lunes, 18 de octubre de 2010

Ciudadano Kane - de Orson Welles





Ciudadano Puzzle

He revisitado Ciudadano Kane de Orson Welles y no solamente me parece una maravillosa película, sino que me sorprende su dinamismo y modernidad.

En la primera mitad de la película ya hemos visto tres montajes distintos con la vida entera de Charlie Kane: La especie de No-Do con el que comienza la película y los puntos de vista del banquero que le administra la fortuna y su mejor amigo el Sr. Leland.

Y todos se muestran insatisfechos. Yo creo que ahí está el meollo de esta obra. Su Rosebud. Sumas todos los actos y personajes que pululan alrededor de un hombre y sigues sin poder aprehender al hombre.

En la época escandalizó lo directamente que retrataba al magnate de turno (Hearts): su influencia, su poder, su megalomanía. Pero sirve para cualquier magnate y época: la democracia y sus falacias, el cuarto poder, la voluntad de poder.

Pero yo me quedo con el drama de un niño cuya vida administra un banco, de un potentado con déficit afectivo. Todo el poder, todo el dinero, todas las propiedades se demuestran inanes ante un simple trineo.

Y admiro sobretodo la magnífica correspondencia que existe entre lo que se cuenta y cómo se cuenta. Cada secuencia, cada plano tiene el carácter de memorable y cada cara tiene su cruz: el poderoso que frente a su gigantesca efigie se lanza a la conquista del mundo, tiene su contrapunto a continuación en una pequeña habitación donde debate sórdidamente con su esposa, su amante y su contrincante político. El famoso travelling con el que accedemos a la taberna donde se encuentra la corista fracasada, parece un travelling hacia el fondo de un pozo. La habitación donde se consultan las memorias del banquero aparece grande, fría y lisa como una gigantesca caja fuerte. El periódico con sus redactores comprados a golpe de talonario y sus coristas se nos presenta como un music-hall, como el escenario burlesco donde el gran burlón piensa mover sus hilos.

El encargado de la pesquisa que durante todo el metraje entrevista a unos y otros, ha de reconocer finalmente que el hombre es un puzzle que siempre peca de incompleto. Y efectivamente la película está montada como un gigantesco puzzle en el que vamos viendo muchas piezas de la personalidad de Kane, pero él mismo se nos escapa: no sabemos si es un niño grande que sigue jugando o es un hombre que juega con las masas....en uno de los reportajes alguien le tacha de comunista y a continuación otra persona le señala como fascista. Me quedo con esta complejidad. La misma que rezuman los planos y el montaje de una película inaugural.

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