viernes, 17 de octubre de 2014

MEMPHIS UNDERGROUND - de Stewart Home











Furiosa ¿novela? de ideas, absolutamente personal, apasionadamente iconoclasta. Descarnadamente íntima e incluso obscena. Rebosante de referencias literarias, musicales y artísticas.

Home elabora un volcán-libro tan fascinante como salvaje; una biografía que desborda ficción y viceversa, con un protagonista que es a la vez un pícaro buscón de subsidios sociales y un contundente artista contracultural.

Johnson/Home es el Lazarillo de Londres, un tipo siempre en movimiento en una ciudad proteica que unas veces sobrevive con trabajos de mierda (bibliotecario free lance, lavaplatos, recadero) y otras de gigoló; pero cuya fijación es husmear por tiendas y almacenes viejos discos de Northern Soul.

El espíritu del libro es la duplicidad y su motor descubrir su falacia: entre la realidad y la ficción, entre el personaje Johnson y el propio Home, entre los suburbios del East End donde malvivió durante años y la urbanización del lago Scapa donde trabaja como artista residente: "Estoy trabajando en una novela llamada Memphis Underground que trata sobre cómo los guetos y los barrios residenciales se crean los unos a los otros". Entre su propia vida y la suplantación de la de su amigo Tony Cheam, entre la literatura que escribe y la antiliteratura que practica, entre el culto a la personalidad que critica y el plagio descarado que fomenta.

Esta duplicidad cobra forma, sobretodo, en la primer mitad del libro, cuando el relato alterna los capítulos de buscavidas en el East End y los referidos a su experiencia como artista suplantador en el lago Scapa.


El libro está escrito bajo la advocación de Guy Debord*, filósofo y escritor revolucionario, fundador de la Internacional Situacionista, que propugnaba el uso del plagio (détournement) como negación de la propiedad intelectual.

Nuestro Johnson/Home es un neoísta asilvestrado (contra el culto a la personalidad, la notoriedad y el ego) y su fraude artístico se multiplica en los espejos de la urbanización. Por un lado está suplantando al verdadero artista residente, Tony Cheam; por otro lado sus obras plagian descaradamente otras preexistentes
"La obra central de mi exhibición en el Centro Comunitario del lago Scapa era un enorme lienzo blanco sobre blanco en el que pinté con spray blanco el símbolo del dólar. El símbolo del dolar era visible, sin embargo, la iluminación que preparé lo haría pasar desapercibido para cualquier espectador despreocupado. El título de la muestra era Vandalismo comparado, y con ella quise ilustrar  las debilidades de muchos de los últimos atentados contra ciertas obras de arte, al tiempo que ofrecía una guía para mejorar el hooliganismo cultural.
  -¿De qué va eso? -preguntó Steve Smith, uno de mis vecinos de Martin Luther King, señalando mi anti-Malevich.
  -Pues... -dije, e hice una pausa para respirar, antes de arrojarme a la piscina-. El problema con el vandalismo en el arte es que tiende a reforzar la idea de que son las obras en sí mismas las que deberían ser nuestro tema de interés en lugar del complejo proceso de su aparición a partir de un entramado de relaciones sociales. la práctica del vandalismo termina por revalorizar la obra de arte ya que en el sistema de galerías el ataque físico sobre el objeto funciona como suerte de anti-potlatch en donde la destrucción parcial atrae la atención a su valor y pone en juego el aparato represivo de la restauración artística." pág. 65
El tipo es una paradoja andante que desprecia toda la cultura establecida pero que vive para y rezuma cultura por los cuatro costados. Su mente está en permanente efervescencia, ocupada con arte, música y literatura. De hecho los capítulos del libro llevan por título el de canciones míticas como Inner City Blues, el clásico de Marvin Gaye, o Comin´Home Baby canción de jazz con numerosas versiones desde su creación en 1961.
"El pulp es lo que Home buscó recrear en sus primeras novelas, entre las que se encuentran Pure Mania (¡anarco-veganos asesinos andan sueltos en el Este de Londres!) o Red London (¡skins de extrema izquierda destruyen y sodomizan a yuppies allá donde se encuentren!). Yo he tenido la fortuna de leer la mayoría de ellas, y debo decir que son repugnantes. En el sentido más etimológico de la palabra. Un asquito. Sólo contienen sexo sórdido, obsesión anal, fanatismo político, vandalismo, terrorismo, tribus urbanas zurrándose, mentalidad de gang y violencia lumpen insensata y ciega, que Home mezcla de forma demencial con constantes inoculaciones de cultura seria. Por supuesto, esta práctica (en apariencia extravagante y efectista) es también premeditada: pintando a personajes que citan a Deleuze o Hegel en medio de un entorno pulp y lumpen, Home desacraliza las ideas intelectuales de la alta cultura, despojándolas de toda carga elitista." pág 14. Prólogo
La mejor descripción del libro la realiza el propio autor en la cita que coloca en el frontis. "Mi vida fue errante. Nunca tuve patria. La cuestión era no dejar de dar vueltas, sin descanso. Nunca, en ningún lugar, hallé un hogar", de Jan Amos Komenský. Pero este movimiento continuo posee unos jalones que determinan un itinerario vital y que Kiko Amat señala acertadamente en el prólogo: rechazo del culto a la personalidad, extraña fascinación por el Northern Soul y el R&B, Londres y siempre Londres, sexo salvaje, anti stablishment literario; y sobretodo "Stewart Home: su vida y su mente": éste es el tema principal. Tan es así que el libro incluye un capítulo entero titulado "El puente" que es una autoentrevista absolutamente delirante.
East End - London -
"Nos dirigimos a Hackney, donde me entrevistaron sobre los muchos años que pasé en las viviendas de protección social del East End. Había mucho que decir al respecto, y había pensado mucho sobre el tema porque empleaba esas experiencias como material para el libro que estaba escribiendo -y que ahora vosotros estáis leyendo-, titulado Memphis Underground. Quizá deba explicar que Memphis Underground no es exactamente una novela. He dado a luz a varios textos publicados como novelas que en realidad son otra cosa. Después de Joyce, después de Finnegans Wake, escribir novelas no tiene sentido. La literatura está muerta. La única literatura que me interesa es más antiliteraria que literaria. Existe una conexión directa entre Beckett y Trocchi y lo que yo hago. Tenía muy metido en la cabeza El libro de Caín cuando me embarqué en Memphis Underground. "
El Libro de Caín es el spoiler para quien quiera hacer un estudio serio de la vida de Trocchi. El Libro de Caín es un texto autobiográfico de un escritor lo bastante inteligente para entender que eso significaba que sería también ficción. Trocchi maniobró en la delgada línea que divide la realidad y la ficción, algo que tenía en mente al ficcionalizar mis propias experiencias sobre la muerte en vida en el East End de Londres. Apenas ficcionalicé lo que escribía puesto que ya era ficción, siempre. pág 231
Antiliteratura, ausencia de ego, continuidad entre realidad y ficción. Sus páginas albergan escenas memorables en los suburbios, con chicos lenguaraces y soeces que le intentan agredir, chicas que le cogen de las pelotas porque sospechan que es bujarrón  y encargadas de center job que directamente le desprecian.

Johnson/Home practica una vida de impostura para criticar la impostura. Liándose con Claire, la exnovia de Tony Cheam, ésta le obliga a follar con una muñeca hinchable. 
"   -A Tony le gustaba una chica que conoció llamada Sophie -explicó Claire-. Compramos una muñeca hinchable y yo miraba cómo Tony lo hacía con ella, mientras ambos fingíamos que era Sophie.
   -¿Qué pasó con Sophie? -pregunté.
   -Tony tuvo una pelea increíble con ella y luego desapareció.
   -No, no -exclamé-. No me refiero a qué pasó con la chica con la que Tony estaba obsesionado, sino a qué paso con la muñeca que utilizaba como si fuera Sophie.
   -Desapareció -susurró Claire-, al mismo tiempo que Tony. Sophie arruinó nuestra relación, después de unas semanas de tríos desenfrenados, lo único que Tony deseaba era que mirase cómo se lo montaba con su muñeca hinchable.
   -¿Y por qué quieres que finja ser Tony mientras utilizo la muñeca simulando que me tiro a su exnovia?
   -Porque quiero trabajar lo que fue mal en nuestra relación y comprobar si pudo haber sido distinto. Por eso quiero que te hagas pasar por Tony. No sólo tienes que follarte a Linda, o sea, a Sophie, varias veces al día mientras yo miro, también quiero que sigas con sus proyectos artísticos." pág 263

En la segunda parte también hay una dualidad entre el propio Stewart Home y la entrevista que se hace a sí mismo o en el reconocimiento de que Memphis Underground apenas ficcionaliza sus propias experiencias. Incluso su Londres uterino, ese que refiere su admirado Machen en The London Adventure, un libro "que algún atrevido editor debería reeditar como narrativa psicogeográfica", contiene varios dobles que le perturban.
"Había más de una ciudad irreal perturbándome. Un doble que al mismo tiempo contenía dos dobles más y, así, ad infinitum y ad nauseam. (...) Debía participar en la fantasía a través de las novelas, la ropa, los clubes, incluso la comida que tomaba en los restaurantes. Pero estaba excluido. Londres es genial si eres joven o rico, mejor aún si eres ambas, pero no era joven ni rico. Era un pobre imbécil.
No sé muy bien cuándo la idea de Londres empezó a convertirse en un problema para mí, cuándo empecé a dudar sobre la existencia de la ciudad." pág. 177
El libro contiene ideas excitantes y contundentes sobre el arte y el capitalismo  
"la comunicación humana es imposible en galerías donde la cultura se trata como un complemento para engordar el sistema capitalista. Querer llevar las relaciones afectivas y humanas al museo es un error; lo que yo trato de mostrar es la ausencia total de humanidad en el sistema del arte." pág. 72
Polaris -David Mach-
"El vándalo tenía objeciones muy duras hacia la pequeña pieza en la que monté la imagen de un monje budista que se pegaba fuego a sí mismo sobre una fotografía del Polaris de David Mach. También había añadido un comentario pseudo-braudillardiano: "¿Y los signos? Los signos". La princesa defendía que, en lugar de una mejora, ésta era una explotaciópn del acto inicial de destrucción que proponía.
El modelo submarino nuclear de Mach hecho a parir de miles de neumáticos de coche usados fue prendido por James Gore-Graham el 21 de agosto de 1983. Gore-Graham vertió petróleo sobre la escultura de Mach y luego no consiguió escapar tras el incendio. La escultura en combustión explotó. Gore-Graham sufrió quemaduras severas y murió a los pocos días sin haber recuperado la consciencia. " pág 87
Peter Blake - The Toy Shop - (1962)


La crítica se exacerba contra totems de la cultura como Martin Amis o Salman Rushdie en literatura y gente como Peter Blake en arte.
Peter Blake - Portada del Sgt. Peppers









Una de las ideas más estrambóticas que maneja es el juego que se trae con Memphis, ciudad de EEUU,  lugar de Egipto por donde cruza el río de los muertos, ciudad asociada delirantemente a Finlandia o que identifica el clásico album de Jazz Soul de Herbie Mann.
"No sabía qué hacer después, hasta que recordé una novela de Charles Willeford llamada The Burnt Orange heresy. El libro trataba de un artista llamado Jacques Debierue que nunca pintó nada. Su primera obra fue un marco que situó sobre una grieta en un muro de su estudio. Esto causó muchísimo revuelo entre la crítica. y entonces... nada. Los críticos tuvieron que inventarse la obra que Debierue no creó para justificar su propia posición en la jerarquía del capitalismo cultural. Debierue andaba pavoneándose por el mundo con sus pinturas sin estrenar y sus lienzos en blanco mientras los críticos culturales lo perseguían desesperados por reseñarlo. Nunca permitió que nadie viese nada de lo que hizo, se resistía a admitir que no había nada que mostrar. Los críticos ambiciosos llenaron el vacío con sus propias fantasías.
Decidí realizar la ficticia antiobra de Debierue y propuse la siguiente explicación para los lienzos en blanco que exhibía: "La oposición entre los intelectual y lo manual, entre la naturaleza y la cultura, solía ser indispensable. La separación entre el artista que pintaba y la crítica que juzgaba fue durante siglos el motor mediante el cual el arte avanzó. Puesto que el arte ya no responde a nada, esta división se ha convertido en obstáculo para el desarrollo autónomo de la sensibilidad humana. Tenemos que acabar con la división entre el artista que hace y el crítico que piensa. Los sentidos tienen que convertirse en sí mismos en teóricos." pág. 121 y 122
Kiko Amat en el prólogo, traza una especie de campo semiótico con todas las líneas que se cruzan en este Tube Map: "Memphis Underground es un excitante y grotesco galimatías, ya lo ven, escrito expresamente para irritar a los más carrozas, indignar a los críticos, ciscarse en la burguesía y sus tradiciones y, a la vez, establecer las bases de un nuevo tipo de novela. Nuevo, sí, pero no posmoderno. Radical, pero no disponible para escaparates ni anuncios. Conceptual, tal vez, pero desafecto al régimen, testarudamente obrerista, audodidacta, tan enemigo del "buen gusto" mainstream como del "mal gusto" del Turner/Booker Prize y los mercachifles suburbanos del shock-art. Marxista sin ataduras. Trocchista, y a mucha honra, guarro y obsceno sin bula teórica ni excusas. Pro pulp, pro punk, pro skin, pro plagiarismo. Antiarte de veras. Incendiario sin veleidades vanguardistas."

"No tengo nada que decir pero aún tengo que repasar el efluvio con el cual podría describir mi inclinación hacia el libertinaje.  Mi contribución a la ficción de vanguardia es anunciar su agotamiento, que es sólo otra forma de proclamar que tiene que vivir su propia muerte, ya que hay agotamientos y agotamiento; así como existe el letargo, la languidez y la lasitud. Mi predilección por la indolencia aún no es idéntica al debilitamiento de la antiliteratura. No tengo un mísero boli, pero ya basta de nostalgia. (...) ¿Tenía algo que decir? No estaba seguro, y lo único que sabía es que no había comienzo, no había final, así para siempre. Ésa es la razón por la que decidí dejar de escribir, y eso es lo que hacía la decisión insignificante. La cuestión es que no había cuestión, que dejar de escbirir, en esencia, era lo mismo que seguir haciéndolo. Ya es bastante difícil encontrar críticos que entiendan el sermón que suelto. Ahora bien ¿no ha sido siempre así? No sólo me he sumergido en las antitradiciones de vanguardia, también estoy muy al tanto del Atlántico negro y el interés de aquellos que viven al margen del mundo hiperdesarrollado de la modernidad. Los críticos de presa no tienen ni idea de dónde vengo, pueden estar perfectamente cualificados para juzgar literatura para mujeres y literatura para tíos, pero no disponen de referentes a la hora de abordar mis novelas. Están perdidos. Incluso los que leen la literatura adecuada para otorgar algo de sentido a mis actividades, a menudo pierden el referente ya que, como buen afro-celta, he cruzado la experimentación estilística con la narración popular. Después de releer la línea precedente con un ánimo que se aproximaba al desdén, me levanté y me hice un sándwich. Wittgenstein puesto de esteroides. Queso rancio." pág 274-5-6




P.D. 1.-
Si tienes curiosidad por el Northern Soul, en el blog Piensa Sixties han elaborado una lista spotify de Northern Soul


P.D. 2.- Al perfil de Charles Willeford que Home reseña hay que añadir sus novelas de serie negra ubicadas en Miami (Sobretodo la serie protagonizada por el detective Hoke Moseley). Su estilo mezcla de forma inigualable humor y violencia.

No hay que perder de vista otros autores citados por Home. Como Lynne Tillman, novelista, cuentista y ensayista neoyorkina de finales del siglo XX. Sus historias son fragmentadas y complejas. Publicó una curiosa colección de cuentos This is not it en la que cada cuento responde a una obra determinada de algún artista contemporáneo.
También Dennis Cooper, autor del ciclo de novelas de George Miles, (Closer, Frisk, Try, Guide y Period). Novelas protagonizadas por homosexuales  que retratan con toda crudeza un mundo que gira alrededor de las drogas, el sexo y la violencia.

P.D. 3.-
Guy Debord era un "pagano y cínico" que ponía todo en solfa. Fundó en 1957 La Internacional Situacionista y fue uno de los líderes del Mayo del 68 francés. Escribió La Sociedad del Espectáculo, donde en 221 párrafos clasificados en 9 capítulos reflexiona sobre la evolución social del ser al tener y del tener al "simplemente parecer". Para él, el espectáculo es "la imagen invertida de la sociedad, en la cual las relaciones entre mercancías han suplantado a las relaciones entre la gente". Constata cómo actualmente "las relaciones sociales entre la gente están mediatizadas por las imágenes".

Párrafo 1
"Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación."

Como dijo Goytisolo en un artículo sobre Debord: Ahora se distribuye el pensum -¡en el castellano medieval se llamaba "pensadores" a quienes distribuían el pienso al ganado!- a través de la pantalla del televisor. La ideología se ha disuelto en su representación mediática. Vivimos irremediablemente, como dictaminó Debord, en la sociedad del espectáculo, y esto vale para todos, nos guste o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.