lunes, 16 de enero de 2012

La Rebelión de los Ángeles

de Anatole France

Es una novela crítica, paródica y desmitificadora. Los ángeles, gracias al conocimiento y a la compasión que sienten hacia los hombres, abandonan el Empíreo. Huyen de un Dios que no es el bondadoso, omnisciente y omnipotente Yahvé: 
"Aquel a quien llaman Jehová, pero a quien debemos dar su verdadero nombre : ¡Ialdabaoth! No es el creador de los mundos, sino solamente un demiurgo ignorante y bárbaro que ha sembrado el dolor y la muerte en una ínfima parcela del Universo después de haberse apoderado de ella. " pág  248
No se trata de una novela anticlerical. Va más allá. Critica la necesidad humana de trascendencia
"Comprendí que todo lo que es , existe por sí mismo y no por el capricho de Jehová, que el mundo es autor de sí mismo y que el espíritu es el Dios de sí mismo. Desde entonces despreciaba a Yahvé por sus imposturas y le odiaba porque se mostraba contrario a todo lo que yo encontraba deseable y bueno: la libertad, la curiosidad, la duda." pág 169

Por igual critica la necesidad de autoridad y gobierno que tienen los pueblos:

"Se atravesaba entonces uno de los periodos climatéricos de la Tercera República, durante los cuales el pueblo francés se cree perdido por no estar suficientemente gobernado, y ensalza la autoridad y el uso de la fuerza pidiendo a gritos un salvador." pág. 260
La novela se ubica en una época convulsa, el París de principios del siglo XX, donde se enfrentaban los defensores de la religión y la monarquía contra los jacobinos y los anarquistas. Anatole France, socialista, francmasón y escéptico volteriano ridiculiza en sus escritos a todo tipo de instituciones -y no sólo a la religión como una rémora contra el progreso-. Su preocupación social no esconde un radical escepticismo
"¿Qué importa que los hombres ya no sean sumisos al feroz Ialdabaoth, si el espíritu de Ialdabaoth permanece todavía en ellos, si están hechos a su semejanza y son envidiosos, violentos, belicosos, codiciosos, enemigos de las artes y la belleza?" pág. 347
"El problema no era ilustrar a los ángeles: se trataba se liberarlos. En su opinión, sólo se ejerce una fuerte acción sobre los individuos, sean cuales sean, despertando sus pasiones y apelando a sus intereses."
La reflexión siempre se presenta irónica e incluso paradójica: Mauricio Esparvieu, el protagonista, al ser abandonado por su ángel guardián cuando adquiere forma humana, pasa a convertirse en custodio del querube.
Sobre la misma Revolución Francesa tiene una visión crítica:
"De todos los vicios que pueden echar a perder a un hombre de estado, la virtud es el más funesto: conduce al crimen" pág 211.
La rebelión de los ángeles termina siendo demasiado humana, casi caricaturesca. En general se reafirma la pasión, la alegría, el conocimiento, la voluptuosidad, la compasión. El cuerpo ante el espíritu. Aunque los pobres ángeles realmente malviven como humanos. Uno guarda todavía sus alas en un armario donde se están pudriendo. Otro vive penosamente como músico. Otro es una especie de judío converso  a quien acuden en busca de financiación.

La aventura sin ser extraordinaria tiene un buen ritmo y se beneficia de una escritura irónica y punzante. 
Podemos definirla como una novela fantástica, aunque también de tesis. La parte central de la obra (capítulos 18 a 21) es el relato de la Historia Universal contada no desde la óptica cristiana, sino desde la de un ángel caído. La voluptuosidad y belleza de la época helena donde dioses y hombres convivían felizmente en contraposición a la época en que el cristianismo impone su poder áspero e irascible. El paso de la oscura Edad Media al luminoso Renacimiento de los antiguos dioses, se refiere así:

"Parecía que la ciencia y el pensamiento habían perecido para siempre y que la tierra no debía conocer la paz, la alegría y la belleza nunca más.Pero un día, bajo las murallas de Roma, unos obreros que cavaban la tierra junto a una calzada antigua encontraron un sarcófago de mármol que tenía varios simulacros del Amor y de los triunfos de Baco grabados en las paredes. Cuando levantan la tapa aparece una virgen cuyo rostro brilla con resplandeciente frescura. Sus largos cabellos cubren los blancos hombros y sonríe en medio de un sueño. El pueblo en masa va a contemplar la inefable belleza de la virgen romana y permanece silencioso, espiando el sueño del alma divina que contiene esa forma adorable ; al final, la ciudad quedó tan conmovida por este espectáculo que el Papa mandó sustraerla por la noche y enterrarla en secreto, pues temía, no sin razón, que renaciera un culto pagano." pág 203

El sueño que tiene Lucifer, general de esta rebelión, antes de iniciar la batalla, es clarividente: cambiar un dios por otro no hace sino que todo siga igual. Somos nosotros los que debemos cambiar, "hemos de destruir en nosotros el temor y la ignorancia". 
A la postre, frente a dioses y religiones, no valen guerras o rebeliones, sino comprender "que la victoria es Espíritu y que está en nosotros, y sólo en nosotros debemos combatir y destruir a Ialdabaoth." pág 348

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