buhardillas, donde ya no viven artesanos, ni orfebres, ni relojeros, ni maestros cantores, sino proletarios que se pasan la vida en minas y se sienten como en casa en los ascensores eléctricos, pero no entre las ilegibles letras góticas. ¡Todo eso es una mascarada, no la realidad! No os quitáis vuestros disfraces." pág 96 y 97

"En el mundo tal como está no es importante que trabaje, pero es tanto más necesario que ingrese dinero. Un hombre sin ingresos es como un hombre sin nombre o como una sombra sin cuerpo. Uno tiene la sensación de ser un fantasma. Lo cual no se contradice con lo que he escrito antes. No tengo remordimientos de conciencia por mi inactividad, sino porque mi inactividad no produce dinero, mientras que la inactividad de todos los demás está bien pagada. Solamente el dinero da derecho a la existencia." pág 104

"En cierta ocasión Tunda preguntó:
-¿Se creen ustedes capaces de decirme en qué consiste esta cultura que pretenden defender aunque nadie la ataque desde el exterior?
-En la religión -respondió el presidente, que nunca iba a la iglesia.
-En las buenas costumbres -dijo la dama cuyas relaciones ilegítimas todos conocían.
-En el arte -dijo el diplomático, que desde sus años de escolar no había vuelto a ver un libro.
-En la idea de Europa -dijo de manera inteligente, porque era algo general, un señor apellidado Rappaport.
El aristócrata se limitó a exclamar:
-¡Lea usted mi revista!
-Ustedes quieren -dijo Tunda- mantener una comunidad europea, pero primero tienen que crearla. Porque esa comunidad no existe, de lo contrario, sabría mantenerse a sí misma." pág 124
    Autorretrato de Joseph Roth, al que añade un texto pletórico
       de ironía: «Así soy yo realmente: maligno, borracho, pero lúcido».
Joseph Roth se plantea la novela como un testimonio. Quiere escribir desde la verdad y para ello elige la vida de un europeo “renacido”, que tras pasar por el tamiz de la necesidad, ahora ve Europa con nuevos ojos. Su anhelo de verdad llega hasta la concepción de la novela que explica en un sucinto prólogo:
“En las páginas que siguen voy a relatar la historia de mi amigo, camarada y correligionario Franz Tunda.
Seguiré en parte sus anotaciones, en parte sus relatos.
No he inventado ni compuesto nada, no se trata ya de “hacer literatura”. Lo más importante es lo observado.”
Lo que sigue es casi una novela de tesis donde los personajes son tipos: el hermano de Tunda, un director de orquesta aparentemente sofisticado pero de vida innoble. Un empresario prisionero de las convenciones, un conde, el presidente de una asociación. Con ellos debatirá Tunda sobre la idea de Europa y sobre el concepto de “cultura europea”.

El estilo es limpio y directo, "sin literatura". Encuentro muchas listas en el texto. Le mostré a Tunda tal y tal personaje, vimos esto y aquello, nos encontramos con estas y estas personas. Me parece que Tunda  se esfuerza en comprender este mundo múltiple y rico que conoce a través de su hermano o de sus amigos; pero para él todo es incoherente. 
"Llegó a la Avenida de los Campos Elíseos y se encontró al margen de esa gente, a la que, sin embargo, rozaba con su manga. Como si, cual un mendigo, estuviera más allá del mundo y lo viera solamente a través del cristal de una ventana, duro, impenetrable, amenazador a pesar de toda su amabilidad." pág 133
Su novia Irene, con la que se cruzará sin ser reconocido; representa para él lo mismo que Europa. Perdió a ambas cuando fue hecho prisionero y cambió su régimen y sus expectativas de vida.

Franz Tunda aparece en muchas ocasiones en actitud pasiva. Más que sujeto de su destino parece obedecer a la pura necesidad:


"Seguro que te preguntarás por qué me fui de Rusia. No sabría contestarte. Tampoco me avergüenzo de ello. No creo que haya ninguna persona en el mundo que te pueda decir con la conciencia tranquila por qué ha hecho esto o dejado de hacer lo otro. Si pudiera, lo mismo mañana me iba a Australia, a América, a China o regresaría a Siberia a casa de mi hermano Baranowicz. Sólo sé que lo que me ha impulsado no ha sido lo que acostumbra a llamarse ·"desazón", sino, por el contrario, una tranquilidad completa. Nada tengo que perder. No soy valiente ni busco aventuras. Me dejo llevar por el viento y no tengo miedo a caer." pág 57
Pero ese espíritu negligente no merma la complejidad con que Roth caracteriza a su amigo Tunda. Una amarga caracterización donde se refleja lo europeo como algo individualista y lleno de falsos ideales:
"Mi amigo era el modelo de un carácter informal, del que uno no puede fiarse. Era tan poco de fiar que ni siquiera se le podía reprochar egoísmo.
No aspiraba a las llamadas ventajas personales. Tenía tan pocos reparos egoístcas como morales. Si fuera absolutamente necesario caracterizarlo con algún atributo, yo diría que su atributo más evidente era el deseo de libertad. Pues podía renunciar a sus ventajas tanto como sabía evitar los inconvenientes. La mayoría de cosas que hacia las hacía por capricho, algunas, por convicción, y eso significa: todo por necesidad. Poseía más fuerza vital que la que la revolución necesitaba por entonces. Poseía más autonomía que la que puede necesitar una teoría que busca adaptarse a la vida. En el fondo era un europeo, un "individualista", como dice la gente culta. Para disfrutar plenamente de la vida necesitaba circunstancias más complicadas. Necesitaba una atmósfera de mentiras confusas, falsos ideales, salud aparente, putrefacción tolerables, fantasmas pintados de rojo, la atmósfera de los cementerios, que parecen salones de baile, o castillos, o escuelas, o salones. Necesitaba la proximidad de los rascacielos, cuyo estado ruinoso se intuye y cuya existencia está, no obstante, asegurada por siglos.
Era un "hombre moderno"."        pág 62,63 

domingo, 7 de febrero de 2016

SPOTLIGHT - de Tom McCarthy



El Boston Globe destapó en 2001, publicando una serie de reportajes, los numerosos casos de abusos a menores que más de doscientos curas católicos había cometido en Boston. Y en esta frase se encuentran las dos claves de esta cinta: una trama tersa y brillantemente desarrollada en base al tratamiento periodístico de esa investigación y la connivencia de los poderes fácticos de la ciudad, para encubrir a los curas pederastas en esa diócesis.

Lo mejor de la película es que adopta el tono y el dinamismo propio de la investigación periodística. Spotlight es el departamento de investigación de The Boston Globe, allí se cocinan los reportajes en profundidad. Me gusta mucho este tratamiento periodístico; la búsqueda de pruebas, la necesidad de confirmación, las tretas y trabas legales, el encubrimiento por parte de las más altas instancias de la ciudad, potentados, abogados, jueces y fiscales.

Boston parece ser una comunidad perfectamente estratificada, donde la Iglesia tiene una clara preponderancia. Los mismos periodistas de Spotlight se declaran católicos, aunque indiferentes o no practicantes. Así que lo normal es que todo el mundo racionalice los hechos. Unas pocas manzanas podridas no pueden ensombrecer el gran trabajo de la Iglesia. El mismísimo redactor jefe (Michael Keaton), un prominente exalumno de uno de los colegios católicos más influyentes de la ciudad, descubrirá que su educación y extracción social, sin darse cuenta, le han jugado una mala pasada.

De este modo asistimos en la parte central de la película a una verdadera carrera de obstáculos para la investigación: silencio arzobispal, desaparición de documentos clave, presiones sibilinas y presiones descaradas. Como cuando un prócer y compañero de colegio invita al redactor jefe a una copa para decirle que el reportaje no vale la pena.
-Así empieza todo ¿no? Un hombre le dice a otro que no siga para no perjudicar su carrera y al final todo el mundo acaba mirando para otro lado.
Hay multitud de planos en las calles de la ciudad con los periodistas conversando o llamando a las puertas para buscar testigos. En la mayoría de ellos se puede ver, al fondo, la fachada o la torre de una iglesia. Una sombra bien alargada.

Acertadamente, el director no abusa de un asunto tan morboso. De las dos horas que dura la película sólo emplea dos trazos, dos cortas entrevistas, para explicitar los abusos. Cuestión también necesaria, como le dice la periodista a uno de sus entrevistados: “las palabras van a ser muy importantes en este caso. No podemos decir simplemente abuso”, hay que nombrar las acciones por repugnantes que sean, para apreciar su perverso alcance.

Al final todo es un juego de poder. Del poder de la institución eclesial en la sociedad y del poder de un preceptor sobre sus indefensos discípulos. 

Como bien dice el director del Boston Globe, interpretado por Liev Schreiber, hasta ese momento se había podido silenciar todo por ir caso a caso. Hay que ir a por el sistema, incita a sus redactores. Un sistema que encubría los abusos y que simplemente trasladaba a los curas de parroquia. El propio sistema que salvó al cardenal encubridor Bernard Law: tras verse obligado a dimitir de la diócesis de Boston, huyó a Roma; siendo nombrado Arcipreste de la Basílica Santa María la Mayor, por Juan Pablo II.

La secuencia inicial es brutal por su carácter consuetudinario. La cámara acompaña a un policía local hasta su mesa. Pregunta a un compañero qué asunto hay en la sala de entrevistas. Está el obispo con unos niños y sus padres. El policía se da por enterado y se muestra indiferente. Ya sabe de qué va todo. Llega el fiscal y se sienta. Espera órdenes. El obispo se vuelve hacia él y le indica, “todavía vamos a tardar unos minutos”. Se necesitan unas cuantas paladas de tierra.
El valor de la película está en la exposición dinámica y fehaciente de los hechos. Quizás los personajes, a pesar de intérpretes tan ilustres, tengan poca chicha; pero me encantan las películas que versan sobre el cuarto poder. Tanto esta como Todos los hombres del presidente, Buenas noches y buena suerte y Matar al mensajero nos refieren el incalculable valor cívico de los medios de comunicación. 




P.D. Pero no todo huele a rosas en el mundo de la prensa. El cine y los mass media han bailado todo tipo de ritmos. Network, un mundo implacable o la más reciente Nightcrawler nos hablan de la manipulación y el gusto por la carroña de los medios; mientras que el clásico Primera Plana (Billy Wilder) nos muestra a los periodistas como unos seres cínicos y desalmados.
Puestos a repasar el asunto del cine y el periodismo no quiero dejar fuera el puñado de notables películas sobre reporteros de guerra que floreció en los ochenta: El año que vivimos peligrosamente (Peter Weir), Killing Fields, Salvador y Bajo el Fuego.
Aunque si para alguien el cine y la prensa están unidos irresolublemente es para Orson Wells que inició su carrera con la magistral Ciudadano Kane; donde retrataba al magnate Randolph Hearts; convirtiendo a su vez la película en un borrador de reportaje. Formato que repetiría en Mr. Arkadin, cuyo título internacional fue Confidential Report.