sábado, 26 de noviembre de 2011

Buscando un beso a medianoche

de Alex Holdridge




Fresca y espléndida comedia romántica con tintes dramáticos en la que nos acercamos a dos personas heridas en busca de quien les conforte.
El inicio es hilarante. Un joven sorprende a su amigo aliviándose ante el ordenador así que le propone entrar en una página de contactos para encontrar a alguien.

A partir de ahí tenemos a dos personajes heridos en busca de redención, de un abrazo más que de un polvo.
Desnudos y frágiles los dos personajes hechizan al espectador desde el primer instante. Sus diálogos suenan frescos y sinceros. Sus paseos charlando nos recuerdan al mejor Woody Allen. Inseguros y contradictorios nos invitan a un viaje apasionante al fondo del corazón.

Un personaje más resulta la ciudad de Los Ángeles, fotografíada en blanco y negro, poética y árida con su edificio de la Bolsa abandonado y el teatro desierto. Pero nada es capaz de apagar la calidez de esta amistad creciente. 


Ella es autora de fotografías donde aparecen zapatos usados, tirados en la calle, destartalados y huérfanos que irremisiblemente se convierten en una alegoría de la trama.
 Su magnífica banda sonora, las miradas, los diálogos, esos mensajes en el contestador  que te impiden pasar página...todo está teñido por un aura de ternura y melancolía que resulta convincente y emotiva.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Las Muertas, de J. Ibargüengoitia

Navegar por la Web, clicando aquí y allá, puede producir una sensación de ingravidez en la que te puedes imaginar saltando de continente en continente, asomándote a su historia y a sus personajes. Está claro que siempre pecaremos del "mal del turista", 10 segundos para apreciar "Las Lanzas" de Velázquez, ¡qué barbaridad!.
Pero en ocasiones, una mirada certera, un aroma insólito hace que te refrenes y acompases a ese pálpito con el que has sintonizado. El gancho puede ser algo nimio, un nombre, una palabra, algo que notas indudablemente dirigido a tí. En este caso fue sin duda, mi admirado Rulfo. Te paras, te sientas, miras sin prisas a tu interlocutor y percibes claramente que lo que diga permanecerá en tí. Una obra o un autor.
Acabo de aterrizar en este artículo que Sergio González Rodríguez publico en Babelia (El País) en mayo de 2009 y pienso que el mensaje y la botella han llegado a su destino.


Ibargüengoitia: la otra cara de Rulfo

Sergio González Rodríguez         
 
 
Los hechos más inverosímiles desatan la capacidad de reinvención del autor de Las muertas, donde la tierra aparece con todo su peso temporal y la ignorancia imposibilita toda modernidad. El libro, que ahora se reedita, es "el reverso imprescindible" de Pedro Páramo, afirma el escritor mexicano Sergio González Rodríguez.
(...)
Si Juan Rulfo elevó la literatura mexicana a una narrativa tan telúrica como trans-temporal, tan inserta en las fatalidades de su historia como en sus relatos de cacicazgos violentos, tan magistral en el reflejo de la pervivencia de los muertos y su nostalgia amorosa, que hablan igual que si estuvieran vivos y al hacerlo construyen un espacio extraordinario de lo que se debe aceptar y valorar como ficción moderna en un rango superior, Las muertas de Jorge Ibargüengoitia elabora una novela en la que la tierra aparece con todo su peso temporal, irónica frente a los determinismos de sus instituciones corruptas (gobierno, ley, religión, trabajo), funérea en su sarcasmo de la ignorancia y la incuria y deslumbrante en su retrato de mujeres explotadas por parte de un par de hermanas lenonas en un confín del centro de México: la degradación de vivos que hablan como si estuvieran muertos.


La novela comienza en tono de comedia negra al reconstruir un caso real de nota roja de 1964, la historia de dos hermanas lenonas que mantuvieron a sus pupilas en un régimen de esclavitud que incluía castigos y asesinatos, y presenta los testimonios de los diversos participantes que explican, o buscan evadir explicaciones y participaciones, en múltiples abusos, faltas y delitos. (...)


 Los hechos que parecían más inverosímiles desataron su capacidad de reinvención. Por ejemplo, el novelista consigue uno de los momentos climáticos al narrar que a una prostituta enferma de hemiplejia se la somete a un intento de "curarla" con planchas calientes. Luego de matarla, sus compañeras quieren revivirla con unos sorbos de Coca-Cola.


Con Las muertas, Jorge Ibargüengoitia escribió su mejor novela, junto con Estas ruinas que ves y Los relámpagos de agosto, y declaraba su deslinde de una provincia que diseccionó a lo largo de sus artículos, obras de teatro y narrativa: el Estado de Guanajuato, "Plan de Abajo" en su imaginación, cuna de la Independencia mexicana, a la vez que de las posturas más retardatarias.

(...)


La puesta en escena de la novela, que incluye por momentos también la táctica de ruptura del movimiento, el acto verbal en presente perfecto, el montaje alterno de los episodios en tanto cuadros plásticos, el lenocinio como escenario, etcétera, permite crear un tejido complejo bajo la sencillez del relato. Así, las vicisitudes de una cotidianidad prostibularia son trascendidas por el registro de lo abyecto y el mal en lo trivial: el dominio, la estupidez, la codicia, el rencor, entrelazados con el afecto y la convivencia en cautiverio. Jorge Ibargüengoitia se disgustaba al oír que alguien le etiquetaba como escritor "humorístico", y también cuando alguien que deseaba elogiarle decía que se había "reído mucho" al leer su obra. Aclaró más de una vez que su tarea era "presentar la realidad como la veo". Una realidad que, en el fondo, como dijo también de la materia de Las muertas, le repugnaba. Al morir en un accidente de aviación cerca del Aeropuerto de Barajas/Madrid a los cincuenta y cinco años de edad, residía en París.
Exorcizados ya desde tiempo atrás los fantasmas de San Juan Rulfo, la postura literaria y la narrativa de Jorge Ibargüengoitia merecen una extensa revaloración"

sábado, 19 de noviembre de 2011

SNOW CRASH - de Neal Stephenson









¿Droga o Religión?



Extraordinaria novela de culto y cima de la corriente cyberpunk, inaugurada por Gibson con NeuromanteAunque al contrario que ese movimiento de vida tan fulgurante como corta, Snow Crash no tiene fecha de caducidad: ostenta una potente trama con acción a raudales, intriga y un sustrato de ideas de inusual densidad intelectual. Ahí es nada una droga de carácter neurológico cuyo rastro nos lleva hasta el código de Hammurabi  -primer lenguaje de la Humanidad- y la mitología  sumeria.


El mundo que nos presenta es hipertecnológico como corresponde, pero reconocible según nuestros estándares actuales, no aparatoso o falso. La acción  (trepidante y muchas veces violentísima) sigue dos derroteros, los que marcan Hiro Protagonist (Héroe Protagonista), hacker, luchador experto armado con dos katanas, primero repartidor de Pizzas Cosa Nostra Inc. y posteriormente cazadatos freelance para la agencia gubernamental CCI  y  T.A. (Tía o Tuya Afectísima como le gusta decir a ella), korreo  que se mueve en monopatín con intelirruedas, arponeando coches o camiones para desplazarse a toda pastilla. Ambos envueltos en una trama abigarradísima alrededor de una nueva droga -el Snow Crash- que amenaza con provocar un vuelco social, el infocalipsis.
"-Esto del Snow Crash ...¿es un virus, una droga o una religión?
-¿Y qué diferencia hay? -dice Juanita encogiéndose de hombros." (pág. 190)
La novela tiene un componente sociopolítico muy interesante y socarrón. La civilización que nos presente incluye Ciudades estado, barclaves (Urbanizaciones independientes con su propia policía) y unos mermados Estados Unidos sumidos en un caos anarcopolítico donde reina el puro individualismo y el mercado -el presidente de EEUU tiene una breve aparición como indigente y la inflacción es tal que hay billetes de un trillón de dólares para uso corriente-. 


Dos mundos resultan trascendentales en la trama. Por un lado el Metaverso, realidad virtual donde todo el mundo interacciona, hace negocios o se divierte mediante avatares,  y que se asemeja a Matrix o a Second Life. Y por otro, La Almadía, una especie de isla artificial, amasijo de cientos de barcazas, yates y sampanes que,  trenzados alrededor de un portaaviones, se desplaza desde el sudeste asiático hacia California cargada con cientos de miles de desheredados, refus, sometidos al juego de los poderosos.

A pesar de que la trama es de pura acción, la idea central gira en torno al lenguaje como organizador del cerebro y del conocimiento. Y la sugerente idea de que un lenguaje natural o edénico, común a todos, permanecería abrazado al tronco cerebral de la Humanidad. Una clave lingüística, un virus, te permitiría acceder y controlar esa parte tan profunda del cerebro.

La Torre de Babel es un mito que esta novela se atreve a subvertir: no fue un castigo de Dios para confundir a los hombres; muy al contrario las lenguas fueron una liberación del lenguaje único, de la dictadura que nos somete al estancamiento, las rutinas y la inercia. Así que una tablilla de arcilla escrita por el dios sumerio Enki  -un código, "el nam-shub de Enki era un virus neurolingüístico"- se convierte en el objeto místico y real alrededor del cual gira esta vertiginosa obra.


La novela se enriquece enormemente trayendo a colación mitos y culturas ancestrales. Así la presentación del lenguaje sumerio como un lenguaje natural, capaz de entrar en el cerebro como un virus reorganizando su funcionamiento. O el del Minotauro:
"¿Ha leído  la historia del laberinto y el minotauro?
Todos los años, los griegos tenían que reunir unas cuantas vírgenes y enviarlas a Creta como tributo. Una vez allí, el rey las metía en el laberinto, y el Minotauro se las comía.  Cuando yo era pequeño solía leer esa historia y preguntarme quién coño eran esos tipos de Creta, a los que todos temían tanto que cada año les daban a sus hijas dócilmente para que fuesen devoradas. Debían de ser unos cabrones muy desagradables.
Ahora lo veo con una perspectiva diferente. Para esos pobres desgraciados de ahí abajo,(la Almadía) América  debe de parecer igual que Creta para esos pobres idiotas de los griegos, con la diferentcia de que aquí no hay coacción. Esos de ahí abajo entregan a sus hijos voluntariamente. Los envían por millones al laberinto para que los devoren. La Industria se alimenta de ellos." (pág. 117 y 118)
La ironía y el sarcasmo son marca de la casa y aquí no faltan al describir el mastodóntico funcionamiento burocrático: quedará en los anales el memorando de los federales sobre el uso del papel higiénico o el pormenorizado y preventivo rollo policial a la hora de detenerte. Después de leer el libro, cada vez que escuches la expresión "atenderán a Razones" se te dibujará un sonrisa  -"ultima ratio regum"-.


La pura invención de personajes, tribus, roles, objetos y relaciones sociales es de tal magnitud  que tenemos plena conciencia de estar inmersos en un mundo  en marcha, acabado y coherente.

Paz Soldán (aquí) resalta la crítica social como un valor de esta obra frente a Neuromante. Al convertir el lenguaje en un elemento de fuerza nos recuerda también a la notable Babel-17 de Samuel R. Delany.

Por la novela transitan multitud de personajes tan carismáticos como los dos protagonistas. Juanita, antigua pareja de Hiro. Juntos son "el Adán y la Eva del Metaverso", dado que ella diseñó los rostros y expresiones de los avatares, que son el mejor índice de fiabilidad en los negocios virtuales. Tío Enzo, capo de la Mafia Incorporated; el Cuervo, gigantón asesino aleutiano que maneja con precisión cuchillos de cristal; Ng. experto en seguridad cuyo cuerpo tremendamente mutilado viaja en una bolsa repleta de terminales cibernéticas...En fin.


Una fiesta de la imaginación.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintín

El Secreto del Unicornio
de Steven Spielberg

Espléndida película con todos los aromas de la aventura más clásica.
Algunos se quejarán de que el guión se inventa escenas, mezcla personajes de otros albums o cambia el orden de la aventura. Yo no pienso quejarme. El guión ha engordado escenas y se ha inventado otras con una coherencia pasmosa, producto todo de que se ha captado con plenitud el espíritu de Tintín.


La realización es prodigiosa: el grado de detalle, la composición, la iluminación, el dinamismo del montaje. Hay secuencias antológicas como la huida de Tintín y Haddock del barco o la persecución del halcón por parte de Tintín por las callejuelas del poblado marroquí. Pero me quedo con la del capitán Haddock rememorando la batalla donde Rackham el Rojo provoca el hundimiento de El Unicornio: la planificación, los efectos  y las transiciones entre la batalla de dos goletas en medio del océano y el desierto donde están perdidos mientras lo recuerda te dejan boquiabierto.

Spielberg ha retomado el pulso aventurero de cuando nos presentó a Indiana Jones y nos regala cine con mayúsculas. Aunque yo echo en falta una melodía identificativa de Tintín al estilo de las de Indiana Jones o la Guerra de las Galaxias que perduran en nuestra memoria.


De toda la colección de libros de Tintín que alberga títulos tan maravillosos como La Isla Negra, El Cetro de Ottokar, Las Siete Bolas de Cristal, El Templo del Sol, Objetivo: La Luna o Stock de Coque, los dos en los que se basa la película El Secreto del Unicornio y El Tesoro de Rackham el Rojo son los más vendidos en todo el mundo.  Al final del segundo es cuando encuentran el tesoro en el Castillo de Moulinsart; pero la película elige terminar con esta escena mientras que nos ¿promete? más aventuras en una continuación de la que ya estoy ávido y que nos llevará por los fondos submarinos donde descansa El Unicornio.... y además conoceremos al impagable profesor Tornasol.





jueves, 17 de noviembre de 2011

Asuntos pendientes (36, quai des Orfêvres)

de Oliver Marchal

Dentro de la tradición del polar francés  una propuesta muy sugerente, con una extraordinaria puesta en escena y un guión  de gusto clásico donde dos compañeros policías eligen caminos distintos para triunfar en su trabajo. Pero no sólo sus métodos los separan sino también una mujer que eligió a uno de ellos, dejando al otro postrado en la amargura. 

Daniel Auteuil y Gérard Depardieu protagonizan un duelo interpretativo de altura. El segundo como poli malvado que libera su tormento y falta de brillantez con atajos criminales con tal de ascender en el escalafón.
Hábil para envolver sus crímenes en la ley del silencio comprando favores y forzando amenazas, logra implicar a su excompañero llevándolo hasta la desesperación de perder a su mujer y ser encarcelado.
Los dos personajes poseen un fuerte trazo y juegan sus bazas con decisión. Las escenas de acción, asaltos y tiroteos son electrizantes. El ambiente siempre es gélido y amenazante. Un duelo en el que sólo puede haber un vencedor.

Años después, al salir de la cárcel con su vida perdida y los más fieles de la brigada desperdigados, ha de decidir si merece la pena la venganza ante quien ahora ya es el jefazo máximo de la policía.

Un policíaco áspero y seco como un whisky de madrugada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Revolutionary Road

de Sam Mendes





Típico drama del vacío que aqueja a un matrimonio de clase media. La verdad es que no soy muy proclive a estos retratos que remedan la vida misma. Los encuentro con poca vida.

Aunque hay que decir que está bien escrito, sin sentimentalis-
mos, bien realizado y sobretodo muy bien interpretado.  Luce lustroso. 
Me quedo con el dibujo y la interpretación de Kate Winslet, que está soberbia. Su personaje tiene carne y sangre, sus impulsos vitalistas y sus frustraciones recuerdan a Emma Bovary. Su tragedia también.

Como suele pasar en este tipo de obras, la película no logra plasmar las sutilezas de la novela. El film elige prácticamente sólo una línea de fuerza: el reverso del sueño americano -trabajo aburrido, vecinos aburridos, matrimonio abrumado por el cáncer del conformismo-. Expectativas todas que conducen a la inanidad.

Hay un momento en la película en que la típica vecina cotilla regala a los Wheeler unos plantones de gardenias. Cuando ocurre la tragedia y vuelve a la casa para enseñársela a una nueva pareja se encuentra las gardenias marchitadas y dice: "¿Qué se puede esperar de un matrimonio que ni siquiera lograr ciudar unas plantas?" Este tipo de detalles son los que faltan en la película.

Me asalta la duda de si es el marido el que se traiciona a sí mismo y a su mujer o si la mujer, al plantear irse a vivir a París, peca de fantasiosa. Quizás ni lo uno ni lo otro. Como en muchos casos lo importante no es a dónde quieres llegar sino el viaje que emprendes. El objetivo no es París, es el viaje, la revitalización.

El contrapunto está a cargo de un gran Leonardo di Caprio, pero también de  Michael Shannon -el vecino neurótico que sale un día a la semana del psiquiátrico y les visita-. Él actúa como conciencia de esos ideales que tuvo el matrimonio, de ese reproche que se te enreda en el corazón cuando ves tus sueños caer en la cajita de las renuncias camino del armario. Amarga.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El coronel Chabert - La obra maestra desconocida

de Honoré de Balzac

El gusto literario de Javier Marías es innegable. Y si me declaro seguidor suyo como autor y traductor, valga decir que como lector su tino es infalible.

A todo ello hay que añadir su trabajo como editor de El Reino de Redonda a través del cual nos regala piezas de alta literatura. Recordar sólo El brazo marchito de Thomas Hardy o los relatos fantásticos de M.P. Shiel o esa delicia de libro que es Ehrengard de Isak Dinesen. En esta ocasión edita en un volumen dos novelas cortas y dos relatos de Balzac. El tomo resulta a todas luces exquisito....y contradictorio.
Balzac, bandera del naturalismo, nos ofrece en los tres últimos relatos una vena romántica y hasta gótica o sobrenatural. En El Verdugo se nos cuenta una historia sanguinaria, una vendetta entre los españoles y el ejército de ocupación napoleónico. La estratagema que ha dirigido el marqués de Leganés será castigada con la muerte de toda su familia. La única piedad del general francés, en aras de no mutilar la línea hereditaria, será perdonar a uno de sus miembros...¡pero con un coste atroz!

El elixir de la larga vida me recuerda a El amigo de la muerte de Pedro A. de Alarcón un joven accede a un poder diabólico, el cual despeña su vida hacia la depravación.

La novela corta El coronel Chabert nos habla de la burocracia, las intrigas por la herencia y una ética de tiempos pasados.  Al coronel lo dieron por muerto en una batalla. Después de meses de hospitales y peregrinaciones ha de documentar que es realmente él. A través de esta peripecia conoceremos la Francia posterior a Napoleón, los abogados, la amistad en las miserias de quienes lucharon juntos en aquel ejército que paseó sus ideales por Europa.

La obra maestra desconocida versa sobre el misterio del Arte.

La narración nos revela la expectativa inasible de la pintura. Un maestro refiere el pormenor del aire y el movimiento, de la vida en las figuras representadas mientras guarda en secreto su obra definitiva. A estas conversaciones asiste un joven Poussin recién llegado a París, el cual tiene oportunidad de asomarse a la belleza y a la locura que esconde la obra maestra.

"Muchos pintores triunfan instintivamente sin conocer este tema del arte. ¡Dibujáis una mujer, pero no la véis! No es así como se consigue forzar el arcano de la naturaleza. Vuestra mano reproduce, sin daros cuenta, el modelo que habéis copiado en el taller de vuestro maestro. No ahondáis lo bastante en la intimidad de la forma  (...)   La Forma es un Proteo mucho más inasequible y más fértil en dobleces que el Proteo de la fábula  (...)                             Así procedió Rafael. La Forma es en sus figuras un medio para comunicar ideas, sensaciones, una vasta poesía."   (pág. 173)

The Company Man

de John Welles

Sosa película centrada en el desempleo que aqueja a un trío de altos ejecutivos norteamericanos. Está rodada con corrección y se deja ver, pero su electrocardiograma resulta demasiado plano.

Su argumento parece una tormenta de ideas que ilustran posibles escenarios a partir de la situación de paro: problemas conyugales y familiares, ajustes económicos, frustraciones en la recolocación, suicidio, regreso a los orígenes, valor de las pequeñas cosas, refuerzo de la familia, etc.

El caso es que cada una de estas líneas narrativas apenas tienen una escena. Todas están apuntadas en la película, pero ninguna está desarrollada. El lujo de contar con un elenco de actores tan contrastado resulta desaprovechado. Destaca el poderío de Tommy Lee Jones, cuyo rictus de amargura cifra la película toda. 

El happy end obligatorio y que se trate de ejecutivos que pierden la mansión y el porsche acaban alejándote emocionalmente. 

Generation Kill

Esta serie está realizada como si fuese un documental de la guerra de Irak. En ella no prima la acción y la aventura. El crítico de cine Carlos Boyero
la definió brillantemente:
"Pocas veces se ha hablado de la guerra con tanta lucidez, complejidad, mala hostia  y compasión".

La barbarie, la incompetencia,
la gratuidad del horror, la sangre de inocentes tiñe con crudeza sus capítulos. Por momentos resulta escalofriante; casi tanto como el pensamiento de uno de sus marines.



“10 de noviembre de 1975…nací en medio del cráter de una bomba. Mi madre fue un M-16 y mi padre era el diablo. Cada momento que sigo vivo es una amenaza adicional contra tu vida. Como concertina, orino napalm y puedo dispararle a una pulga en el trasero a 300 metros. Viajo por el mundo destruyendo a los anti-norteamericanos donde sea, por el amor de mamá, por Chevrolet, el béisbol y la tarta de manzana. Soy un gruñón, soy el sucio, apestoso, sudoroso, dulce y hermoso hijo de perra que ha mantenido al lobo a raya durante los últimos 255 años. Soy un marine de los Estados Unidos. Somos como soldados, hablamos como marineros y podemos patearle el trasero a esos dos. Le robamos el águila a la Fuerza Aérea, la soga al Ejército, y el ancla a la Marina y en el séptimo día cuando Dios descansó recorrimos su perímetro y le quitamos el trabajo desde entonces. Guerrero de día, amante de noche, ebrio por convicción, marine por gracia de Dios. Semper fidelis”.

Generation Kill es una miniserie de 7 capítulos, basada en un libro de Evan Wright que también participa en el guión junto a David Simon y Ed Burns, creadores de la maravillosa The Wire.

La Princesa Mononoke - de Hayao Miyazaki










¿Por qué me gusta tanto esta película? Me siento de nuevo a verla y me llama la atención la fantasía de la historia, su tinte ecologista, la maravilla del dibujo, pero sobre todo el concepto de aventura y lucha.


Sus cinco minutos iniciales nos sumergen plenamente en ese mundo remoto donde una aldea es atacada por un jabalí endemoniado. Asitaka salva a su aldea pero recibe el estigma de una maldición. Ahora debe partir, buscar su destino y "mirar sin odio".


La historia es compleja en su desarrollo aventurero -Asitaka portador de una maldición, las batallas de los samurais enfrentados a Lady Eboshi por la Ciudad de Hierro, Mononoke, los lobos y nada menos que el Espíritu del bosque-. Pero también es compleja en su desarrollo moral.
Los antagonismos son viscerales y las luchas titánicas. La Ciudad de Hierro lucha por ocupar el bosque, los señores samuraris por ocupar la Ciudad. Mononoke y sus lobos en defensa del bosque. Todo ello no es óbice para que al final de todas las batallas, Lady Eboshi reconozca, "es increíble, esa chica salvaje y sus lobos nos han salvado a todos". 

La película huye de maniqueísmos y nos presenta una aventura caleidoscópica. Mononoke defiende a Asitaka ante los lobos, Asitaka defiende a Lady Eboshi ante Mononoke y anteriormente ha salvado a Mononoke en la Ciudad de Hierro. 
Asitaka, el héroe,  "mira sin odio".

Lady Eboshi en principio parece la malvada a quien la Princesa Mononoke ardientemente desea matar. Su Ciudad de Hierro necesita el mineral del subsuelo  y arrasa el bosque por conseguirlo. Pero ha creado esa ciudad para recoger a mujeres procedentes de burdeles y a leprosos. Allí les ofrece la libertad y la dignidad de su propio trabajo en la fundición.

La película tiene aliento épico. La Ciudad de Hierro es una nueva Troya asediada por los samurais que desean su riqueza. Lady Eboshi es ayudada de incógnito por un general y una partida de soldados enviados por el Emperador.  En paralelo se juega el destino del Bosque y sus criaturas.  El escenario por momentos es grandioso y las imágenes inolvidables.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

LOS DEMONIOS del LUGAR - de Ángel Olgoso





Gabinete de maravillas.-


De rareza puede tildarse este libro en el conjunto de la narrativa española. Inscrito netamente en el ámbito de la literatura fantástica (¿existe otro tipo de literatura?, se preguntaba Borges) nos regala temas, ambientes y personajes que lamentablemente no son habituales en la península. Si hubiera que ponerle un pero sería algún exceso de lenguaje florido. Aunque es verdad que Olgoso escribe muy bien y posee un léxico riquísimo.

Esa voluntad  de fantasía, terror y extrañamiento obtiene premio. Hay muy buenos relatos, desde el que abre el libro "Viaje" donde el simple hecho de tomar el tren adquiere connotaciones metafísicas. O "Relámpagos" con su fantástico encadenamiento de tiempos y escenarios. En "Los palafitos" relata una abrupta transición de un oficinista al Neolítico. En "La primera muerte de Kafka" el abrupto desembarco en el correo de un joven Kafka, de los libros que él mismo escribirá en un futuro. Transición a otro lugar y otra época que también se da en "Sueño nº 333".

En busca de esas historias, Olgoso no duda en viajar -y reproducir con convicción- a territorios remotos y míticos como la ciudad árabe de Agra en "Vínculos" o al exótico Japón en "Las manos de Akiburo".

Terror, transición a mundos paralelos y terribles, obsesión, pesadilla. Las técnicas son muy variadas y no falta la del manuscrito encontrado en "Gabinete de Maravillas"  o el hombre que soñó en "Arponeando sueños". 

El soplo del terror más clásico lo encontramos en "Las tormentas" o "La campanilla".  El extrañamiento nos obceca en "Mujeres desnudas bajo impermeables mojados". Algunos cuentos abundan en ambiente propios de Kafka, como "El panal", "Huéspedes" o "Geometría". "La aurora de Zürn" nos sugiere una Metamorfosis pero al revés.

Deudor de Cortázar casi tanto como de Kafka, Olgoso busca y encuentra una voz propia para relatarnos historias que indistintamente ocurren en la húmeda Britania, en el fogoso Méjico, en la espectral India o en el territorio ingrávido del sueño y la pesadilla.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Good

de Vicente Amorin

John Halder (Viggo Mortensen), profesor de literatura en la Alemania de los años 30, es un "buen" (good) ciudadano que intenta navegar en la marea nazi que se propala. Tiene una mujer neurótica y, sobre todo, una madre con demencia senil. Con esta experiencia publica un libro donde defiende la tesis de la eutanasia compasiva. A partir de ello el régimen comienza a utilizarlo en su provecho. Aunque él no quiere inmiscuirse, comienza aceptando favores y prestando servicios aparentemente irrelevantes.

Poco a poco y sin plena conciencia adquiere un cierto status en las SS. Aunque se empecina en intentar salvar a su mejor amigo -judío- finalmente le exigen participar en la Noche de los cristales rotos. Ese plano, cuando se está vistiendo con las ropas negras y las insignias nazis frente al espejo, resume toda la película.
De todos modos hay que decir que la gradación, el deslizamiento hacia el horror está presentado como a trompicones, de forma poco verosímil. Hay tanta distancia entre su propio reconocimiento y la cruda realidad que resulta absurdo o directamente tontorrón.

El mensaje está claro.  La tibieza hace que te hundas en arenas movedizas. La secuencia final, cuando está de visita en un campo de exterminio y ve los montones de cuerpos hacinados, por fin hace quebrar sus defensas. Hace que todo se revele y tenga que reconocer su error, su terror.

El director ha intentado algo simbólico en los momentos de clímax, en los cuales el protagonista escucha una música irreal. Quizás una advertencia o su conciencia aislándolo tras un cristal. Pero el relato aparece fallido. Una buena idea que no llegó a buen puerto.

Contrasombras

de Medardo Fraile

Irregular volumen  que alterna meras anécdotas con buenos cuentos.

Me resultan pobres relatos como Revelación, en el que Francisco Franco se aparece  al protagonista o La Historia de España contada con sencillezdonde un prohombre reparte a sus hijos entre las varias ideologías para obtener ascendente en toda circunstancia. 

Hay un grupo de narraciones que reflejan una especie de costumbrismo como Todavía hay clases,  Cloti,  Yo también o yo tampoco o Misterio-expréss. 

Los que más me gustan son los que reproducen con suma viveza un momento clave de su experiencia vital. Como Jugar con fuego, El Centenario -sobre un profesor que cien años después resulta ser la última víctima del 98 español- o Episodio Nacional. Éste último sobre la infancia en el entorno de la guerra civil. Dos niños que compartían juegos y charlas en el colegio,  ven separadas sus vidas y rota su amistad por el abismo de la guerra. Ahí de verdad palpitan unos personajes creíbles que producen una sincera emoción. 

También La Huella, en el que un niño judío superpone el pie allí donde pisó el Redentor...y en tono más íntimo Todo más claro, donde encontramos este pequeño poema en prosa
"Pensé que había perdido mi gobierno. Aquella mujer había desempeñado en mí todos los ministerios. Y ahora yo era un país, un hombre a la deriva. Volví los ojos a lo que me quedaba y me di cuenta de que tenía mucho menos que antes de conocerla." (pág. 58)

No habrá paz para los malvados

de Enrique Urbizu

Nuevo thriller de Urbizu, director muy dotado para estos menesteres como ya vimos en la impactante Caja 507.  

El comienzo de esta nueva película con el tortuoso policía Santos Trinidad arrastrándose por los tugurios es modélico. Seco. Mudo. Cine de quilates. Hasta que sobreviene la tragedia, un tiroteo en un burdel. Después todo es una carrera para eliminar al último testigo de su nueva metedura de pata... pero por el camino encontrará un atisbo de redención.
La cinta mantiene dos líneas narrativas en paralelo. Santos Trinidad persiguiendo a su impertinente testigo y una jueza siguiendo a su vez los crímenes del policía protagonista. Incidentalmente ese testigo arrastrará a todos hasta una célula islamista imprimiendo a la historia una nueva vuelta de tuerca.

La búsqueda de el Ceutí es abigarrada y oscura. Santos Trinidad se nos muestra atormentado y hasta desesperanzado. Su personalidad está trazada quizás con  rasgos mínimos. En un tiroteo se dice que disparó contra un compañero. Reconoce que tiene un hijo aunque parece que lo perdió. Está echado a perder, es un bebedor compulsivo.

La trama es absorvente, la acción constante, los vericuetos por donde transitan unos y otros vertiginosos, el desenlace hipnótico.


Sobresaliente en sus primeros y últimos 20 minutos donde el pulso narrativo de Urbizu se muestra en plenitud, con planos secos, sin diálogos ni música. Acción a palo seco. En cambio la parte central de la película decae por unos secundarios muy sosos. La jueza Chacón interpretada por Helena Miguel  resulta plana y nada convincente. Los policías parecen conserjes aburridos y solamente cuando sale el soplón Rashid volvemos a ver a un actor de verdad.
Esto junto a algunas escenas rodadas de forma impersonal están a punto de arruinar la función. 


Pero la contundencia de la intriga y la apabullante actuación de Jose Coronado sostienen y elevan esta notable película. 

EVA - de Kike Maíllo

de Kike Maíllo





En un futuro próximo en el que los seres humanos viven junto a criaturas mecánicas, Alex, un reputado ingeniero cibernético, regresa a Santa Irene con el encargo de la Facultad de Robótica de crear un niño robot. En estos diez años de ausencia, la vida ha seguido su curso para su hermano David y para Lana que, tras la marcha de Alex, rehicieron su vida. La rutina de Alex se verá alterada de forma inesperada por Eva, la hija de Lana y David, una niña especial y magnética, que desde el primer momento establece una relación de complicidad con Alex. Juntos emprenderán un viaje que les precipitará a un final revelador.




Cómo se nota el mimo con que han realizado esta película. Con un guión que avanza sin cesar pero atento al detalle, una historia de ciencia ficción pero que busca las emociones y una ambientación acertadísima que va desde la ciudad y el paisaje hasta los elementos futuristas.

El asunto se centra en la robótica y rastrea las posibilidades de confeccionar robots libres, sin condicionamientos y con posibilidad de aprendizaje y emociones. 

Dos son los aciertos en grado sumo: la ambientación futurista que no se come la película porque elige representarlo como retrofuturo: escenarios muy contemporáneos con máquinas de diseño nada agresivo. Tecnología y ambientes muy bien integrados, como si fuesen electrodomésticos que llevasen muchos años ahí. Los efectos especiales son sobresalientes y además los justos, colocándose plenamente al servicio de la historia.


El otro acierto es la vertiente emocional de la película que hilvana muy bien al trío protagonista (dos hermanos enamorados de una misma mujer, los tres avanzadísimos ingenieros de robótica) con las reflexión sobre la libertad y el aprendizaje en los robots.


El propio Kike Maíllo lo refiere así: "Con Martí Roca empezamos a escribir lo que sería la base de los personajes de Eva. Tras varias versiones, nos dimos cuenta de que, si bien los personajes eran interesantes, necesitábamos un núcleo dramático consistente, fuerte y universal. Fue esa razón la que nos llevó a contactar con Sergi Belbel". 
Un acierto.
Hay que destacar la frescura de la jovencísima Claudia Vega interpretando a Eva. Según avanza el metraje la trama se va centrando en ella hasta convertirse en el alma de la historia. Un personaje magnético y extrañamente ambiguo cuyo secreto no descubriremos hasta el final. Esta complejidad queda resuelta con brillantez por esta joven intérprete mediante una chispa y naturalidad desarmantes.
Muy buena.