lunes, 30 de abril de 2012

Green Zone

de Paul Greengrass


Esta película se despachó con un "otro Bourne pero en la guerra". Y sí, la acción trepidante, la cámara vehemente, los giros de la trama, todas las características de la estupenda saga Bourne (de la que Greengrass rodó la segunda y tercera parte) están ahí; pero creo que no debemos menospreciar la historia y el trabajo de guión.

En plena invasión de Irak, las patrullas multiplican sus esfuerzos para encontrar las famosas armas de destrucción masiva; pero cada misión acaba en fiasco. Las armas no existen, las fábricas son meros almacenes. Mientras tanto la población autóctona alucina observando a toda esta tropa que se desentiende de ellos y de su país para montar su propio circo. Por momentos hasta parece un tour turístico: es inaudita la escena en que el sargento Miller (M. Damon) vuelve del frente y en menos de 3 minutos y un par de kilómetros pasa de una calle en el tercer mundo polvorienta y en guerra a un paraíso tropical donde se toma el sol junto a la piscina y los camareros sirven cocktails: green zone, zona protegida, la realidad es lo que nosotros digamos.
El engranaje de la película son los propios hechos históricos, los tejemanejes políticos, el virrey de Irak construyendo el decorado con que EEUU engañó a la ONU, el desmantelamiento del Estado iraquí desmovilizando funcionarios, policías y ejército, y por supuesto la "desinformación" y la tortura como armas contra el terror. Así que tenemos un thriller con un apasionante aspecto documental que nos hace transpirar por los callejones y vericuetos de Bagdag.


El sargento Miller en vez de encontrar armas inexistentes encuentra a un general iraquí que mantuvo conversaciones secretas con Washington para favorecer una transición pacífica. El sargento Miller quiere ayudarle, pero el virrey los quiere a todos muertos porque él tiene su propia hoja de ruta y ambos pueden descubrir el pastel.
Un personaje clave es Freddy, interpretado por Khalid Abdalla -que ya trabajara con Greengrass en United 93-. Como soldado iraquí perdió una pierna defendiendo a su país; pero también odia a Sadam. Él representa paradigmáticamente todas las contradicciones de esa guerra. Freddy quiere ayudar a los americanos pero los americanos sólo le utilizan y sospechan de él. Él es iraquí y cree que puede hacer algo por su país, pero los americanos no quieren contar con los iraquíes. Su frase final al sargento Miller es una sentencia: " usted no es quién para decidir el futuro de mi país".

Seguimos al héroe en su búsqueda de la verdad en medio de este pandemonium, pero hay demasiados intereses en juego. El juego sucio entre las propias Agencias americanas, los ejércitos privados con intereses privados, etc.
Recordemos que una de las directrices de aquel equipo  demoníaco formado por Walter W. Bush, el vicepresidente Richard  Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld era el de "desinformación" y la privatización de la guerra. Está muy bien plasmado por la periodista del "Financial Times" que persigue al virrey de Badgad diciendo "me jugué mi prestigio lanzando aquellos artículos y tú no me vas a dejar en la estacada, tiene que darme la exclusiva de Magallanes" (El supuesto alto mando iraquí que había informado a Washington sobre las armas de destrucción masiva.)



El magnífico Brian Helgeland (que cuando adapta novelas resulta arrollador, L.A. Confidencial o Mistyc River), escribió el guión inspirándose en la obra de Rajiv Chandrasekaran "Vida Imperial en la Ciudad Esmeralda", RBA. El autor muestra el conocimiento que adquirió como redactor jefe adjunto de The Washington Post, y corresponsal en Bagdad y El Cairo. El libro es el resultado de más de dos años informando como reportero en Irak y en él se ofrecen algunas claves:
"Lo fundamental no reside tanto en las equivocaciones como en las buenas intenciones que las alimentaban, fruto de una visión ideologizada, ajena a toda realidad incómoda. (...) Los neocon pretendían nada menos que crear una democracia liberal y de mercado en pleno Oriente Próximo que constituyera un ejemplo a seguir para todos los países de la zona, algo muy loable en lo que se refiere a juzgar por los propósitos, pero letal en su plasmación.

domingo, 29 de abril de 2012

ESPAÑA - de Manuel Vilas
















¡Qué festín literario!  Un brillantísimo caleidoscopio de relatos, historias y metaliteratura preparado para disfrutar.

El libro está escrito con desenfado y osadía. En algunos momentos surrealista y siempre irreverente, el autor incluye entre sus páginas las claves de su lectura:
"España es una novela que habla de un país crepuscular. Creo que la Historia es un género de fición muy bien documentada. Creo que la Historia es la ficción suprema. Heródoto -con la ayuda inestimable de Tucídides- fundó el gran dogma de la Historia. Conforme cumplo años, me acerco a una verdad inapelable: nada existe, ni siquiera el espacio histórico y geográfico en donde tu vida aconteció. Por eso rompo el tiempo histórico en España. Y también mi identidad".
Se alternan relatos plenamente autónomos con otros que constituyen ejemplos de metaliteratura donde el autor nos refiere la intrahistoria de este libro "España", con su propio editor o nos habla de su piso y hasta nos presenta su blog e incluso sus fotos.

La corriente de fondo que atraviesa todo el libro es un juego mordaz con la reciente historia de España como elemento literario (abundan las notas ácidas a pie de página), una reflexion crítica sobre la literatura y un personaje/autor experto en Max Brod que aparece en varios relatos. Ciertas obsesiones pululan por sus páginas, la música y el personaje de Johnny Cash, Max Brod y Kafka o el Ché Guevara.

Uno de los relatos que más que gusta es El NOEVI, o la Tecnología de la repetición, muy borgeano, preñado de teología, sociología y fantasía. En él se nos presenta a Elmer Canter, teólogo inventor del Negativo Objetivable de Experiencia Vital; donde a través de medios tecnológicos podremos conocer todo lo que se dice y opina de cada uno de nosotros. Incluso aporta citas bibliográficas de ese ficticio autor: "Ya lo dijo Canter, o lo sugirió (pág. 795 del Manual Primero, se dice "habrá procesos de limitación, porque el pensamiento de los demás destruye").

Póker es un terrible relato sobre el secuestro y muerte de un concejal por la banda terrorista ETA.
En El cadáver encendido  encontramos una vida de libertad sexual contada por un cadáver: "El viaje  a la naturaleza más secreta del corazón es un viaje tan perverso como luminoso".
Uno de los relatos más delicioso es el de un suicida al que un postrer impulso salva: ver un reportaje televisivo sobre Edith Piaf y su compañero Théo Sarapo.
En Ya nadie ama a Jesucristo, el crítico de referencia de una España tardofranquista se carga a un escritor cuyo talento sólo él ha reconocido. La envidia como pecado nacional. Ya en la actualidad recibe la noticia de que se va a reeditar, y él se vanagloria de su papel demiúrgico en la carrera del escritor.
"El último motorista" es una brillante reflexión sobre el papel de la literatura a través de la figura de Max Brod: "Kafka no fue nunca un escritor tal y como hoy lo entendemos. Ni concedía entrevistas  ni le agobiaban los editores para que entregase un nuevo libro. (...) Ni siquiera hablaban mal de él porque nadie sabía que existía. Lo único que hacía Kafka era quedar a comer con su amigo Max Brod." p.127
Hay muchas visiones, universos paralelos, como esta nota al pie de la página 201
"Por si España se traduce: Huesca, provincia de Zaragoza, que es provincia de Toledo. Son ciudades vascas, del siglo XV. Ciudades que dieron origen al Reino de Murcia. El Reino de Murcia fundó España, con la coronación del rey Benicarló VI, conocido con el sobrenombrede "el portugués". Bueno, todo son antiguas ciudades-estado de España".
y personajes con visiones que cambian su vida. En el relato María leemos:
" El historiador, escritor y filósofo José Zaragoza Valente, premio Prícipe de Asturias de las Letras, premio Cervantes de Literatura, y muy firme candidato al Premio Nobel (...) tuvo una visión. Un día, hace no mucho, Zaragoza Valente soñó una extraña teoría. Le pareció que la realidad era una piedra. Es decir, pensó que el universo son piedras y rocas. Pensó que la Historia no había superado a las piedras. Que lo que llamábamos Realidad sólo era un punto de vista individual, o una alucinación colectiva. Pensó que no existía la Historia. Pensó que sólo existía una roca, a la que llamó María." p. 180
Todas las páginas son un torrente de creatividad que nos arrastra desde la Habana a Praga, que roba los pensamientos del autor de Ferdydurke, Witold Gombrowiz o de Luis Mateo Díez con quien fabula un viaje en tren sin dirigirse la palabra...y eso sin contar al mismísimo Jesucristo en la cruz, sufriendo las pedradas y la lanza, mientras medita las palabras que va a decir.

El resumen del libro, el capítulo por antonomasia, es El esplendor en la hierba que está dentro del CAP. DÉCIMO "HACIA UNA HISTORIA DEL VAMPIRISMO EN LA ESPAÑA DE LA TRANSICIÓN, EN LA AMÉRICA LATINA DE LOS AÑOS CUARENTA, Y EN LA ESPAÑA DE LOS VIAJES EN TRENES DE ALTA VELOCIDAD. Interpretación de la reciente historia de España en clave literaria, surrealismo, poesía, relato generacional. Sin duda uno de mis favoritos 
"Ahora recuerdo que algunos acabaron en la cárcel por delitos contra la propiedad, a otros se los llevó el sida, otros aún siguen allí, viejos y demacrados. Sin dientes, con la mirada torcida, reventada, con pensiones de invalidez, ajenos a la vida y el mundo, ajenos al furor nuevo. Yo no sé qué hice para salvarme de aquel río salvaje, imagino que Dios pensó que mi destino era escribir estas páginas veinticinco años después.
Mi buen Dios que siempre dispone que no muera, al menos, de momento. El muy hijoputa dispone que escriba, ya ves tú qué designios guarda para mí.

El título es España pero su alcance es universal. De redacción aparentemente informal es un libro iconoclasta en cuyas páginas borbotan las ideas. Un libro que inventa su propia forma.

sábado, 28 de abril de 2012

Margin Call

de J. C. Chandor




Película en la línea de Glengarry Glen Ross de J. Foley (con maravilloso guión de David Mamet), pero menos compleja y con un desarrollo más esquemático.
¡Qué pocas veces en el cine, las ideas de una filosofía determinada tienen un desarrollo dramático interesante! Margin Call lo consigue e incluso con una pizca de suspense.


 Parece mentira que sea la ópera prima de J.C. Chandor. Sus escenas y diálogos son diáfanos y directos. El grupo de actores es y está excelente. La acción es sostenida en una sola unidad de tiempo, una intensa y dramática noche donde se pone en escena ejemplarmente el punto de inflexión en que la actual crisis económica hizo ¡crac!.

En la película asistimos en directo a ese famoso día de septiembre de 2008 en que Lehman Brothers se derrumba. El tránsito entre un día en que ciertas entidades financieras eran calificadas con triple AAA+++ y el día siguiente en que no valían nada, desapareciendo de la faz de la tierra barridas por una crisis que ellas mismas habían creado. 

Un analista concluye un estudio sobre los activos de la firma en que trabaja que indica que van a perder todo su valor. La quiebra es inmediata, todos los ejecutivos son citados, hasta el jefazo (Jeremy Irons) se ve obligado a acudir. Escalofría su intervención: "A ver joven, explíqueme la situación como si yo fuera un tonto." (¿?)  Y efectivamente lo es en economía y ética, pero no en olfato: "yo soy el que más cobra aquí no por trabajar más o mejor que nadie, sino por escuchar la música... Y ahora no escucho nada." Los abismos suelen ser silenciosos. Y además nos regala un retrato exacto de la "ciencia" de la economía.

Socializar la pérdidas, vender a toda pastilla los activos ocultando a los inversores que son puro humo. Uno de los ejecutivos pregunta a otro ¿y ahora qué pasará? a lo que le responde:  "a ellos nada, saldrán de ésta ganando todavía más dinero".

Y es que la rueda debe continuar. El papel de Irons es generoso en frases definitorias: "Es sólo dinero. ¡Se fabrica! Trozos de papel con fotos para que no tengamos que matarnos para conseguir comida ¡No es malo!". El ejecutivo interpretado por Kevin Spacey opone algún reparo, pero finalmente entra al trapo. Él necesita el dinero y sabe cómo motivar a sus brokers.

Hay una escena que fotografía la situación. Dos ejecutivos acuden a la reunión definitiva en el ascensor. Allí coinciden con la limpiadora de noche y sus bártulos. Ellos hablan de la coyuntura en su jerga, intentando todavía salir airosos. La limpiadora escucha sin entender nada, asiste a la debacle en directo pero ajena a todo. Lo más seguro es que sea despedida al día siguiente. Da igual que trabaje mejor o peor. Estamos en manos de los tiburones. Todos nosotros somos la limpiadora.
Llama la atención cómo los mismos empleados que van a coger el teléfono para vender directamente estos productos son convencidos mediante un buen "pellizco". Ellos trincan un millón, hacen ganar cientos de millones a sus jefazos y van a arruinar a miles de personas.

"Inside Job", al ser un documental, te producía rabia, esta película te hacer asomar al vértigo: en manos de quien estamos, cómo funciona el sistema, qué garantías legales existen, qué coño hacen los gobiernos, etc

Justo cuando estoy redactando este post, leo un estupendo artículo de Jose Manuel Atencia en ElPais.com: Los tontos del tulipán;  que ilustra de forma amena y rotunda esta crisis. No me resisto a reproducir unos párrafos.


"En el año 1623 un inversor llegó a pagar por un bulbo de tulipán 1.000 florines neerlandeses, cuando el salario medio de la época apenas era de 150. Los Países Bajos vivieron un periodo de euforia especulativa con un curioso protagonista: los tulipanes, unas flores que se convirtieron en objeto de ostentación y símbolo de riqueza. Un periodista escocés llamado Charles Mackay escribió en el año 1841 un libro contando lo que muchos consideran el primer fenómeno especulativo de masas del que se tiene noticia y lo tituló Memorias de extraordinarias ilusiones y de la locura de las multitudes. En él acreditó la existencia del primer mercado de futuros de la economía globalizada, el de la fiebre por los tulipanes: los inversores, debido al alza de sus precios, compraron grandes cantidades de bulbos aún no recolectados, en un fenómeno que se denominó el negocio del aire.
Los compradores se endeudaban para adquirir las flores, pero ya no se intercambiaban bulbos sino que efectuaban las transacciones mediante operaciones de crédito. Se adquirían por catálogo y el mercado de los tulipanes entró en la bolsa de valores, pero ocurrió que una mañana se sacó a la venta un lote de medio kilo de bulbos a un precio de 1.250 florines y no encontró comprador. Los inversores se pusieron nerviosos y sacaron al mercado todas las reservas, las que existían de verdad y las que no estaban todavía ni plantadas. Los precios cayeron en picado y nadie compraba. De pronto, la gente se encontró con enormes deudas generadas por la adquisición de unas flores que ahora no valían nada, lo que llevó a la economía a la quiebra.
La tulipomanía, que así se titula el artículo donde he encontrado esta historia, es uno de los ejemplos de una de las explicaciones más originales que he leído sobre lo que está sucediendo en los mercados. Se denomina la teoría del tonto más grande"

Y aquí un poco más de información para el estudioso de los conceptos mercantiles: El apalancamiento y el margin call ¡qué bonito!

jueves, 26 de abril de 2012

Black Mirror

creador Charlie Brooker




El creador de Dead Set nos da un puñetazo de lo más irreverente con esta serie de sólo tres capítulos -bendito formato británico- pero de una intensidad brutal.

Son tres historias desafiantes y absolutamente independientes. El nexo entre ellas es que retratan un futuro muy próximo con una altísima y determinante presencia tecnológica en la vida de los protagonistas. Según el creador de la serie, Black Mirror se refiere al reflejo que encontramos en las superficies de ordenadores, tablets, etc)

En el primero, The National Anthem, una llamada despierta al primer ministro británico. Un secuestrador ha colgado en Youtube una grabación donde se ve a la princesa del Reino Unido (un remedo de la popularísima Lady Di) llorando y leyendo un mensaje con las exigencias para liberarla: El primer ministro ha de aparecer en la tele, en directo y prime time, sin trucos,  follándose a una cerda. ¡ !
La realización afronta esta circunstancia con absoluto realismo: las reuniones del gabinete (qué dice el manual, pregunta a sus asesores. Sobre esto no tenemos manual, le responden), y la opinión pública primero incrédula, luego morbosa. El primer ministro ha de elegir entre su dignidad o la vida de la princesa. Él es el instrumento del juego, pero la diana del tiro es toda la sociedad. El desenlace es un anticlimax atroz.


15 Million Merits es el más futurista, un Show de Truman salvaje y delirante.  Sus personajes permanecen encerrados en cubículos que en vez de paredes tienen pantallas con una publicidad constante y agresiva. No pueden apagarlas, deben recibir obligatoriamente los mensajes. Cada mañana acuden a una sala para pedalear ante otra pantalla. Con estas horas de pedaleo ganan créditos o merits. Con ellos se puede comprar comida, pornografía o mejorar tu avatar. La única salida a esta vida monótona y vacía es acudir a un concurso televisivo tipo "Tú si que vales", pero para eso necesitas disponer de 15 million merits. No hay intimidad, no hay sociedad, la maquinaria lo atrapa todo... hasta que el protagonista conoce a una joven con una voz maravillosa. Ahora sí tiene un objetivo para pedalear, quiere ofrecerle todos sus créditos para liberarla. Pero el mecanismo está muy engrasado y la salvación no es lo que parece.

The Entire History of you es el más desasosegante porque somos nosotros mismos quienes nos obsesionamos con la tecnología hasta destruir nuestra vidas. Con unos implantes podemos grabar y guardar absolutamente todo lo que vemos y mediante un pequeño mando reproducirlo.  Unos padres visionan los recuerdos que durante el día ha tenido su bebé (¿?).  Una pareja cena en casa de unos amigos. El marido sospecha de su mujer. Esa noche pasa las horas visionando una y otra vez la cena, las miradas, los gestos. Todo es presente, la locura acecha.
Hay una escena que resume el espíritu de este capítulo, cuando la pareja está haciendo el amor y cada uno activa el modo reproductor usando el pasado para excitarse. Una morbosa suplantación.


La serie posee una factura y un guión impecables. El resultado sin duda resulta impactante y mordaz.

sábado, 21 de abril de 2012

Siete pecados capitales de Mirolad Pavic

En una página de la Universidad de México encuentro a un escritor en el que entreveo un paraíso. Incitación. (El artículo completo aquí)


"En sus Seis propuestas para el próximo milenio Italo Calvino imaginó las cualidades que debía tener la literatura del futuro. Sin embargo, ni siquiera en los sueños más arriesgados de este mago de la literatura del siglo XX se encontraba una novela como el Diccionario jázaro, del escritor serbio Milorad Pavic´ (Belgrado, 1929), destinado a ser uno de los más grandes estilistas del arte narrativo de las postrimerías del siglo XX y principios del siglo XXI. Ahora, gracias a la Editorial Sexto Piso, el lector puede acceder a su última obra: Siete pecados capitales, un libro compuesto por siete relatos interrelacionados que se niega a la clasificación fácil y mucho menos a la coartada del best-seller o a la complicidad de la estupidez. Siete pecados capitales, como los libros anteriores de Milorad Pavic´, es un complejo juego literario destinado sólo a lectores inteligentes (así que ¡vade retro! timoratos).

Libro barroco desde su concepción y estilo, Siete pecados capitales apuesta por la imaginación y se dirige a la inteligencia y sobre todo a la participación de sus lectores en una suerte de literatura interactiva. Ubicados casi todos ellos en su natal Belgrado, estos cuentos nos permiten ser espías y protagonistas. Magia pura de un autor que se niega a la facilidad y que prefiere el juego sin menoscabo de la erudición.
(...)

Un universo escheriano donde todo es posible se nos presenta y convierte la lectura en algo mucho más profundo. Devenimos cómplices, exploradores, habitantes de la ficción. Una historia de amor que se convierte en un juego de computadora, apuntes acerca del original registro de voz de Pavarotti, encuentros y desencuentros amorosos, referencias a obras anteriores de Pavic´, vampiros, cazadores de sueños son algunos de los momentos mágicos que esperan al lector que se arriesgue a entrar en este libro.
(...)
El lector que aún no haya descubierto alguno de sus libros, o que no sepa su edad, creerá que esta obra ha sido escrita por un autor muy joven al que le ha dado por jugar con las formas de la trama y las fronteras entre imaginación y realidad. Si la juventud es un estado de ánimo, nos encontramos frente a un niño de setenta y cinco años que domina las estrategias de la trama como un pequeño Mozart de la literatura.
Las categorías de tiempo y espacio se  convierten en este libro en un festín de posibilidades.

Cada descripción esconde otra cosa. Pero no hay truco a develar. Un deconstructor de pacotilla se vería frente a un verdadero problema en este libro y aquí es donde el viejo y sabio Pavic´ nos llama la atención. Todo acto de lectura es una ilusión y sólo quien se deja atrapar por ella puede disfrutar del placer profundo que depara el texto. Porque adentrarse en este libro es como meterse en un intrincado sueño lleno de sorpresas y cajas chinas. A menudo nos sorprenden los autores que se atreven a presentarnos de manera tímida sus sueños y fantasías. Pavic´ ha recuperado el sentido artístico y profundo de la literatura de imaginación dándole, como siempre ocurre con los grandes autores, un nuevo sentido al acto de leer. No se trata de un acto crítico, antes bien se trata de una aproximación decidida al acto de soñar. Con Siete pecados capitales, Milorad Pavic´ señala un camino a seguir en la literatura del siglo que comienza: el del sueño, la libertad, la imaginación."
(...)

Aquí otro artículo, en este caso sobre "El diccionario jázaro"

jueves, 19 de abril de 2012

De Ratones y de Hombres

de John Steinbeck





Esencial y desnuda. Esta novela corta, que se desarrolla en apenas media docena de cuadros, nos muestra con devastadora crudeza  el desvalimiento del ser humano.



Dos vaquerosLennie y George, uno grandote y retrasado otro menudo e inteligente, vagan por el país de rancho en rancho. La descomunal fuerza y simpleza de Lennie les provoca muchos problemas. Sus condiciones de vida son absolutamente precarias pero su amistad resulta inquebrantable.

Al llegar a un nuevo rancho se encuentran   con el violento hijo del patrón, su mujer -insatisfecha y encorajinada- y un grupo de peones conformando un microcosmos que ahonda en la naturaleza del ser humano.

John Steinbeck trabajó como periodista. Sus reportajes le acercaron a una realidad miserable. Son los días de la Gran Depresión y los desheredados vagabundean como animales en busca de refugio. Resulta conmovedor el sueño que tiene George de ahorrar y comprar una granja para vivir de su propio trabajo. Lennie le emplaza repetidas veces a que le cuente cómo será la granja, cómo se encargará él mismo de cuidar los conejos, etc.
Esos sueños contrastan con una dura realidad. Todos se extrañan de que dos hombres viajen juntos. Sospechan. Siempre aparecen y se van solos, de uno en uno. Cada hombre es un lobo para los otros. Hay dos escenas escuetas y cortantes como un diamante: la de un viejo tullido siempre acompañado de un perro sarnoso, al que intentan convencer para que lo sacrifique. Y la escena en la que entran en la cabaña donde vive el único hombre negro del rancho, aislado del resto. La amistad, el racismo, la soledad, la vejez, la brutalidad tienen su reflejo en unos diálogos precisos como cirugía.
"Carlson tiene razón, Candy. Ese perro no hace más que sufrir. Yo desearía que alguien me pegara un tiro cuando llegase a ser viejo y tullido." p. 74
"Suponga que no pudiera ir al cuarto de los peones a jugar a las cartas por ser negro. ¿Le gustaría? Suponga que tuviera que sentarse aquí y leer, y leer. Claro que podría jugar a las herraduras hasta el anochecer, pero después tendría que leer. Los libros no sirven. Un hombre necesita a alguien, alguien que esté cerca. Uno se vuelve loco si no tiene a nadie. No importa quién es el otro, con tal de que esté con uno. Le digo -gritó-, le digo que uno se ve tan solo que se pone enfermo." p. 115
La novela es una denuncia implacable de las condiciones de vida en el campo californiano. Luego sería desarrollada más por extenso en `Las uvas de la ira`. Novela intensa, ejemplarmente construida, con un desarrollo implacable y un desenlace estremecedor.
Gary Sinise la adaptó a la gran pantalla en 1993. 

John Steinbeck (EE. UU., 1902-1968) escribió sobre la dignidad de los pobres y desheredados. Sus personajes habitan el terrible mundo de la Gran Depresión de 1930 y él los retrata heroicos y abandonados. Fue galardonado con el Premio Nobel en 1962. 
Entre sus primeras obras está Tortilla Flat (1935), un relato entre picaresco y romántico sobre los emigrantes mexicanos.  Con Las uvas de la ira obtuvo el Premio Pulitzer en 1940. Es un relato de emigración, la de una familia procedente de la empobrecida Oklahoma hacia California. La novela se convirtió en un documento de protesta social y en un clásico imperecedero.
El cine también le interesó y escribió el guión de Viva Zapata dirigida por Elia Kazan, el cual también llevó a la pantalla Al este del Edén.

domingo, 15 de abril de 2012

La tía de Seaton y otros relatos

de Walter de la Mare

Son relatos de presencias, de ausencias y sospechas. La mayor parte están protagonizados por niños lanzados al descubrimiento de un mundo a veces de ensueño, a veces de pesadilla, siempre misterioso.   En el camino siempre hay una extraña mujer que ejerce de ménade.

De la Mare ciertamente es un escritor expresionista en cuanto que en sus páginas no existe nada que no sea su propia y sobrenatural visión de la realidad. Sus relatos describen de forma aguda y elegante el mundo físico y las acciones de los personajes por lo que el contraste con lo fantástico de lo narrado es muy vívido.
Los relatos omiten una resolución pulcra, cerrada y sorprendente. Sus finales son como todos ellos, abiertos. La cuestión es el mundo al que accedemos, mitad recuerdo, mitad ensueño.

Hay dos párrafos en el libro que parecen describir su propio estilo y su mundo:

"Su oyente se esforzaba en comprender. Estas palabras inconexas no le decían nada claro y concreto, y no obstante estaban cargadas de significados siniestros e incomprensibles." p. 83
"Confieso que consiguió fascinarme. Hay un "pathos" melancólico, tenso, vibrante, lacrimoso, en esa canción; pero bajo aquellas manos viejas y magistrales lloraba suave y amargamente la soledad y el desesperado extrañamiento del mundo". p. 125
La señorita Miller y La señorita Duween nos muestran el encuentro de un niño con un mundo fascinante. El de la señorita Duween afecto a la fantasía y la locura. El de la señorita Miller es el mundo donde vive la Alicia de Lewis Carroll: 
"...pues desde una de aquellas ventanas lo vi huir por primera vez.
-¿Qué vio huir?
-Eso, mi vida, es lo que no puedo distinguir con claridad -dijo la señorita Miller, inclinando su larga nariz y el ala de su sombrero en dirección a la niña como una cacatúa en su percha-. A unos que huyen y otros de los que se huye, y la distancia es lo que da encanto a la escena. Lo que puedo decir es que parecía algo o alguien que yo no quería precisamente que se fuera ¡Y cuánta luna! p.221
En Crewe una estación solitaria es el espacio donde surge una voz que refiere una historia. Una historia también hecha de retazos, de recuerdos. Un puzzle que va componiendo "Una voz rara, apresurada, incoherente e interna, como de un hombre en sueños o bajo el efecto de una droga." p. 137

En Un artesano ideal un niño enfrascado en una guerra con los adultos se encuentra con un crimen real.
En Desaparecida también es otra persona que se acerca a referir una historia  mientras el protagonista está refugiado en un café solitario.


Walter de la Mare nació en Kent, en el seno de una familia de ascendencia hugonote francesa, como su colega irlandés Joseph Sheridan Le Fanu. Sus poemas y libros infantiles son muy populares en Inglaterra. Su gran afición fue la fantasía, de la cual consideraba que existían dos tipos: la propia de los niños y la de los muchachos. Aseguraba que era en el límite de ambas donde habían vivido Shakespeare, Dante y el resto de grandes poetas de la historia. Sus cuentos son refinados artefactos de terror psicológico presididos por una gran fuerza evocadora de lo fantasmal. 
H. P. Lovecraft , en El horror sobrenatural en la literatura, afirmó de él: 
"Era un poeta cuyos versos fantasmales y exquisita prosa están sellados con las huellas de una misteriosa visión que cala hondamente en las esferas veladas de la belleza y las tremendas y escondidas dimensiones del ser humano". 
G. K. Chesterton escribió un artículo* sobre la singularidad de Walter de la Mare: 

"Podemos decir que, a comienzos del siglo XX, se produjeron dos movimientos hacia lo imaginativo o fantástico, que se alejaban de lo estrictamente racional y material: un movimiento centrípeto y uno centrífugo. Una espiral espiritual que marchaba hacia adentro, hacia los secretos sueños subjetivos del hombre, y otra, que marchaba hacia los poderes o la verdades que parecen estar más allá de su alcance. El nuevo mundo logrado por la primera fue la burbuja grande, ardiente, iridiscente de la quimera de Barrie; el mundo revelado por la segunda fue ese mundo de cielos extraños, en las extremidades del mundo y en los confines del mar, que aparece a gran distancia entre los relampagueos de imaginación de Walter de la Mare. Podríamos decir, brevemente, que Stevenson y Barrie pueden producir bucaneros espantosos que chorrean sangre, sin asustar a los niños; mientras que De la Mare puede producir sauces podados o graneros encalados con riesgo inminente de asustar a los niños, y hasta a los grandes."

* G. K. Chesterton "El hombre común y otros ensayos sobre la modernidad"

jueves, 12 de abril de 2012

David Goodis



"Pocas historias son tan extrañas como la de David Goodis.

En 1950, a la edad de 33 años,después una prolífica carrera en Nueva York como escritor pulps, tras la publicación de una primera novela a los veintiún años y, siete años después, su obra más conocida, Senda Tenebrosa, a raíz de la cual (con su serialización en el Saturday Evening Post y la compra del guión para Bogart y Bacall) consiguió un contrato de seis años con la Warner, David Goodis volvió a Filadelfia, donde había nacido, para vivir como un prisionero virtual en casa de sus padres hasta que murieron, muerte que precedió en poco tiempo a la suya, en 1967.

En California, había alquilado un sofá en casa de un amigo por cuatro dólares al mes, y allí vivía. Condujo el mismo destartalado Chrysler descapotable durante la mayor parte de su vida de adulto. Vestía los mismos viejos trajes hasta que se convertían en harapos (a veces, les cosía etiquetas de sastres de moda) y entonces los teñía de azul marino para seguir poniéndoselos. 
Se introducía en la nariz la cinta roja de celofán de los paquetes de cigarrillos cuando iba a los restaurantes y finjía hemorragias nasales, lanzaba gritos de fingido dolor y salía corriendo por las puertas giratorias. También solía lucir en público el viejo albornoz de un amigo (lo que nos hace pensar en el pobre y alienado Kinbote, de Pálido Fuego, de Nabokov) como si fuera "un ruso blanco, un príncipe de sangre azul en el exilio".

Sus amigos de ambas costas recuerdan a Goodis frecuenteando los bares y cabarets de los guetos en busca de negras obesas que abusasen de él verbalmente y, tal vez, según prueba su obra, de alguna manera más sustancial, cosa que le chiflaba.
La primera frase de su primera novela dice así: " Al cabo de un rato uno se siente tan mal que quisiera detenerlo todo en ese momento".
(...)




De esta manera, señala Geoffrey O´Brien, "el gran artista de la literatura David Goodis, convertido en escritor de segunda clase, podía relatar su propia historia y ejercer su profesión al mismo tiempo". Que es precisamente lo que hizo al acotar como especialmente suya una zona de la ficción americana y forjar novelas reconocibles al instante como suyas, tanto por su recargado estilo como por sus obsesiones características.
Sin embargo, como señala O´Brien, cuanto más lee uno los libros de Goodis, más insistente es la percepción de que allí hay algo que está más allá de la preocupación o la venganza, algo parecido a la auténtica locura."


"Vidas Difíciles"  James Sallis, Editorial Poliedro. pág. 68,69 y 70

miércoles, 11 de abril de 2012

Los idus de marzo

de George Clooney



Tenso thriller que husmea en los entresijos de una campaña electoral.

Stephen Meyers (R. Gosling) es director de comunicación en la campaña para presidente del gobernador Morris (G. Clooney). Como jefe tiene a Paul Zara (Ph. Seymour Hoffman) un viejo lobo que se enfrenta a un oponente no menos correoso (Paul Giamatti).

En el calendario romano los idus se correspondían con los días de buen augurio. La expresión "los idus de marzo" se refiere a la fecha en que Julio César fue asesinado y ello a pesar de que un vidente le avisó tal y como Shakespeare lo inmortalizara: "cuídate de los idus de marzo".

La película tiene un desarrollo impecable. La exposición es diáfana. Las cartas que juega cada uno, las trampas, las filtraciones, las alianzas de conveniencia. Aquí vale todo para con tal de ganar. El interés no decae en ningún momento, pero a pesar de todo se echa en falta un mayor espesor.

Me llaman la atención las sutilezas y las normas no escritas. En un momento dado Meyers acude a una reunión con el jefe de campaña del opositor. Posteriormente éste le reconoce, "cuando logré que te sentarás en aquella silla, ya sabía que había ganado".  Dió igual que no aceptase la oferta, el hecho de acudir ya le desacreditó. Igualmente una becaria comete un desliz y ha de abandonar con carácter inmediato el trabajo en la campaña. O la obsesión con no mentir a un periodista porque puede suponer el fin de su carrera. ¡Qué diferencia con España! Aquí te pueden pillar en diez mentiras, tenerlas grabadas, cogerte con las manos en la masa y no dimite ¡ni dios! Siendo un país de capitalismo voraz e insolidario, hay que admitir que en usos democráticos EEUU nos da cien vueltas.

La historia se centra más en el aprendizaje del director de comunicación, pero al final el candidato también tiene el suyo: "cada vez que marco una línea en la arena para no traspasarla, me encuentro con que al poco tiempo he de desplazarla."
El poder exige peaje y tanto el gobernador como su director de campaña que en un principio se niegan, acaban pagándolo. El precio no es otro que sus propias convicciones.

A pesar de su límpido desarrollo, la película tiene un comienzo dubitativo o complaciente. Incluso creo que el propio Clooney como actor está bastante soso durante todo el metraje. No así el magnífico trío formado por Ryan Gosling, Paul Giamatti y Philip Seymour Hoffman que están magníficos. Nos trasladan todo el cinismo de un trabajo que admite traiciones y astucias más allá de la lealtad personal o de la coherencia ideológica. 


De todos modos al concluir la película tengo la sensación de que el desarrollo ha sido muy escueto, sí que es verdad que dice todo lo que tenía que decir y que reúne tres o cuatro momentos intensísimos donde los personajes quedan desnudos en sus miserias. Pero quizás se echa en falta una desarrollo dramático más profundo. Valga como ejemplo el derroche de contar con la estupenda Marisa Tomei en un exiguo papel de periodista. 

lunes, 9 de abril de 2012

Réquiem

de Antonio Tabucchi




El Réquiem como todo el mundo sabe es la oración por un difunto. Más allá de esto, el autor se propone en este libro acudir a un encuentro con su escritor totémico, Fernando Pessoa. 


Subtitula el libro, "una alucinación". Igual valdría un brindis, una convocatoria, una cita. Por supuesto la cita es a medianoche y mientras tanto Antonio Tabucchi nos invita a recorrer una Lisboa onírica, vacía de personas y reverberante por el calor y el ensueño: desde los muelles subimos al café la Brasileira y por el Largo de Camôens, Campo de Ourique (donde vivió Pessoa), llegamos al Largo do Ceméterio dos Prazeres; luego a Terreiro do Paço, Cascais, etc.


La obra fue escrita originalmente en portugués. Tabucchi, escritor italiano absolutamente embebido por la cultura portuguesa, nos avisa en una nota que debía escribir este libro en "una lengua que fuera un lugar de afecto y, a la vez, de reflexión".


El libro es un recorrido, una convocatoria de lugares y personajes que perviven en el recuerdo: su amigo Tadeus, su padre, Isabel, la pensión, el faro, el tren; en el que se acompaña de un Coro de figuras arquetípicas (el Lotero Cojo, el Vendedor de Historias, la Vieja Gitana, el Tocador de Acordeón):
"...aquella parábola imposible que tenía que conseguir en el billar era la misma parábola que estaba llevando a cabo aquella noche, y así hice una apuesta conmigo mismo, aunque no era exactamente una apuesta, sino más bien un conjuro, un exorcismo, una petición al destino, y pensé: si lo consigo, Isabel aparecerá, si no lo consigo, no volveré a verla nunca más". p. 106
Los encuentros se van sucediendo con un cariz fantasmal. Después de ganar la apuesta alguien llama, el Maître acude y le anuncia: "le está esperando un señora, dice que se llama doña Isabel". Asimismo en el Cementerio, ante la lápida de su amigo dice "Hola Tadeus, estoy aquí, he venido a visitarte". Éste le responde "pues entonces entra, ya conoces mi casa". Así de directas son las transiciones entre realidad y sueño.


No menos de conjuro tienen la visita a la Casa del Faro "donde escribió una historia que luego se encarnó y tuvo que volver a vivir"; y la visita al Museo para volver a ver "Las Tentaciones de San Antonio" de El Bosco, allí se encuentra con el Pintor Copista que se dedica a realizar copias ampliadas de algunos detalles del cuadro, aumentando su monstruosidad:
"...creo que el pobre San Antonio nunca habría imaginado cosas de ésas, San Antonio era una persona sencilla. Pero fue tentado, objeté yo, es el diablo el que insinúa esas cosas perversas en su imaginación, el Bosco pintó la tempestad que tiene lugar en la imaginación del santo, pintó un delirio. No en vano este cuadro tenía antiguamente un valor taumatúrgico, dijo el Pintor Copista, los enfermos iban en peregrinación ante el cuadro a la espera de algún acontecimiento milagroso que pusiera fin a su sufrimiento." p. 81


El libro sin duda es una celebración melancólica (no en vano se relata el encuentro entre "Yo" y "mi Invitado") y de ahí la cantidad de escenas gastronómicas que tienen lugar o los brindis que se suceden con champán y Oporto. Pululan por sus páginas recetas detalladas  de sarrabulho, feijoada, papos de anjos, sargalheta, Açorda de mariscos o poejada. La confirmación de que los recuerdos están hechos de palabras y sensaciones. 

Cuando al final de la jornada se produce el encuentro, lo es de dos almas literarias. Afloran Kafka ("su diario tiene un fondo de cobardía, pero qué valor hacía falta para escribir aquel magnífico libro...el libro más valiente de nuestro siglo, donde tiene el valor de afirmar que todos somos culpables".) y la verdad de la literatura.   
"Sépalo de una vez, dijo, yo no soy honesto en el sentido que usted le da a esa palabra, mis emociones las siento sólo a través de la ficción verdadera, considero ese tipo de honestidad del que me habla una forma de pobreza, fingir es la verdad suprema, es una convicción que tuve siempre...lo importante es sentir". p. 130
Tanto al final del encuentro con su padre como al final del encuentro con Pessoa, el autor se reconoce "sosegado". Parece que el conjuro ha resultado. Hemos sido trasladados a un mundo sutil, el del autor del Libro del Desasosiego, donde podemos leer:
"Soy los alrededores de una ciudad que no existe, el comentario prolijo a un libro que no se ha escrito. No soy nadie, nadie. No sé sentir, no sé pensar, no sé querer. Soy una figura de novela por escribir, que pasa aérea, y deshecha sin haber sido, entre los sueños de quien no supo completarme."

Antonio Tabucchi ha muerto hace unos días. Qué mejor Réquiem que releer este libro mágico y fascinante. Muchos conocimos a Tabucchi a través de ese periodista portugués -Pereira-, cansado y escéptico que un día para su propio asombro se descubrió valiente y ético. Pero Tabucchi ya había tocado el cielo con un puñado de libritos insondables. En "Réquiem", "Nocturno hindú" y "Dama de Porto Pim" se nos cita a una belleza vital y evocadora. 

sábado, 7 de abril de 2012

Bunraku

de  Guy Moshe




El Bunraku es el nombre genérico por el que es conocido el teatro de marionetas japonés Ningyo joruri (marionetas e historias contadas). Se caracteriza por la unión de tres artes escénicas distintas, las marionetas, la recitación y la música del shamisen.

En el caso que nos ocupa, Bunraku es la forma del relato, con una escenografía muy estilizada tipo decorado teatral y un narrador. Mientras que la historia es la típica del western. Un forastero (en este caso dos) llegan a un pueblo que vive sojuzgado por un desalmado: Nicola, el Leñador; quien con una numerosa banda y una guardia de corps formada por 9  asesinos domina el pueblo a placer.


Se ha dicho y repetido que la película bebe de las fuentes de Kill Bill y Sin City. Es cierto. Pero Bunraku tiene su propia paleta de colores y múltiples hallazgos visuales.

Unos maravillosos créditos realizados con marionetas, (se pueden ver aquí) nos introducen en la historia de una civilización guerrera y autodestructiva hasta llegar a la ciudad actual donde están prohibidas las armas. El narrador nos cuenta: "siempre que dos personas compartan un territorio acabarán disputándolo". (siendo Guy Moshe israelí sabemos de qué habla) y también "el ser humano ha inventado más formas de matar que de hacer el pan o el amor". Esto nos avisa de la violencia que sigue.


Lo más atractivo sin ninguna duda es el aspecto visual que juega con espacios teatrales y luces y sombras mientras coreografía un enfrentamiento a muerte que mezcla el spaguetti western, el cómic  y el cine de samurais.

Aunque es verdad que la historia no va más allá de clichés extraídos de otras películas y géneros, está muy bien rodado y el resultado es entretenido. 

jueves, 5 de abril de 2012

Grupo 7



de Alberto Rodríguez

Voy a decirlo pronto y rápido ¡pedazo policíaco!. Con elementos puramente nacionales, Alberto Rodríguez ha puesto en pie un contundente policíaco con una historia que va creciendo sin pausa, con unos personajes creíbles hasta el último secundario y un montaje vigoroso que no admite tregua.

Rodríguez se ha juntado con Rafael Cobos, también coguionista en la intensísima "After",  para narrar una historia sin concesiones, la de un grupo formado por cuatro agentes encargado de erradicar el tráfico de drogas en la Sevilla de los años previos a la Expo 92.

Una de sus principales redadas pone en sus manos a "la Caoba", cabecilla de un cártel de distribución. Aprovechan el golpe para convertirla en su cómplice. Una parte de esa droga la utilizan ellos mismos para comprar voluntades y chivatazos. Pero el juego es muy absorbente y acaban tan metidos que se convierten en objetivos tanto del capo principal como de anticorrupción.

La barriada "Los canarios", donde se desarrolla la acción, nos recuerda a las 3.000 viviendas de Sevilla, pero también a las "casas baratas" de Baltimore en The Wire.  Los escenarios son un acierto más de la película, bloques marginales atestados de callejones, descampados y casas abandonadas.

Mario Casas (Ángel) da el tipo como policía ambicioso. Un inconmensurable Antonio de la Torre (Rafael) se convierte en su valedor como policía rudo y atormentado y un brillantísimo Joaquín Núñez (Mateo) aporta el punto de humor necesario pero sin salirse de tono ni una vez. Los tres completan unas actuaciones extraordinarias y creíbles.


La historia principal tiene enjundia y también las historias secundarias. La película nos ofrece eso que es indicador de un gran poso dramático: la evolución de los personajes. Durante el metraje asistimos al recorrido del novato Ángel hasta la abyección (cuando dominan el cotarro y se cruza con yonquis o putas, éstos le saludan como "don Ángel"). Asimismo Rafael que comienza como un brutal policía, atormentado por la muerte de su hermano, crece hasta tener que contener a Ángel o recoger a una yonqui en su casa para ofrecerle una segunda oportunidad.

Todo lo que suele sonar falso en el cine español cuando se trata de tiroteos, persecuciones de coches o puñetazos aquí cobra carta de naturaleza. Afirmando un camino que ya desbrozaron "Celda 211", "La Caja 507" o "No habrá paz para los malvados",  Grupo 7 nos deslumbra con un pulso firme, capaz de filmar con brío tiroteos y persecuciones o escenas turbadoras y amenazantes.

Quiero acabar subrayando la puesta en escena y el montaje. Todas las escenas son escuetas y directas: sólo con una frase de una yonqui (cuando sonríes eres igual que Pablo) y la reacción de Rafael ya está contado su tormento. Sólo con un gesto (trincar un paquete de farlopa) y una frase (tantas dosis, tantos yonquis, cada yonqui un confidente) ya está montado el tinglado. Sólo con tres escenas de unos pocos minutos y no más de una docena de frases se nos cuenta la relación de Rafael con la chica que recoge; pero el fracaso de ambos está expresado con profundidad insondable. En el montaje cada secuencia tiene la duración exacta (la persecución con coches y ambulancia es potente pero sólo dura lo necesario). Todo funciona como un metrónomo. No hay tiempos muertos.  Peliculón.

martes, 3 de abril de 2012

El caso Farewell

de Christian Carion


Película que retoma una trama de espías justo al final de la guerra fría con apariciones de un ascendente Gorbachov y Miterrand y Reagan en el poder. 
La cinta intenta compatibilizar las situaciones de puro espionaje con la problemática personal y familiar de las dos personas implicadas, un general ruso que en su ansia por provocar un cambio en su país lo traiciona y un ingeniero francés sin experiencia que se ve inmerso en el tablero de juego internacional . A la postre se queda a la mitad de ambos intentos. 

Como película de espías carece de tensión y el suspense apenas aflora en un par de secuencias. Los encuentros donde se pasan la información acaban resultando rutinarios. El drama familiar despunta un poco más. El general se sacrifica porque su hijo herede un mundo mejor, aunque sus relaciones paternofiliales son distantes. La situación que vive entre su amante y su esposa está mejor descrita y nos ofrece un cierto calado. 

El último tercio tiene brío. El ruso es encarcelado y torturado mientras el ingeniero francés ha de huir por sus propios medios. Lo que me hace pensar que la historia tenía mimbres pero que el realizador no ha sabido exprimir su jugo. 

Se deja ver.