sábado, 22 de junio de 2013

AGUJEROS NEGROS - de Lázaro Covadlo










Es verdad que el título de libro repite el de uno de sus cuentos, un relato fantástico perfecto. Agujeros negros narra una situación cuántica, donde el tiempo se vuelve sobre sí mismo. Clara Luz cae en la fascinación de Tadeo Hadesovich y abandona a su antiguo novio. Tiempo después se reencuentran y viven unos días apasionados. Cuando se vuelven a distanciar él va al cine y allí le proyectan la película que ha vivido esos últimas días con Clara Luz.
A pesar de un relato tan extraordinario, la colección hubiera podido titularse como otro de los que incluye, Preparación para el abismo, dado que como en él, muchos de los protagonistas son niños que se asoman a la pesadilla; léase mundo adulto o terror a lo desconocido.

En Preparación para el abismo, un niño se percibe malvado. Ha de mantener tensos los músculos para esconder su maldad, una expresión terrible que le delata como un monstruo. Sus indagaciones sobre el mundo que le rodea son inquietantes. Descubre que el trasiego de hombres en su casa no es normal. Que las discusiones de su tío con sus padres versan sobre un negocio oscuro. El niño acaba construyendo su realidad a través de un Gran Diccionario Enciclopédico, donde encuentra las explicaciones normales, pero también las subterráneas
"Una explicación más detallada acerca del asunto debía de hallarse oculta entre las letras del texto, claro que era necesario saber buscar, lo cual significa tomar en consideración que los buenos diccionarios están escritos por sabios que saben poner los puntos sobre las ies. Me explicaré con más detalle. Se trata de que en el punto de alguna i de determinada palabra se inscribe, con letras microscópicas, claro está, una explicación más profunda y pormenorizada". pág 169
Vive en un lupanar, que además percibe como un edificio transpirador y viviente, una protobestia que se comunica con la ciudad a través de sus conductos.

Nunca apagaba la luz, Mucho cuero y Mundisueño también están protagonizados por niños. Todos ellos rezuman ese extraño dulzor de la magia y los sueños rotos. El primero es un sencillo e impecable relato circular sobre un terror nocturno. En el segundo un niño discapacitado anhela poderosamente convertirse en policía y en Mundisueño un niño se evade de su grosera realidad anudado a una soñadora tía con quien comparte fantasía. Sin embargo, ya sabemos que la realidad es muy terca. Narrado por un joven que ha regresado a la habitación de su infancia, perdió a su tía hace tiempo y ahora va a perder la casa. Quizás hace tiempo que perdió el paraíso.

Igualmente en Rojo satén encontramos la ensoñación de una mujer, su anhelo por volver a vivir una pasión. 
"Siempre se sobresaltaba al oír el despertador. El aparato siempre sonaba cuando Delia  habitaba el sueño más profundo, ése que tiene frontera con la muerte, creía ella. Pero esa creencia no la atemorizaba. Le costaba emerger de aquella región  pacífica y cálida. De lunes a viernes, a las siete de la mañana, luchaba por rescatar de entre las sábanas la noción de sí misma." pág. 81.
Esa búsqueda es el cuento.

El absurdo que preside muchas veces la relación entre el hombre y la sociedad aparece en Honor al buen servicio, con ministros que entregan literalmente su cabeza o Nadie desaparece del todo, con con una ciudadano cuya pesadilla es sentirse un inútil. Obsesionado por el "tienes que estudiar para ser alguien" sufre en cambio una retahíla de amputaciones que lo van dejando en nada.

Herren Krisna, Fisher Kampf, Golden Ravioli es un brillante alegato sobre el absurdo y la necedad de las sectas. Maestro y discípulos acabarán retirándose al desierto, aislados y retroalimentados por sí mismos. 

La correntada del mal, pertenece a ese pequeño subgénero de relatos que contienen un caballeroso diablo. Enoch Soames de Max Beerhom, El amigo de la muerte de Pedro Antonio de Alarcón o  El diablo enamorado de J. Cazotte y tantos otros siempre brillantes y refinados.  Arístides Storni se encuentra, como la poetisa Alfonsina Storni, en Mar de Plata a punto de suicidarse.
"¿Te das cuenta cómo se extiende el mal gusto y la vulgaridad? Si continúan propagándose los sentimientos débiles el equilibrio de fuerzas del universo terminará por alterarse y más tarde o más temprano acabaremos en una suerte de limbo blando y aburrido. Por esa razón nunca dejamos de reclutar nuevos agentes del mal. Necesito ayudantes, querido, yo solo no puedo con tanto trabajo.
-¿Les parece poca cosa la cantidad de guerras, masacres colectivas y epidemias que...?
-Pero es que de esos asuntos tan gordos ya se encarga Dios, querido: el diluvio. Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto, la peste ngra, Hiroshima y Nagasaki, los campos de exterminio..Él es el Gran Mayorista; nosotros sólo nos ocupamos del menudeo." pág. 195

De Lázaro Covadlo  siempre podremos destacar el sarcasmo, una cierta comicidad, un tenue patestismo y el absurdo como herramientas para desbrozar el destino humano.

Sergi Pamiés nos dejó esta semblanza en una entrevista de El País (17/12/97)
"El libro Agujeros negros (Ed. Áltera), suma 12 relatos espléndidos y perturbadores. Su autor es Lázaro Covadlo. Nacido en Buenos Aires, Covadlo llegó a Barcelona hace 22 años. Ahora vive en Sitges. A pesar de que le repugna potenciar el tópico del escritor que, para salir adelante, se ve obligado a desempeñar trabajos aparentemente contradictorios con su vocación (y que tanto amenizan las solapas de los libros y los informes de prensa), resulta que, para salir adelante, Covadlo tuvo que desempeñar trabajos aparentemente contradictorios con su vocación. A saber: representante de ropa, parrillero en un restaurante llamado La Pampa (los dueños eran unos franceses que nunca habían puesto un pie en Argentina), conductor de un camión volquete especializado en material para la construcción y máxima autoridad de un quiosco de periódicos y revistas. Como demasiados argentinos, él también tuvo que salir de su país, además de por piernas, por razones políticas.

Sobre las tripas de su peculiar voz narrativa: a) romper con lo establecido no sólo en la elección del argumento sino también de la forma, b) la obsesión por un lenguaje claro, que huya del rebuscamiento pero que, a su vez, fomente la musicalidad del texto, y c) la divagación como estímulo inicial para armar pequeños artefactos literarios que exploten ante el lector provocando una agridulce onda expansiva que refleja una gran perplejidad ante lo que denomina “maravilloso estado de estupidez general”. Y el humor, por supuesto, al que define como “lo más cercano a la no-estupidez por no hablar de inteligencia”. 

Otra obras de Covadlo son las novelas La casa de Patrick Childers y Criaturas de la noche (Premio de novela Café Gijón 2004) y el libro de relatos Animalitos de Dios (2000).

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