jueves, 25 de junio de 2015

El ESCRITOR como OUTLAW - por Blaise Cendrars

Al final de Moravagine, Blaise Cendrars incluye un apéndice titulado: Pro Domo ¿Cómo escribí Moravagine?.  Allí confiesa la delicia y la tortura de ser escritor. Nos declara tres etapas en su proceso de escritura, la primera de formulación (ideas y pensamientos), la segunda de estilo, donde se modulan imágenes y palabras. Y una tercera de fijación, la más dura.
La felicidad inicial de tema, personajes y arquitectura del libro deja paso a la desesperación por no avanzar, a la rebeldía de sentirse prisionero de una obra imposible de concluir. La lucha del autor con su obra es titánica. De tal modo que, cuando logra acabarlo está Brasil y corre a la habitación de su anfitriona, en plena noche,  gritando: "Imagínese, he acabado mi libro, está terminado. ¡Soy un hombre libre!..."

No me resisto a reproducir un par de extractos de este Pro Domo.






     "Es el 31 de julio de 1917.
    Mi pensamiento es claro. Domino el tema. Trazo un plan preciso, detallado. Mi libro está hecho. No tengo más que escribir el desarrollo literario alrededor de su bien plantada armazón. Puedo empezar por cualquier número de mi programa. Todo está bien dispuesto. El libro está dividido en tres partes de 72 páginas cada una. Escribiendo tres páginas por día, puedo acabarlo en un mínimo de tres meses. Todo me parece simple y fácil.
     Ya veremos.
    Tengo que superar la pereza que es el fondo de mi temperamento, la indolencia de mi carácter, esta tendencia satánica a la autocontradicción que interviene siempre y me hace fallar en montones de cosas, que me desdobla y que hace que me ría de mí mismo en cualquier ocasión y en todo momento, que me lanza a situaciones difíciles. Tambien tengo que vencer el miedo, ese estado de trance que me invade y me paraliza en la víspera de empezar un trabajo literario de gran envergadura y que va a encerrarme entre cuatro paredes, trabajos forzados, vida de presidio durante largos meses mientras los trenes circulan, los barcos van y vienen, y yo no estoy a bordo, ¡mientras hombres y mujeres se despiertan, yo no podré estar ahí para darles los buenos días! Verdaderamente es necesario poseer una enorme reserva de felicidad almacenada para ponerse deliberadamente en esta situación de outlaw que es la del hombre de letras en la sociedad contemporánea."



Francis Bacon "Crouch"




  "Yo no creo que haya temas literarios, o mejor, no hay más que uno: el hombre.
    Pero, ¿qué hombre? El hombre que escribe, pardiez, no existe otro tema posible.
    ¿Quién es? En todo caso no soy yo, es el Otro.
    "Soy el Otro", escribió Gerard de Nerval al pie de una de sus pocas fotografías.
    Pero, ¿quién es ese Otro?
    Importa poco. Os encontráis con un tipo por casualidad y no le volvéis a ver nunca más. Un buen día ese señor reaparece en vuestra conciencia y os jode durante diez años. No es siempre alguien agudo: puede ser amorfo, incluso neutro.
    Esto es lo que me ha ocurrido con el señor Moravagine. Quería ponerme a escribir y había ocupado mi sitio. Estaba ahí, instalado en el fondo de mí mismo como en un sillón. Podía sacudirle, debatirme, que no quería cambiar de sitio. "¡Estoy aquí y aquí me quedo!", parecía decir. Era un drama horroroso. Con el tiempo comencé a notar que ese Otro se apropiaba de todo lo que me ocurría en la vida y que se engalanaba con todos los rasgos que yo podía observar a mi alrededor. Mis sentimientos, mis estudios favoritos, mi manera de sentir, todo convergía hacia él, era suyo, le hacía vivir. He alimentado y educado a un parásito a mi costa. Al final yo no sé quién de los dos plagiaba al otro. Pero nunca hubo identificación real, ya que cada uno era él mismo, yo y el Otro. Trágico mano a mano que hace que no se pueda escribir más que un libro o varias veces el mismo libro. Así se explica que todos los bellos libros se parezcan. Todos son autobiográficos. Por eso sólo hay un único tema literario: el hombre. Por eso no existe más que una literatura: la de este hombre, la de este Otro, el hombre que escribe."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.