martes, 21 de mayo de 2013

LA TORRE de BABEL


La Torre de Babel fue construida por Nimrod en Babilonia hace 4.500 años. Su forma era la de un Zigurat. Pablo de Santis se acoge a esta forma arquitectónica y a los ecos de este mito en la novela La Sexta Lámpara. El protagonista quiere convertir su Zigurat en el epítome de la ciudad de los rascacielos. Fracasa allí, pero sus ideas sirven para inspirar al mismísimo Albert Speer, el arquitecto del nazismo que acuñó el concepto "valor de la ruina" para sus edificios; es decir, que pasados los siglos, sus gigantescas construcciones deviniesen en perdurable valor estético, símbolo aún de aquella grandeza.
En la página 277 de la citada novela, también Balestri habla de las ruinas.
"Mi teoría de la ruina, escribía Balestri, tiene que llegar más lejos: hay que encerrar en los edificios ruinas; y dentro de la ruina un mensaje hecho con la materia misma de nuestra vida. un signo único, un jeroglífico que espere, tanto tiempo como sea necesario, el relámpago de la revelación".


Mientras que sobre la Torre de Babel hace la siguiente reflexión:


"Balestri habló de la Torre de Babel al principio y luego al final de su charla. Hizo notar que a lo largo de la historia habían predominado dos interpretaciones del mito. Durante el primer milenio de la cristiandad el mito había sido leído como un relato acerca de la soberbia de los hombres y el castigo a esa soberbia. los constructores habían querido levantar una torre tan alta que llegara al cielo; y habían sido castigados por su ambición desmedida. Pero luego del siglo XII las interpretaciones  habían olvidado este aspecto moral del castigo y se habían preocupado por el castigo mismo. La torre ya no era símbolo de la ambición desmedida de los hombres, sino de la multiplicación de las lenguas. El mito intentaba explicar cómo se había pasado de una lengua perfecta, donde a cada cosa correspondía una sola palabra, a la multiplicidad de lenguas que abrumaban al mundo.
Al final de la charla, Balestri explicó que la interpretación moral y la lingüística habían mantenido ocupados a los exégetas, mientras se echaba en el olvido una tercera interpretación posible: el aspecto puramente arquitectónico del mito. El relato bíblico hablaba de los límites de toda construcción, y del modo como las ambiciones arquitectónicas atraviesan el campo del lenguaje. La torre de Babel nos dice a nosotros, arquitectos, que construimos con el significado y a través del significado, con palabras y a través de las palabras. la confusión no es tanto un obstáculo que aparece al final, sino la materia misma con la que construimos nuestras torres. Los mitos nos ayudan sólo cuando podemos invertirlos. Todos somos, como Prometeo, castigados; debemos encontrar entonces aquel acto heroico que justifique el castigo. Todos recibimos la confusión de lenguajes (y no son las lenguas extranjeras las que nos atormentan, sino que nuestra propia lengua natal nos esconde las palabras apropiadas para decir lo que somos o lo que queremos). Debemos entonces aceptar la confusión y partir desde el final del mito para ir hacia el principio, hasta encontrar la ambición extrema que haga justa la condena." 
                                               Pablo de Santis  "La sexta lámpara". Editorial Destino pág. 94-5



___***___   ___***___   ___***___



Otra acepción literaria de la Torre de Babel la encontramos en Franz Kafka.




"El escudo de la ciudad


“En un principio no faltó la organización en las disposiciones para construir la Torre de Babel; de hecho, quizás el orden era excesivo. Se pensó demasiado en guías, intérpretes, alojamientos para obreros y vías de comunicación, como si se dispusiera de siglos. En esos tiempos, la opinión general era que no se podía construir con demasiada lentitud; un poco más y hubieran abandonado todo, y hasta desistido de echar los cimientos. La gente razonaba de esta manera: lo esencial de la empresa es el pensamiento de construir una torre que llegue al cielo. Lo demás es del todo secundario. Ese pensamiento, una vez comprendida su grandeza, es inolvidable: mientras haya hombres en la tierra, existirá también el fuerte deseo de terminar la torre. Por consiguiente no debe preocuparnos el futuro. Al contrario: el saber de los hombres adelanta, la arquitectura ha progresado y seguirá progresando; de aquí a cien años el trabajo para el que precisamos un año se hará tal vez en pocos meses, y más resistente, mejor. Entonces, ¿a qué agotarnos ahora? Eso tendría sentido si cupiera la esperanza de que la torre quedará terminada en el espacio de una generación. Esa esperanza era imposible. Lo más creíble era que la nueva generación, con sus conocimientos superiores, condenara el trabajo de la generación anterior y demoliera todo lo adelantado, para recomenzar. Tales pensamientos paralizaron las energías, y se pensó menos en construir la torre que en construir una ciudad para los obreros. Cada nacionalidad quería el mejor barrio, y esto dio lugar a disputas que culminaban en peleas sangrientas. Esas peleas no tenían fin; algunos dirigentes opinaban que demoraría muchísimo la construcción de la torre y otros que más valía aguardar que se reestableciera la paz. Pero no sólo en pelear pasaban el tiempo; en las treguas se dedicaban a embellecer la ciudad, lo que provocaba nuevas envidias y nuevas peleas. Así pasó la era de la primera generación, pero ninguna de las siguientes fue distinta; sólo aumentó la destreza técnica y con ella el ansia guerrera. Aunque la segunda o tercera generación reconoció la insensatez de una torre que llegara hasta el cielo, ya estaban demasiado comprometidos para abandonar los trabajos y la ciudad.

El vaticinio de que cinco golpes sucesivos de un puño gigantesco aniquilarán la ciudad, está presente en todas las leyendas y cantos de esa ciudad. Por esa razón el escudo de armas de la ciudad incluye un puño.


                                            ___***___   ___***___   ___***___




Por su parte Ted Chiang escribió un relato titulado La Torre de Babel que se incluye en su libro La historia de tu vida. El relato afronta la construcción desde la perspectiva de un ingeniero, sin atisbo alguno de teología. 

El mito de Babel alcanza a la verdadera esencia del ser humano:  Desde su origen en la papilla primordial de la vida hace más de 3.500 millones de años; y después de explorar agua, tierra y aire, le falta acceder al fuego de la divinidad. Como en el relato de Kafka, quizás baste con pensarlo aunque la inacción lo frustre. O más bien, como da a entender Balestri, si ya estamos condenados en un mundo confuso y caótico, nuestro impulso más vehemente debe ser convertirnos en Prometeo.
Otras babeles nos amenazan, canta Benedetti, no las que "buscan a ese pobre dios", sino las de aquellos "que ignoran qué soledad toca su costado", porque 
               algo ha cambiado / está cambiando 
               cada solo estrenó su nueva cueva
               nuevo juego de llaves y candados
               y de paso el dialecto de uno solo.


              Las soledades de Babel 

La soledad es nuestra propiedad más privada
viejo rito de fuegos malabares
en ella nos movemos e inventamos paredes
con espejos de los que siempre huimos
 la soledad es tiempo / veloz o detenido /
reflexiones de noria / espirales de humo /
con amores in vitro / desamores in pectore /
y repaso metódico de la buena lujuria
 la soledad es noche con los ojos abiertos
esbozo de futuro que escondió la memoria
desazones de héroe encerrado en su pánico
y un sentido de culpa / jubilado de olvido
 es la tibia conciencia de cómo deberían
haber sido los cruces de la vida y la muerte
y también el rescate de los breves chispazos
nacidos del encuentro de la muerte y la vida
 la soledad se sabe sola en mundo de solos
y se pregunta a veces por otras soledades
no como via crucis entre ánimo y ánima
más bien con interés entomológico
 todavía hace un tiempo / en rigor no hace tanto
las soledades / solas / cada una en su hueco
hablaban una sola deshilachada lengua
que en los momentos claves les servía de puente
 o también una mano una señal un beso
acercaban al solo la soledad contigua
y una red solidaria de solos conectaba
las geografías y las esperanzas
 en el amor y el tango los solos se abrazaban
y como era de todos el idioma del mundo
podían compartir la tristeza y el goce
y hasta se convencían de que no estaban solos
 pero algo ha cambiado / está cambiando
cada sólo estrenó su nueva cueva
nuevo juego de llaves y candados
y de paso el dialecto de uno solo
 ahora cuando bailan los solos y las solas
ya no se enlazan / guardan su distancia
en el amor se abrazan pero piensan
en otro abrazo / el de sus soledades
 las soledades de babel ignoran
qué soledades rozan su costado
nunca sabrán de quién es el proyecto
de la torre de espanto que construyen
 así / diseminados pero juntos
cercanos pero ajenos / solos codo con codo
cada uno en su burbuja / insolidarios
envejecen mezquinos como islotes
 y aunque siga la torre cielo arriba
en busca de ese pobre dios de siempre
ellos se desmoronan sin saberlo
soledades abajo / sueño abajo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.