viernes, 20 de marzo de 2015

KINGSMAN - de Matthew Vaughn


El Meta-Bond.-
Si el cine es entretenimiento, Kingsman es una de sus gemas. Y es que poder ver a un redivivo sir Gallahad luchar contra la injusticia y las conjuras mundiales sin arrugarse el traje es una gozada.

Se ha dicho que Kingsman es el James Bond del siglo XXI y es cierto. Toda la película rezuma elegancia, ironía y acción. Es tan exagerada como las del superagente 007, pero no se toma a sí misma tan en serio sino es para narrar la historia con suma destreza y con grandes dosis de mordacidad y distinción. Es tan típicamente inglesa que el cuartel general de los Kingsman es una ancestral sastrería del centro de Londres. Su savoir vivre corre parejo con su savoir fair; siempre irónica, muchas veces irreverente, en ocasiones brutal. 

Harry Hart (Colin Firth) es el caballero Gallahad en la tabla redonda de este Servicio Secreto que preside, por supuesto, Arthur (Michael Caine). Gallahad es el depositario de las esencias de pureza y gallardía en las leyendas artúricas, de modo que será el encargado de conjurar una nueva amenaza global, la del villano Richmond Valentine (Samuel L. Jackson). Ambos se miran en el mismo espejo referencial de James Bond.

V.-¿Le gustan las películas de espías?
H.-Hoy en día las considero algo serias para mi gusto, pero las antiguas....maravillosas. Deme una trama inverosímil cuando quiera.
V.-Oh, las películas de James Bond, amigo. Cuando era niño ese era mi trabajo soñado. Ser un caballero espía.
H.-Pienso que las películas de Bond eran tan buenas como sus villanos. Siendo niño solía imaginar mi futuro como un colorido megalómano.
V.-¡Qué lástima que ambos crecimos!

La ironía autorreferencial se adereza con un no menos irónico maridaje de alta cocina que comparten en ese momento. 

Esta escena es clave para entender el alto grado de parodia al que es capaz de llegar Matthew Vaughn. Ahora bien la tabla redonda, la afición a las películas de James Bond que comparten, la ridícula compostura del villano (incluido su espanto a ver sangre) o la inverosimilitud de algunas de sus peripecias, no tienen el tono de una simple parodia infantil, sino visos de alta comedia y gozosa sofisticación.












La película está basada en el cómic The Secret Service de Mike Millar. Si en Kick-Ass, Millar se montó un cómic de superhéroes con unos chicos de la calle saturados de cómics; del mismo modo en The Secret Service, desarrolla la historia de un superagente y su Némesis, fan-áticos de las películas de James Bond entre los que crece otro chico de la calle aprendiendo a ser superagente.

El propio Millar ha contado el origen del cómic.
“El origen de este proyecto surgió cuando Matthew Vaughn y yo estuvimos hablando sobre “Casino Royale” hace un par de años, en los descansos de producción de Kick-Ass. Nos gustó la película pero nos preguntábamos porque no incluyeron escenas en las que Bond aprendiera a hacer todas las cosas que se supone sabe hacer James Bond.
Tenemos un par de amigos en las fuerzas armadas y las cosas que nos cuentan que hacen son increíbles. The Secret Service tratará sobre eso. Un joven chico del norte de Londres aprendiendo a ser James Bond. Está basada en parte en una magnifica historia de Terence Young, el director de Dr. No y el verdadero creador del tono de las películas de James Bond que todos conocemos hoy en día.”
La combinación que eligieron fue "una mezcla de My Fair Lady y de entrenamiento de contraterrorismo."  
La película es una parodia perfectamente engrasada, el humor y la violencia se compensan para aumentar el disfrute. Las coreografías y secuencias de las peleas son extraordinarias. El montaje consigue un ritmo trepidante siguiendo en ocasiones hasta tres frentes simultáneos y, a parte de la cena que comparten los antagonistas, dos escenas perdurarán en nuestra memoria. El enfrentamiento de Gallahad con una panda de mafiosillos en un pub, bajo la advocación "los modales hacen a las personas"; y la de una multitudinaria pelea en una iglesia.

La de los modales no es la única frase lapidaria con que la película marca su propio estilo. Una de las mejores es, "un caballero no debe sentirse superior a los demás, basta con que sea mejor que su yo anterior"

Tanto Colin Firth, como Michael Caine o el Merlín que les asiste, Mark Strong, derrochan una clase inigualable. Sus modales y lenguaje  son los del perfecto caballero dotado, eso sí, de insuperables habilidades.

El tono de parodia no se queda en algo inocente. La película tiene lecturas más serias. Una de ellas es la visualización de la raza humana como un verdadero virus letal y pernicioso para el planeta que habita. Cabe decir que esta idea ya estaba en Matrix y también en la excelente serie Utopía.
Otra lectura es política. En una de las secuencias cumbre de la película vemos a la raza humana descabezada (nunca mejor dicho) de sus principales políticos y gerifaltes. El ritmo de God save the queen le pone la guinda a estos verdaderos fuegos artificiales. Reconozco que aplaudí la irreverencia de estos Kingsman castigando a los gobiernos que conspiran contra sus votantes.

El guión es de Matthew Vaughn y Jane Goldman. Se basa en el cómic de Mark Millar (Kick-Ass) y Dave Gibbons (Watchmen). Millar es experto en desarrollar historias repletas de sexo y violencia con tintes de humor negro. No faltan en sus guiones trazos de tinte político o crítica social. Por su parte Gibbons mantiene su estilo basado en una gran nitidez y una notable definición de los personajes. La acción es tan continua que las páginas de los 6 números publicados por PaniniComics vuelan.

Entre el cómic y la película, ésta desarrolla más las escenas de acción, cambia la relación entre maestro y aprendiz (en el cómic son tío y sobrino), así como algunos escenarios (el experimento de agresividad se desarrolla durante una boda mientras que aquí transcurre en una iglesia). Asímismo el guardaespaldas asesino de Valentine adquiere mayor apostura y fiereza en la película. Esta Gazelle (Sofía Boutella) armada con prótesis, resulta verdaderamente sofisticada y letal.


Todo esto me lleva a pensar que el cómic fue como un ensayo de personajes y situaciones que en la película aparecen mejor decantados. La cinta avanza sobre el mismo esquema; pero introduce variaciones que la dotan de un mejor acabado, mayor contundencia y descaro. 

Matthew Vaughn ya colaboró en el cómic con algunas ideas y, mientras se estaba publicando, comenzó a escribir el guión de la película. Vaughn ya dirigió otro cómic de Mark Millar, "Kick-ass", así como X-men. Primera Generación. También es responsable del guión de X-men. Días del Futuro Pasado y produjo el reboot de "Los cuatro fantásticos". Todo ello cine de quilates en cuanto a entretenimiento. 


Bonus track. La elegancia inglesa es uno de los hitos de la película. En esta página web puedes poner nombre a los trajes y complementos.....así como precio: Mr. Porter

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.