domingo, 13 de noviembre de 2011

El coronel Chabert - La obra maestra desconocida

de Honoré de Balzac

El gusto literario de Javier Marías es innegable. Y si me declaro seguidor suyo como autor y traductor, valga decir que como lector su tino es infalible.

A todo ello hay que añadir su trabajo como editor de El Reino de Redonda a través del cual nos regala piezas de alta literatura. Recordar sólo El brazo marchito de Thomas Hardy o los relatos fantásticos de M.P. Shiel o esa delicia de libro que es Ehrengard de Isak Dinesen. En esta ocasión edita en un volumen dos novelas cortas y dos relatos de Balzac. El tomo resulta a todas luces exquisito....y contradictorio.
Balzac, bandera del naturalismo, nos ofrece en los tres últimos relatos una vena romántica y hasta gótica o sobrenatural. En El Verdugo se nos cuenta una historia sanguinaria, una vendetta entre los españoles y el ejército de ocupación napoleónico. La estratagema que ha dirigido el marqués de Leganés será castigada con la muerte de toda su familia. La única piedad del general francés, en aras de no mutilar la línea hereditaria, será perdonar a uno de sus miembros...¡pero con un coste atroz!

El elixir de la larga vida me recuerda a El amigo de la muerte de Pedro A. de Alarcón un joven accede a un poder diabólico, el cual despeña su vida hacia la depravación.

La novela corta El coronel Chabert nos habla de la burocracia, las intrigas por la herencia y una ética de tiempos pasados.  Al coronel lo dieron por muerto en una batalla. Después de meses de hospitales y peregrinaciones ha de documentar que es realmente él. A través de esta peripecia conoceremos la Francia posterior a Napoleón, los abogados, la amistad en las miserias de quienes lucharon juntos en aquel ejército que paseó sus ideales por Europa.

La obra maestra desconocida versa sobre el misterio del Arte.

La narración nos revela la expectativa inasible de la pintura. Un maestro refiere el pormenor del aire y el movimiento, de la vida en las figuras representadas mientras guarda en secreto su obra definitiva. A estas conversaciones asiste un joven Poussin recién llegado a París, el cual tiene oportunidad de asomarse a la belleza y a la locura que esconde la obra maestra.

"Muchos pintores triunfan instintivamente sin conocer este tema del arte. ¡Dibujáis una mujer, pero no la véis! No es así como se consigue forzar el arcano de la naturaleza. Vuestra mano reproduce, sin daros cuenta, el modelo que habéis copiado en el taller de vuestro maestro. No ahondáis lo bastante en la intimidad de la forma  (...)   La Forma es un Proteo mucho más inasequible y más fértil en dobleces que el Proteo de la fábula  (...)                             Así procedió Rafael. La Forma es en sus figuras un medio para comunicar ideas, sensaciones, una vasta poesía."   (pág. 173)

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