viernes, 4 de enero de 2013

El cuerpo

de Oriol Paulo







El guionista de la mediocre Los ojos de Julia nos entrega ahora un thriller rodado con mucha solvencia. Una película de intriga y suspense muy bien ejecutada, con un guión que, a pesar de algunas trampas, se muestra preciso y es capaz de aprovechar cada pequeño detalle para provocar suspense.

En el Instituto Anatómico Forense ha desaparecido el cuerpo de Mayka Villaverde (Belén Rueda). El policía (Jose Coronado) llama al marido (Hugo Silva) para comenzar la investigación. Durante toda esa noche, ocho horas, permanecerán encerrados allí mientras se suceden extraños acontecimientos.  Apoyándose en objetos y frases que suscitan diversos flashbacks, conoceremos que el marido tiene una amante (Aura Garrido) y que ha envenenado a su esposa. 
¿El cadáver ha huido por su propio pie o ha sido robado? La poderosa y manipuladora personalidad de la esposa deja abiertas todas las posibilidades.

La película evoluciona con paso firme, va colocando todas las piezas como fibras de una cuerda con la que nos anuda hasta dejarnos clavados. La puesta en escena y los planos son precisos; duran lo que tienen que durar y siempre aportan información. La cinta está rodada con un gran conocimiento del medio, con picos de suspense que bordean lo sobrenatural sin traspasarlo.

El plano del marido subiendo la escalera de la mansión, en este caso con una copa de vino para su esposa, homenajea claramente a la película Sospecha de Hitchcock. También se aprecia la estela de Les diaboliques de Clouzot.

Oscar Faura saca un buen partido con su fotografía al claustrofóbico Instituto Anatómico Forense.  Las escenas están rodadas con sobriedad,  juegan magníficamente con el primer y el segundo plano, utiliza apropiadamente las tomas cenitales y sólo en un par de momentos se deja llevar por los efectismos típicos del género.

La estructura narrativa funciona como un reloj que va marcando los cuartos irremisiblemente: una tarjeta con una frase que reproduce un SMS entre los amantes, un código numérico que representa un fecha, el teléfono móvil de la esposa que suena en la bolsa de otro cadáver,...

Oriol Paulo dirige y escribe. Como guionista es curioso que cite a Boileau y Narcejac, en cuyas obras se basaron películas como Las diabólicas o la inmensa Vértigo del maestro Hitchcock. Como aquellos autores, la cinta consigue una atmósfera opresiva en la que los personajes se van desdoblando ante el espectador. El protagonista acaba preso de un juego de apariencias que incluye elementos casi metafísicos.  Recordemos que en Vértigo, James Stewart llega a pensar que Kim Novak es una reencarnación. Del mismo modo y salvando las distancias, en El cuerpo, el marido llega a pensar que su mujer ha revivido  y confabula contra él colocando objetos y pistas incriminatorias.  

Hugo Silva aguanta el tipo justito y Jose Coronado encarna con acierto un personaje atormentado y taciturno. Pero por encima de todos está una Belén Rueda maravillosa, con una imponente presencia. Hermosísima en ese filo donde el esplendor comienza a huir, compone un personaje rotundo. Mayka Villaverde está acostumbrada al poder pero sospecha la vulnerabilidad que construye el tiempo. Su presencia es tan potente y seductora que la película entera gravita a su alrededor. 

El último giro redondea contundentemente la función. Algunos lo tildarán de tramposo. No yo, a mí me satisface por la sorpresa y porque aporta verosimilitud  atando la trama a los propios personajes. 

Por lo leído en algunas revistas y blogs, esta película está gustando más a la gente que a los críticos. Yo me pongo del lado de la gente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.