martes, 28 de junio de 2011

El Inocente

-The Lincoln Lawyer-
de Brad Furman




Muy digno drama judicial que nos plantea el tema del abogado conocedor de que su defendido es culpable del delito. Como, además, en el delito aparece implicado el propio abogado, el suspense está garantizado.

Brad Furman no se complica la vida y basándose en la buena arquitectura de la novela homónima de Michael Connelly,  nos sirve dos tramas: el thriller del abogado sometido a un cerco que se va estrechando para incriminarle y a la vez un drama judicial de estrado y preguntas donde poco a poco se nos van desvelando el juego y las artimañas de abogado y defendido.

Toda la trama se beneficia de unos personajes e historias secundarias muy bien dibujados: el conductor del Lincoln donde el abogado tiene su oficina permanente, sus relaciones con una panda de moteros y su ayudante-investigador, el siempre impagable William H. Macy.

Bien rodada y bien interpretada (Matthew McConaughey está más sobrio que de costumbre y Ryan Phillippe da el pego con su carita de niño bueno) . La película te garantiza entretenimiento del siete, con intriga y suspense hasta el final.

Cordwainer Smith

HISTORIA DEL HOMBRE
 El escritor de ciencia ficción Cordwainer Smith –autor de Los señores de la Instrumentalidad -  colección de relatos que dan por hecho un mundo y que nos lo transmite con una calidez y una poesía encomiable- fue en la vida real un asesor militar profundamente religioso y pacifista, si Chesterton me permite la paradoja.

Su nombre real era Linebarger y se valió de la ciencia ficción como vehículo para transmitir una idea de humanidad profundamente moral. Era un pensador social y psicológico, cuya experiencia con diversas culturas le inspiraba ideas singulares y aparentemente contradictorias acerca de la naturaleza humana.

Por ejemplo, admiraba los valores samurai de la fantasía, la valentía y el honor, y manifestaba su apreciación  del arte y la literatura oriental al decorar su hogar y adornar sus escritos. Pero se horrorizaba ante el tradicional fatalismo e indiferencia ante la vida humana que encontraba en Oriente, y llegó a obsesionarse con la santidad de la vida en todo sentido, como algo demasiado precioso para sacrificarlo a cualquier concepto del honor o la moralidad.

Mientras estaba en Corea, Linebarger logró que se rindieran miles de soldados chinos que consideraban vergonzoso entregar las armas. Redactó panfletos explicando que los soldados podían rendirse gritando las palabras chinas “amor”, “deber”, “humanidad” y “virtud”; palabras que pronunciadas en ese orden sonaban como I surrender (“Me rindo”) en inglés.

Consideró este acto como el más importante de su vida.

John J. Pierce
En la Introducción a "Los señores de la Instrumentalidad I" BYBLOS

lunes, 27 de junio de 2011

El Barón Rampante

de Italo Calvino


Rizando el rizo he convertido el "Por qué leer a los clásicos" del propio Calvino en un "Por qué no releer a los clásicos contemporáneos" donde lo incluyo a él mismo.

"El Barón Rampante" es, de las tres novelas que componen "Nuestros Antepasados", la de más largo aliento y en ella confluyen todas las características de Calvino: una situación de partida extravagante que se desarrolla con naturalidad e imaginación en un reconocible entorno histórico.

El protagonista es Cosimo Piovasco di Rondò, heredero de una baronía en los campos de Liguria, siglo XVIII. A sus doce años, se niega a comer caracoles (en realidad, se niega a seguir las absurdas costumbres de los mayores) y antes de que lo obliguen se encarama a un árbol adoptando la decisión de no bajarse jamás... Lo cual cumple escrupulosamente.

La imaginación de situaciones es desbordante, propia del realismo mágico: la relación con su familia donde se incluye un cura bonachón a quien Cosimo abre la mente con sus lecturas de tal modo que finalmente es detenido por la Inquisición; y también un administrador de turbio pasado. Sus correrías con los ladronzuelos de la zona, con los piratas moriscos, con el mítico ladrón de Ombrosa, Gian dei Bruhi, temido por todos pero que con Cosimo se vuelca en su fervor por los libros. Los desterrados españoles que asimismo debían vivir sobre los árboles, etc, etc.

Cossimo representa el espíritu de la Ilustración: dudar de todo, enfrentarse a las costumbres instituidas, promulgar nuevas leyes de organización social. En los bosques ayuda a las tropas francesas revolucionarias y no a las del imperio austrohúngaro. Será incluso admirado por Voltaire, porque escribe y remite un utópico y enciclopedista Proyecto de Constitución de un Estado ideal fundado en los árboles. También representa el ideal rousseauniano de soledad en la naturaleza. Eso sí, sin desentenderse del mundo e incluso ayudando a los demás (por ejemplo contra los incendios provocados, cuando la aparición de los lobos o repeliendo una invasión pirata).

Este rebelde es quien introduce en la región la Enciclopedia de Diderot y la francmasonería.

El metalenguaje, el juego combinatorio cuya cima alcanzaría Calvino en la inigualable "Si una noche de invierno un viajero...", también está muy presente. He aquí un ejemplo:

"Le había entrado esa manía de quien cuenta historias y nunca sabe si son más hermosas las que ocurrieron de verdad, y que al evocarlas traen consigo todo un mar de horas pasadas, de sentimientos menudos, tedios, felicidades, incertidumbres, vanaglorias, náuseas de uno mismo; o bien las que se inventan, en las que se corta por lo sano y todo parece fácil, pero después cuanto más se disparata más advierte uno que vuelve a hablar de las cosas que le han ocurrido y que ha comprendido en realidad viviendo.
Cosimo estaba aún en esa edad en que las ganas de contar dan ganar de vivir." (pág. 162)


Y otro:
"...y se pasaba los días componiendo sus páginas y sacando copias. A veces entre el bastidor y el papel caían arañas, mariposas, y su huella quedaba impresa en la página; a veces un lirón saltaba sobre una hoja fresca de tinta y lo emborronaba todo con la cola; a veces las ardillas cogían una letra del alfabeto y se la llevaban a su madriguera creyendo que era comestible, como ocurrió con la letra Q, que por su forma redonda y pedunculada tomaron por una fruta, y Cosimo tuvo que empezar ciertos artículos Cuien o Cuiencuiera.." (pág. 238)

Todo ello sin abandonar un humanismo militante por conocer la Historia, el alma humana y cómo no, el amor. Cosimo apuesta por la libertad y ya nunca descenderá a la tierra. Su apoteósico final no puede dejar de emocionarnos.

sábado, 25 de junio de 2011

A SANGRE y FUEGO - de Manuel Chaves Nogales





De la estupidez y la crueldad.-

Chaves Nogales fue un periodista que se exilió meses después del comienzo de la Guerra Civil. "Cuento lo que he visto y lo que he vivido más fielmente de lo que yo quisiera" escribe en el prólogo.
Autor felizmente rescatado del olvido por Andrés Trapiello en su ya clásico "Las armas y las letras. Literatura y Guerra Civil, 1936-1939", define a Chaves Nogales como representante de una tercera España, mayoritaria, a la que destrozaron las otras dos Españas, minoritarias, la fascista y la anarquista o socialista radical.

Sus narraciones son terribles pero destilan un gran calado humano. La barbarie de la gente común atrapada. Destacaría como característica de estos relatos, la desnudez. Desnudez de los hechos narrados y desnudez en la que se encuentran los personajes, a solas ante situaciones que definirán sus vidas. Aquellas jovencitas de Segovia que salvan a un fascista de una muerte segura y la pasividad de éste, cuando ya instalado en Valladolid, conoce que sus correligionarios las han detenido y van a fusilarlas. El señorito andaluz que en medio de la razzia, siente la repulsión por la barbarie. El ultraortodoxo Valera, capaz de no levantar una mano para defender a su padre.

El prólogo del autor, apenas media docena de páginas, resulta desolador: "Mi única y humilde verdad era un odio insuperable a la estupidez y a la crueldad; es decir, una aversión natural al único pecado que para mí existe, el pecado contra la inteligencia, el pecado contra el Espíritu Santo.
Pero la estupidez y la crueldad se enseñoreaban de España."

Y también:
"Cuando iba a Moscú y al regreso contaba que los obreros rusos viven mal y soportan una dictadura que se hacen la ilusión de ejercer, mi patrón (en el periódico) me felicitaba y me daba cariñosas palmaditas en la espalda. Cuando al regreso de Roma aseguraba que el fascismo no ha aumentado en un gramo la ración de pan del italiano, ni ha sabido acrecentar el acervo de sus valores morales, mi patrón no se mostraba tan satisfecho de mí ni creía que yo fuese realmente un buen periodista; pero en fin de cuentas, a costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria".
Colección Vincent Doherty

Las últimas líneas del libro son reveladoras:
“Daniel, convertido en miliciano de la revolución, luchó como los buenos.
Y murió batiéndose heroicamente por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese”.


¡Cuántas personas así necesita un país para seguir la senda de la civilidad! Hasta hoy mismo. Tan hartos como estamos de discusiones ideologizadas, de estupidez malsana.
 
Desde hace unos años se viene hablando del nuevo periodismo (Capote, Mailer, o últimamente Talese) que desemoboca en una literatura donde realidad y ficción se traban ( Sebald, Magris o nuestro Javier Cercas).  Muchos años antes ya Chaves Nogales lo redactaba con maestría.
Chaves Nogales escribió también una deliciosa biografía del torero intelectual Juan Belmonte y un intenso y humanísimo reportaje-novela sobre un bailarín flamenco que, actuando en Rusia, fue sorprendido por los acontecimientos revolucionarios de febrero de 1917; "El maestro Juan Martínez que estaba allí", recientemente reeditada por Libros del Asteroide.

domingo, 12 de junio de 2011

El hombre tranquilo

de John Ford

Mi mujer y yo adoramos esta película. La solemos ver periódicamente y siempre nos procura un placer inusitado. Hoy he leído una reseña sobre ella que me parece perfecta y que comparto totalmente:

"John Wayne es un exboxeador que regresa a su Irlanda natal. Al pequeño pueblo de Innisfree. Allí vivirá una tormentosa historia de amor con una pelirroja de endiablado genio. Desde la primera secuencia de esta película memorable, John Ford logra que el espectador respire el aire irlandés. Y son mimbres sencillos los que maneja, pero lo teje con inusitada ternura, además de con un sentido del humor que empapa el relato y logra secuencias inolvidables, como aquella en la que un moribundo resucita al oír el estruendo de una pelea, en la que no quiere dejar de participar. El milagro del cine eterno, inabarcale, vive en El hombre tranquilo, como en otras obras de Ford, gracias a un cineasta que acaricia sus imágenes, que ama a sus personajes, que convierte la magia del cine en la vida misma".
Miguel Angel Palomo. El País 12-6-11

Hay otras maravillas, como la humanidad de cada personaje, el rol de la poderosa naturaleza, el sentido comunitario y también el de la tradición pero no como un corsé, sino como esas normas que todos cumplen y defienden porque aseguran la armonía. Hay personajes entrañables en cada esquina, y sobretodo uno monumental, el pequeño gran Miquelín Flynn. El exboxeador vuelve de la urbe millonario y con el peso de una culpa a recuperar su paraíso perdido. Maravillosa.

Una muy buena crítica aquí.

sábado, 11 de junio de 2011

Escribir según Hawthorne


Nathaniel Hawthorne describió lo que debía ser la escritura; sería como:

“Un rayo de luna que penetrara por una ventana e iluminara nuestra sala de estar. De
este modo todos los detalles de la estancia resultarían visibles, pero bajo una luz inusual, muy diferente a los que estamos acostumbrados; perderían su materialidad, se rodearían de un aura espiritual que los convertiría en objetos del intelecto”.

viernes, 10 de junio de 2011

PARAISO II - de Robert Sheckley







La estupidez humana siempre.-


Genial e irónico a más no poder. Sheckley se ha convertido en un valor seguro para mí. Esta colección de relatos es una gozada y los tiene de todos los colores. "La sanguijuela" es de tono apocalíptico. "El pájaro vigía" y "Problemas con los nativos" delatan reflexiones sobre la estupidez humana. El primero retrata el modo en que solemos arreglar un problema generando uno nuevo. En el segundo asistimos a la colonización de un planeta vista al revés, consiguiendo lo mismo que Valle-Inclán en sus esperpentos: "Las imágenes más bellas si las reflejas en un espejo cóncavo son absurdas".

"La mañana siguiente" contiene una aventura agobiante donde se pone en juego la propia racionalidad. Éste es uno de los 5 o 6 extraordinarios relatos que contiene el libro y en su médula encontramos desvaída la línea entre realidad y ficción. En fin, un magistral relato elaborado con las fibras propias del maestro Ph. Dick.
"Resistencia" es una vuelta de tuerca sobre el racismo sumamente original y mordaz. "Paraíso II" y "El invasor de la alborada" se desenvuelven en un entorno netamente mental sin abandonar la crítica social.

Todos los relatos son de un nivel excelente. Aúnan intriga, aventura, crítica social y paradoja. Sheckley pertenece a la raza de Philip K. Dick, Vonnegut o Fredric Brown. Se acaba de reeditar su "Los viajes de Joenes" en la editorial Bibliópolis, que nos remite nada menos que al clásico "Los viajes de Gulliver" de J. Swift. Muy recomendable.

lunes, 6 de junio de 2011

NEDS

de Peter Mulan





No Educados - DelincuenteS, reza el título y como un bisturí, Peter Mulan abre una rendija por la que nos asomamos a un instituto de los años 80 en el Reino Unido. Nos hace sentarnos en esos rincones escondidos de los parques, junto a las pandillas que chapotean en su nihilismo esperando con fruición el subidón de violencia.


De la mano de un niño inteligente y formal a punto de ingresar en el Instituto, nos adentramos en una juventud sin futuro. "Juventud sin Dios" novela de Ödon von Horvath me viene a la memoria, con sus jóvenes cachorros nazis, asomándose al abismo de la violencia y el racismo.

El niño se convierte en joven y su camino se tuerce. La vida en el instituto resulta agobiante, los profesores humillan, aún utilizan el castigo físico. En casa su padre se emborracha todas las semanas y maltrata a su madre. Y un día, escondido mientras se produce una trifulca, se hace con un cuchillo olvidado . A solas, ante el espejo y con el cuchillo en el cinto atisba su futuro. Se siente seguro, se integra en la pandilla, reniega de los estudios. Hasta encara a su violento padre.


La película resulta de una veracidad pasmosa: El lenguaje agresivo, las amenzas constantes, la violencia gratuita (como la paliza que propina años después a quien le amenazó por vez primera en el instituto), la vida en pandilla reforzada hacia dentro y enfrentada a los demás. Todo ello conforma un paisaje helador.
En un momento dado, el padre , clarividente en el fracaso, termina rogándole "Acaba conmigo". La película resulta descorazonadora.

Pero todo tiene consecuencias. El jovencito acaba durmiendo en el cuarto de calderas de un edificio y finalmente en la calle, al pie de una cruz. Una noche sueña que se pelea con el mismísimo Jesucisto apeado de la cruz. La escena final también es casi onírica: quedan solos un tarado (aquel a quien propinó una tremenda paliza) y él en medio de un zoológico a campo abierto. Sin saber qué hacer, de la mano caminan entre los leones que ni se inmutan a su paso. ¿Hienas entre leones?


En los últimos años no faltan eso que suena tan mal como "peliculas educativas". El cine americano es pródigo en los extremos de presentar dramas lacrimógenos o películas muy violentas. Muy buena es "American histoy X" con un gran actor como es Edward Norton. Entrañable y con un barniz europeo está la estupenda "El club de los poetas muertos" de Peter Weir. En Inglaterra son un clásico las vidas de estudiantes, desde la mítica "If..." de Michael Anderson que hace pocos días recordaba Malcolm McDowell, mientras asistía al cumpleaños de "La naranja mecánica". También el cine francés nos ha regalado recientemente dos notables películas sobre el tema: "Hoy empieza todo" del gran Bertrand Tavernier y La clase de Laurent Cantet.

domingo, 5 de junio de 2011

Horsemen

de Jonas Akerlund

Un thriller desasosegante que comienza con ímpetu y decae en su resolución.

La película, una más de las herederas de Seven, recorre una ola de crímenes que presenta los cuerpos en suspensión, colgados de ganchos, y con un mensaje escrito en las paredes "Ven y Mira". Denis Quaid, policía hundido por la reciente muerte de su mujer, desatiende a sus dos hijos mientras investiga los crímenes. Poco a poco se da cuenta que está mas implicado de lo que él mismo pueda sospechar.


La imaginería de los crímenes y el vestido bíblico -nada menos que los Cuatro Jinetes del Apocalipsis de San Juan- al que se acogen, resultan muy inquietantes. Pero quizás la motivación de los criminales no es muy verosímil. Desaprovechada la maravillosa Ziyi Zhang . Entretenido sin más.

La Reliquia

de Jose Eça de Queiroz


Leer a Eça de Queiroz siempre tiene premio. Me gustaron mucho "La ciudad y las sierras" (novela de recuerdo perdurable) y sus cuentos. En esta novela volvemos a tener al protagonista entre dos mundos: Lisboa y Palestina.

En la novela seguimos las andanzas de Teodorico El Raposo que, habiendo quedado huérfano de niño, es recogido por su tía Dña. Patrocinio en su casona de la Lisboa decimonónica. Los curas que rodean y halagan a la anciana le enseñan que siempre hay que decir que sí a la tía. Y más, si se mantiene lejos de las faldas y adicto al rosario sacará tajada de la herencia. De cara a la galería así lo hace aunque por detrás lleva una vida licenciosa. Una vez licenciado de la Universidad, la tía Patrocinio lo envía a los Santos Lugares en su nombre, como peregrinación para lograr venias y traerle una reliquia que la acompañe y cure sus achaques.

El viaje cobra tintes picarescos. Las relaciones con una inglesa en Egipto, la paliza en el hotel de Palestina por atisbar a otra mujer a través de la cerradura, la descripción desacomplejada de los Santos Lugares como polvorientos, inhóspitos, atestados de malandrines, pordioseros y mendaces vendedores de reliquias.


Es verdad que puede pasar por una novela moralista, toda vez que la inversión de toda su vida por ganarse el premio de la herencia no obtiene réditos. La escena en que le habla su Conciencia ("la hipocresía no obtiene ganancia", le susurra) tiene ese regusto. Pero no hemos de olvidar que su descreimiento es total y que incluso en ese momento lo tiene claro que quien le habla no es Dios.

Como en muchas otras ocasiones, la narración tiene la forma de unas Memorias, como siempre el estilo de Eça resulta diáfano y su mirada certera para iluminar las pasiones del corazón humano.
Junto con su juventud disoluta en Lisboa, mantenido por su tía y rodeado por una sociedad pacata y beata; lo mejor de la novela es el viaje temporal que le permite vivir en directo la pasión y muerte de Jesucristo. Ahí está toda la potencia narrativa de Eça en la reproducción de unos momentos históricos desde un punto de vista muy original y desapasionado. Nos presenta a los actores principales de espaldas a la trascendencia, sumidos en su cotidianeidad más mostrenca y miserable.

El diálogo entre el Rabí Robam y Poncio Pilatos es revelador. Retrata la política de Roma y la sagacidad fariseica que con ladinos sofismas doblega la voluntad del romano, que es dejar libre a Jesús.
Un sano descreimiento guía al protagonista y nos acerca con sandalias llenas de polvo a las calles y a las plazas donde se ventila la Pasión de Jesucristo. Y el caso es que esta relectura de los Hechos nos ofrece un punto de vista muy original e incluso sorprendente si nos atenemos al relato de la Resurección.

He aquí un ejemplo del retrato que se hace de la religión:
"Pero luego el festivo Potte me explicó que aquellos hombres serios que fumaban en pipa eran soldados musulmanes que custodiaban los altares cristianos para impedir que en torno del Sepulcro de Jesús se agrediesen por superstición, por fanatismo o por envidia de las limosnas los sacerdotes rivales que allí celebraban sus ritos opuestos" (pág. 98)