sábado, 7 de junio de 2014

El MAL de MONTANO - de E. Vila-Matas







Después de estar durante años asomado al caldero bullente de la literatura (Historia abreviada de la literatura portátil, Bartleby y compañía) en esta novela, por fin, Vila-Matas se cae dentro. El narrador reconoce,  "más que enfermo, yo estaba podrido de literatura". Cada gesto de su vida, cada hora, cada conversación, cada pensamiento está transido de literatura.

El libro avanza sobre dos ejes que él mismo elucida. Uno es el carácter parásito del libro ocupado en su parte central por
"un diccionario cuyas entradas vendrían dadas por los nombres de los autores de diarios personales que más me han interesado a lo largo de muchos años de lectura de libros de ese género literario tan íntimo; unos nombres de autores que, al reforzar con sus vidas mi autobiografía, me ayudarían a componer un retrato más amplio y curiosamente más fiel de mi verdadera personalidad, hecha en parte a base de los diarios íntimos de los demás. " pág 106-7
El otro eje es la voluntad de asumir en la memoria personal del narrador, la historia de la literatura toda.

En la página 119 Vila-Matas incluye una Nota parásita que ironiza sobre algo muy esencial en su literatura. En la nota nos refiere el ensayo Segunda mano, de Alan Pauls, donde figura una aguda reflexión referida al gran Borges. Al publicar Discusión, un libro primerizo, Borges recibió una crítica adversa de Ramón Doll que le acusaba de parasitismo literario: 
"Esos artículos, bibliográficos por su intención o por su contenido, pertenecen a ese género de literatura parasitaria que consiste en repetir mal cosas que otros han dicho bien; o en dar por inédito a Don Quijote de la Mancha y a Martín Fierro, e imprimir de esas obras páginas enteras; o en hacerse el que a él le interesa averiguar un punto cualquiera y con aire cándido va agregando opiniones de otros, para que vean que no, que él no es unilateral, que es respetuoso de todas las ideas (y es que así se va haciendo el artículo)." 
Según Pauls, con la astucia de los grandes inadaptados, Borges revierte esta condena en un programa artístico propio. "La obra de Borges abunda en esos personajes subalternos, un poco oscuros, que siguen como sombras el rastro de una obra o de un personaje más luminosos. Traductores, exégetas, anotadores de textos sagrados, intérpretes, bibliotecarios, incluso laderos de guapos y cuchilleros. Borges define una verdadera ética de la subordinación en esa galería de criaturas anónimas  (...) y Pierre Menard corona una larga serie de sumisiones literarias escribiendo de nuevo unos capítulos del Quijote" pag 120
Explicado el vampirismo literario giramos hacia el otro eje. La primera parte del libro es un diario sobre la visita que el narrador hace a su hijo Montano en Nantes. Coinciden ambos en estar atravesando un desierto ágrafo. Montano hijo viene de publicar ¡Bartleby y compañía!, y aquellos aristócratas del No le acabaron inoculando su veneno de cesantía. 
Pero finalmente el joven Montano escribe un cuento que envía, solícito, a su padre.
"Fue anteayer, como ya dije, cuando me llegó el sobre de Montano con su manuscrito, un cuento breve titulado 11 rue Simon-Crubellier, supongo que en homenaje sentido a Georges Perec y a esa casa de París donde el escritor francés concentró la historia del mundo.
El cuento se abre con una cita de Macedonio Fernández con la que mi hijo seguramente trata de comentar irónicamente el fin de su bloqueo literario: "Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo habían dicho, repuso quizá desde la vieja, hendida Nada. Y comenzó."
El cuento concentra de manera admirable, en siete escasas pero intensas cuartillas, toda la historia de la literatura enfocada como una sucesión de escritores habitados imprevistamente por la memoria personal de otros escritores que les antecedieron en el tiempo. (...) La historia de la literatura vista como una corriente extraña de aire mental de súbitos recuerdos ajenos que habrían ido componiendo, a base de visitas imprevistas, un circuito cerrado de memorias involuntariamente robadas." pág 70
Entre aquella nota parásita y este cuento de memorias robadas encuentro la esencia de este múltiple libro. 

Montano padre, como narrador protagonista, asumirá su enfermedad literaria: "Quiero ser sólo literatura", y la personificará trazando el mapa de su corazón y sus lecturas con ríos y valles, con túneles, caminos y volcanes.

La primera parte del libro quiere ser un diario con el que romper la sequía ágrafa. Pero ineludiblemente por sus páginas acaba proliferando la metástasis de la literatosis hasta convertirlo en una nouvelle. Hecho que el autor nos confiesa en la segunda parte, Diccionario del tímido amor a la vida. Y esta confesión de cómo una confesión se atravesó de ficción y mentiras no nos conduce sino a un intenso juego literario de espejos, citas y parásitos.

Ese diario convertido en nouvelle es seguido por un diccionario de autores que redactaron diarios íntimos donde se pone en marcha el plan del cuento de Montano hijo. El diario personal se convierte en diario universal en aras de desmenuzar la materia y el hecho de la literatura.  
"Imagino que no es necesario que diga que no soy crítico literario, sino un narrador de amplia y conocida trayectoria. Esto es tan cierto como que en Faial terminé mi nouvelle y, al regresar de las islas, tuve la idea de darle un giro a este diario y convertirlo por un tiempo en un breve diccionario que contara nada más que verdades sobre mi fragmentada vida y mostrara mi lado más humano y,en definitiva, me aproximara más a mis lectores: un diccionario cuyas entradas vendrían dadas por los nombres de los autores de diarios personales que más me han interesado a lo largo de muchos años de lectura de libros de ese género literario tan íntimo; unos nombres de autores que, al reforzar con sus vidas mi autobiografía, me ayudarían a componer  un retrato más amplio y curiosamente más fiel de mi verdadera personalidad, hecha en parte a base de los diarios íntimos de los demás. " pág 106-7
Novela, diario, diccionario de autores, ensayo y autoficción. Una seductora y compleja construcción literaria en un espacio tan propio de Vila-Matas (y Magris, Sebald o Pitol) como es la encrucijada entre literatura y vida.
"Entre la vida y los libros, me quedo con éstos, que me ayudan a entenderla. La literatura me ha permitido siempre comprender la vida. Pero precisamente por eso me deja fuera de ella. Lo digo en serio: está bien así." pág 142
Este tipo de paradojas abundan cuando se cruzan ambas. 
"Sergio Pitol escribió en 1994 un relato titulado "El oscuro hermano gemelo" y lo iniciaba con una cita de Justo Navarro: ´ser escritor es convertirse en un extraño, en un extranjero: tienes que empezar a traducirte a ti mismo. Escribir es un caso de impersonation, de suplantamiento de personalidad. Escribir es hacerse pasar por otro´." pág 18 
"Entonces", dice Justo Navarro, "te agarras a lo que tienes más cerca: hablas de ti mismo. Y al escribir de ti mismo empiezas a verte como si fueras otro, te tratas como si fueras otro: te alejas de ti mismo conforme te acercas a ti mismo." pág 143
"Escribir", dice Lobo Antunes, "es como drogarse, se empieza por puro placer, y acabas organizando tu vida como los drogados, en torno a tu vicio. Y ésa es mi vida. Hasta cuando sufro lo vivo como un desdoblamiento: el hombre está sufriendo, y el escritor está pensando en cómo aprovechar este sufrimiento para su trabajo." pág 195
Para Vila-Matas vida y literatura conforman un circulo vicioso: 
"Recordé a Rosa trabajando como una hormiga para abrirse camino en la dirección de cine. Recordé cómo mi generación quiso cambiar el mundo y dije que tal vez había sido mejor que aquello que soñamos no se hubiera hecho realidad. Recordé que en mi primera juventud leía mucho a Cernuda y que a veces yo lloraba si llovía. Y finalmente recordé cuando me veía recordando que me veía escribir y me recordé -para terminar- viéndome recordar que escribía." pág 50
El libro entero se constituye como ejercicio y práctica de esa "corriente de aire mental" que de autor en autor recorre la literatura. "Pessoa de pronto se ve en Praga observando la muralla china", llegamos a leer.  Walser ("llamadme Walser" nos llega a pedir), Musil y su hombre sin atributos, el peripatético Monsieur Teste, Sterne, Pessoa, Calvino o Cheever. Todos aportan recuerdos ajenos y visitas imprevistas. Y Kafka, sobretodo Kafka, siempre Kafka con sus carreteras perdidas. A su figura dedica el autor la cuarta parte del libro, "Diario de un hombre engañado".

Porque sin literatura no se puede comprender la vida, aunque el precio sea alto: "Como dice Magris: Kafka sabía perfectamente que la literatura le alejaba del territorio de la muerte y le permitía comprender la vida, pero dejándolo fuera. "


Como ejercicio literario podemos esclarecer el germen de situaciones y personajes ficticios. En la segunda parte, el autor revela lo que de ficción había en la primera. Qué personajes existen (Tongoy) y cuáles no (la aviadora Margot Valerí). Cómo el viaje a las Azores se produjo pero en otras circunstancias (¡Ah, el mítico Café Sport que aparece en Dama de Porto Pim, de Antonio Tabucchi!). En fin y de nuevo, el fructífero juego entre realidad y ficción.

En el fondo todo el libro habla de la necesidad de la literatura. Walter Benjamin recordando a un niño enfermo y a su madre contándole una historia reflexionaba, "si realmente no será la narración la atmósfera propicia y la condición más favorable para muchas curaciones".

Y también de la literatura como una tarea de autoconstrucción.
"Cuenta Calvino que, al abrir el diario (de Pavese) por la primera página, se dieron cuenta de que se encontraban frente a un documento impresionante, páginas convulsas, gritos desesperados que se desbordaban clamorosos de cuando en cuando. "Pero encontramos también, y sobre todo, algo más, el término opuesto a la desesperación y a la derrota: una paciente, tenaz tarea de autoconstrucción, de claridad interior, de mejora moral, que se debe alcanzar por medio del trabajo y la reflexión sobre las razones últimas del arte y de la vida propia y ajena." pág 181
E incluso de investigación.
"En una  época en la que predomina la novela del yo, un señor llamado Teste, levantado antes de la aurora, en pijama, con los hombres cubiertos por un chal, anota: "Es lo que llevo en mí de desconocido lo que me hace yo." pág. 201

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