jueves, 24 de diciembre de 2015

El HOMBRE VERDE - de Kingsley Amis















The Green Man (1969) es una variopinta novela que alberga por igual costumbrismo (se burla de la superficialidad de la clase media inglesa), humorismo y género fantástico. Pero sobre todo es un cuento de terror sobrenatural verdaderamente siniestro y con mucha atmósfera.

La historia se centra en Maurice Allington, “un hombre con una nueva segunda esposa, una hija adolescente de un primer matrimonio y un padre viejo y decrépito (sin contar una plantilla de nueve personas) con los que tenía que lidiar de muy diversos modos”. La narración en primera persona de este alcoholizado cincuentón nos regalará momentos de un patética hilaridad (incluyendo una conversación cara a cara con el mismísimo dios, un joven apuesto y barbilampiño); pero sobre todo un relato realmente espeluznante.

Maurice es propietario de una vetusta fonda en Hertfordshire, El Hombre Verde, establecimiento que existe desde la Edad Media y que a todas luces está encantado. Aunque al principio Maurice ve en ello un perfecto señuelo para turistas, la muerte repentina de su padre precipitará peligrosamente los acontecimientos. Poco a poco el tabernero se obsesionará con estas visiones monstruosas y espectrales de rostros y cuerpos mutilados. 

El fantasma al que remite la leyenda es el del clérigo Thomas Underhill, estudioso, brujo y asesino de niños, que en el siglo XVII ocupó la propiedad impregnándola con sus fantasmagorías. 

El núcleo central de la obra es la investigación histórico-ocultista que Maurice inicia: ¿Quién fue realmente Underhill y qué sucedió en aquella casa tres siglos atrás?. Aunque su gran afición al whisky y el dolor por la muerte de su padre nos harán dudar sobre la veracidad de lo narrado. 


De todos modos la atmósfera fantasmal es verdaderamente magistral y se nutre de espectros, libros de magia, documentos antiguos, exhumaciones en mitad de la noche, cementerios y visitas a la universidad de Oxford. Y, por supuesto, El hombre verde, una criatura fabulosa -que brota de los árboles y cuyo rostro es "una lisa corteza polvorienta como el tronco de un pino escocés, de órbitas irregulares en las que brilla una luminiscencia fungoide y una amplia boca sonriente que muestra una docena de dientes hechos de tocones de madera podrida"- que aparece en las situaciones más imprevistas y generalmente con nuestro protagonista anegado en alcohol. 

Todo ello alternado con escenas de verdadera sátira social; porque Maurice es incapaz de convivir  con su familia o con el entorno que le rodea. Su percepción de la realidad está muy alejada de la que tienen todos los demás. Es un alcohólico consumado, hipocondríaco, misántropo y libertino que vive exasperado un frenesí cotidiano que avivan su familia, camareros y clientes. 
«Como si estuviesen al servicio de alguna orga­nización antihotelera clandestina, sucesivos huéspedes trataron de violar a la camarera, pidieron un sacerdote a las tres de la madrugada, querían una habitación para sacar fotos a chicas desnudas y fueron hallados muertos en la cama". 
"Después de un año de conducta corriente, el camarero español entró en un intenso período de conducta de mirón, particularmente, pero no de modo exclusivo, valiéndose de la mirilla exterior del ser­vicio para damas".
Amis posee un gran reconocimiento por  obras donde prima el humor y la sátira social, Los viejos demonios” y “La suerte de Jim"  son prueba de ello; pero también era un gran conocedor de la literatura fantástica. En una ocasión confesó querer escribir una historia de fantasmas que fuese a la vez "irónica y malévola", tal cual El hombre verde es.
Recientemente se ha editado un precioso libro con todos su relatos.



P.D.

El Hombre Verde es una antiquísima tradición celta originaria de las Islas Británicas. Suele representarse como una cabeza humana hecha de hojas y plantas, o una cabeza de la que brotan guirnaldas vegetales. A veces aparece de cuerpo entero, un hombre completamente vegetal.

El Hombre Verde suele representar el ciclo de muerte/renacimiento que supone el paso del invierno a la primavera. Está relacionado con la fertilidad y los bosques, y es algo así como la representación masculina de la naturaleza. Si nos remitimos a figuras mitológicas llegaremos hasta Baco o Pan. También en otros país existen este tipo de figuras legendarias. Están Le Feuillou en Francia o el Blattqesicht en Alemania. En Navarra se llama Basajaun y muy recientemente lo hemos podido vislumbrar en la famosa trilogía de Baztán, iniciada con El Guardián Invisible y escrita por Dolores Redondo.

Siendo un mito pagano, el Hombre Verde aparece representado en muchas iglesias cristianas como la catedral de Chartres o la Capilla Rosslyn cerca de Edimburgo.

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