domingo, 23 de mayo de 2010

Adiós, pequeña, adiós




Algo tiene que ver la literatura en la que se basan para que dos películas de dos directores tan distantes sean tan cercanas, tan maravillosas y profundas que nos arrastren cogidos por las entrañas hasta esos barrios, esas gentes que aparecen tan reales y con vidas en guerra constante contra la decrepitud de las horas y de la ética.

Clint Eastwood y Ben Affleck han acudido a la fuente de Denis Lehane y nos han colocado en pantalla las lúcidas, tiernas y terribles películas "Mystic River" y "Adiós, pequeña, adiós".

Ambas comparten un prólogo pausado y aparentemente inocente. En la de Eastwood el juego de unos niños en la calle, en la de Affleck escenas cotidianas de personas a la puerta de su casa, viniendo de la compra o echando un cigarrillo. A continuación entramos en las casas, en los bares, en las tiendas, en las vidas de cada personaje y vamos descubriendo a los lobos. Tim Robbins nos habla de lobos en una memorable y soberbia escena del film, Affleck los cita en su prólogo con voz en off: "cómo se puede ir al cielo viviendo en este barrio sin morir en el intento (...): sois ovejas entre lobos, sed sagaces como serpientes e ingenuos como palomas".

Las dos obras nos someten a vaivenes como el de lobos y palomas: los hombres que quieren reconducir sus vidas pero el horror sigue llamando a sus puertas, la inocencia de los niños sometida a la barbarie, la mediocridad de vidas comunes baqueteada por los más bajos instintos.

Este último vaiven nos da el ritmo, el tono de las películas: pausadamente entramos en los barrios, luego en las casas y finalmente en el corazón de las personas hasta llegar a lo más negro de su alma contrapuesto siempre al deseo de redención.

Ambas películas se enriquecen con una segunda trama paralela que actúa como detonante de la principal: en Mystic River es el crimen que comete Tim Robins, en Adiós, pequeña, adiós es el inmundo matrimonio de drogadictos.

Todo aderezado con pequeñas y terribles historias en busca de redención: en Mystic River la del padre del novio de la chica muerta, en Adiós, pequeña, adiós la del policía encarnado magníficamente -como siempre- por Ed Harris.
Magnífico todo: historia, guión, desarrollo, interpretación.
Cine de 24 kilates.

El geniecillo valiente


Acabo de leer "Historias extraordinarias" de Roald Dahl. No es el primer libro que leo de este maravilloso autor, pero he de decir que éste es muy particular. Tengo la sensación de que Roald me retira su libro de entre mis manos y me dice "aquí estoy". Se me presenta de forma personal más allá de sus extraordinarias historias y me encuentro con el relato "Racha de suerte" donde nos da cuenta de su autobiografía para llegar a ser escritor: su experiencia en los feroces internados, en la sangrienta guerra, su destino a Washington, su contacto con C.S. Forrester y el comienzo de su vuelo como escritor. Está ese primer relato que le delata como escritor, "Pan comido" y otro relato más que según él mismo nos confiesa son los dos únicos realistas que ha escrito. También está un relato con todas sus señas de identidad, "El autostopista" y un relato que hubiera firmado el propio Kipling "La maravillosa historia de Henri Sugar"....y todo esto sin ser su mejor libro. Una gozada. Que lo disfruten.

sábado, 1 de mayo de 2010

"Un hombre en la oscuridad" de Paul Auster


Tengo a Auster por un maestro, así que no tiene que demostrarme nada; pero acabo de concluir la lectura de este libro suyo y no dejo de pensar con qué pasmosa naturalidad nos va desgranando su talento.

Llamaría a esta novela el "libro natural": alguien dijo que el estilo es aquello que cuando lo consigues no se nota. Auster lo ha conseguido. En cuanto a la peripecia, un hombre padece insomnio y en la oscuridad de la noche fabula historias y personajes, recuerda su vida y la de sus allegados; en fin, lo normal.

Cualquier persona con un grado de consciencia normal puede comprobar que en un minuto pasan mil ideas, imágenes y recuerdos por su cabeza, ¡cuántas más en una noche! Y Auster logra trasladar al papel con desarmante naturalidad todo este proceso mental...y encima hacerlo de un modo interesante, límpido y en muchas ocasiones emotivo.

Un hombre y su vida ante sí; pero contado con qué riqueza: hay comentarios jugosísimos de películas como "El ladrón de bicicletas", "La gran ilusión" o "El mundo de Apu", hay personajes lamiéndose las heridas de la vida (creo que este es el tema de los libros de Auster), sale la guerra de Irak, sale el amor, la juventud y la vejez...todo visto con lo ojos de Auster, con los ojos de este hombre que está sentado en la oscuridad pasmado "mientras el peregrino mundo sigue girando".

Solo en la oscuridad

En serio, llevo como un par de años diciéndome, voy a escribir un blog donde colgaré mis reflexiones y opiniones sobre los libros y las películas que vaya disfrutando. Pero hasta ahora.
Y bajo el peso de la pereza, tras cada libro, tras cada peli, me preguntaba si comenzar por él...y lo dejaba pasar. Hasta ahora.
Tengo muchos autores favoritos: Borges, Cortázar, Auster, Dick, Calvino, Tomeo, Chesterton, Lem...
Pero acabo de terminar "Un hombre en la oscuridad" de Paul Auster y me decido por esta primera piedra. Me lo ha puesto fácil, comienza "estoy solo en la oscuridad" y termina "el peregrino mundo sigue girando"; creo que ahí está la esencia de todo: el hombre y el mundo, muchas veces indiferentes entre ellos, muchas veces unidos por una cuerda vital.
Pues eso, me interesa el hombre y su peripecia vital. Eso lo puedes ver en los telediarios, pero creo que con mayor enjundia en su expresión artística: la literatura, el cine, la pintura, etc. Las dos primeras son mis pasiones y a ellas va dedicado este blog.