jueves, 3 de abril de 2014

KAMIKAZE - de Alex Pina

-España-
 2014







Me pilla esta película en medio de un debate sobre el exceso de teatralidad y estatismo que lastra las producciones españolas. Este debate lo arrastramos desde que vimos, hace unos meses, la película ¿Quién mató a Bambi? y se nos reproduce mientras seguimos la competente serie El Príncipe, sobre el temido barrio de Ceuta. La serie se mueve en los ambientes del thriller pero en ocasiones parece una moto con la rueda pinchada. Mientras que la película de Santiago Amodeo, desaprovecha claramente un sabroso guión preñado de situaciones equívocas y disparatadas por una realización del montón y sin ritmo. 

Anoche en cambio pudimos ver una película muy bien narrada, con planos y secuencias bien medidos, y entrevimos una conclusión. El guión y la pericia del realizador son la base de una buena película. Y Kamikaze lo es. 
El cine tiene su propio lenguaje y Alex Pina sabe escribirlo con sus imágenes. Visualmente la película es impecable.

Slatan (Alex García) es un ciudadano desesperado de Karadjistán. Después de perder a toda su familia bajo los bombardeos rusos es captado para inmolarse como hombre bomba en un vuelo Moscú-Madrid. Un temporal aborta el despegue y todo el pasaje es hospedado en un hotel de las afueras, quedando aislados por la nieve. La convivencia de Slatan con sus futuras víctimas fomentará nuevas amistades y el cruce de sus historias. 

Kamikaze no es una obra maestra ni mucho menos. Es una buena película, que quizás no acaba de despegar por mezclar demasiados géneros (thriller, drama, comedia); pero tiene un guión muy preciso y medido. La cinta dura sólo 94´ y en sus secuencias no hay ganga. En síntesis, el director ha sabido rodar con dinamismo, imprimiendo a sus planos una gran energía y fluidez.

La escena inicial, con los preparativos del comando suicida, posee tensión y no desentonaría en cualquier thriller. Los flashbacks donde vemos los bombardeos son contundentes y verosímiles. Asimismo las escenas más dramáticas transmiten emoción y los tres o cuatro golpes cómicos son, de verdad, hilarantes.

Hay otras que revelan una gran intención. Como en la que todos se lanzan a acompañar los cánticos de Slatan -un himno revolucionario- insultando sin saberlo a todos los rusos presentes.¡Justo en plena crisis de Crimea!  O cuando todos se asoman al carrito del bebé con cara de embeleso cuando lo que están secando es el explosivo plástico.
Carmen Machi y Eduardo Blanco
Quisiera destacar las interpretaciones de este grupo variopinto. Aunque bien es verdad que algún personaje peca de tópico (el argentino simpático, la viuda loca, etc), Alex García está siempre muy metido en su papel de Slatan y Eduardo Blanco derrocha naturalidad y picardía en un papel sumamente zalamero. He de subrayar el talento de Carmen Machi. Tiene una escena en la que enseña el vídeo de su boda, y mientras va traduciendo los votos de su marido ruso, nos desgrana el infierno de su matrimonio. De la comedia al drama en tres minutos, un portento.

En definitiva podríamos decir que Kamikaze es una especie de fábula donde se esconde un pequeño geniecillo (un entrañable Ernesto Alterio con muchas batallas encima) que en un momento dado mira a Slatan a los ojos y le dice, "Ante el sufrimiento no quedan más que dos opciones, o pudrirte por dentro o bailar al ritmo de la vida".

Alex Pina es guionista y productor de la serie El Barco y de las dos Fuga de cerebros. Esta es su primera película como director y para ello ha adaptado la novela homónima de su compañero Iván Escobar.

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