viernes, 24 de febrero de 2012

INCENDIES - de Denis Villeneuve








La mujer que canta.-



Basada en una obra de teatro de Wajdi Mouawad, la película es un drama con forma de investigación de un misterio. Dos hijos gemelos, distanciados de su madre, al morir ésta, reciben dos cartas que han de entregar: una a su padre, otra a su hermano desaparecido en Líbano, antes de nacer ellos, antes de que ella se trasladara a Canadá. 

La película comienza hipnótica preparando a un niños para la guerra mientras suena Radiohead.
"La infancia es un cuchillo clavado en la garganta" reza en su frontispicio.  Todo el devenir viene condicionado por el pasado; así que la hija inicia una peregrinación hacia el pasado, desde Canadá a Oriente Medio, buscando las huellas de su madre.

La estructura de la película está basada en un paralelismo; el que se da entre la vida de la madre que buscando a su hijo recorre el infierno hasta llegar al presente viva de milagro; y la investigación de los hijos que buscando las huellas de su madre hacen el mismo recorrido hacia el pasado. Ambos caminos confluyen en los mismos paisajes, encuentran las mismas personas, los mismos odios y terminan topando el mismo horror.

La investigación sobre el terreno y los flashback que se van alternando  nos hacen descender por una espiral hacia un pasado inhóspito y terrible. 


Ausentes los acentos políticos; las aldeas, religiones y guerras se retratan desnudas en su absurdo como máquinas de triturar vidas. La madre es cristiana, pero eso no le impide ser testigo de crímenes por parte de todos los bandos. Ella misma acaba siendo presa política de su misma facción. Al horror de su tortura contrapone notas musicales. Ni entiende ni comparte las atrocidades. Se convierte en una pequeña leyenda, "la mujer que canta".

La investigación que sigue la hija para llegar al origen de todo no esconde la cara ante nada: afronta a cara descubierta el horror, la intolerancia, el espanto de un destino que se revuelve como una serpiente.
Como público conocemos los acontecimientos del pasado de la madre antes de que sean revelados en la investiavión de los hijos. Nuestra empatía con ellos así es total.

Al final, la madre, "la mujer que canta" ha dejado dos cartas que son como un testamento de humanidad. Es como si dijese "al salir del infierno quiero ser generosa. Ante el odio elijo el amor." Prepárate. Te dejará el corazón encogido.
Una película valiente, veraz, con una estructura muy potente y una climax sin concesiones. Maravillosa.

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